Cosas buenas, cosas malas. Más cosas buenas que malas, por lo que salgo ganando con las vueltas, pero aun así me quedo con la sensación de que han quedado muchos asuntos en el tintero. Será mi espíritu pesimista, que me persigue últimamente igual que la mosca tsé-tsé.
En cualquier caso, 2008 me ha servido para conocer gente nueva. Nunca viene mal agregar números en la agenda, lo que se dice cuando todavía no tienes Tuenti ni Facebook. Agrego a mi vida nuevas personitas a las que mortificar con mi amistad y creo, si no me equivoco, que no ha habido bajas respecto a las de siempre. Ni con Erasmus de por medio: la distancia no siempre hace el olvido. Otro punto a favor.
Fue el año en que me cambié de universidad y ya dije que no esperaba maravillas, sólamente un poco de estabilidad. Algo se ha conseguido, porque a fecha de hoy todavía no me arrepiento. En el caso contrario, de haberme quedado allí... ese no sería yo. Ese sería mi alter ego cobarde. Me alegro de haber dado el paso, al margen de todo. Otro punto a favor.
He viajado. Nueva York, grandiosa y acogedora Nueva York. Incluso ahora, al escribir su nombre, me suena demasiado grande. Nueva York. De Túnez no quiero ni hablar: pasarme el día de mi cumpleaños siguiendo la independencia del Kosovo en la CNN desde una habitación de hotel suena a planazo. Oler Madrid, que fue lo único para lo que tuve tiempo en la capital de España, también es algo digno de recordar. Merece retorno. 2009 lo verá.
Proyectos. Bullir ideas. Apostar. Arriesgar. Mi nueva web sigue en desarrollo (ejem, ejem, señor programador) y espero contar con la versión beta próximamente. ¿Que es un fracaso? Pues tiene todas las papeletas de que lo sea. Pero en esta vida hay que probarlo todo, y el verdadero fracaso está en no intentar nada.
Crear. Escribir. En 2008 terminé HdOP, que me encanta, y también imaginé, planifiqué, escribí y finalicé S.F.I., cuyo rojo corrector se detiene a mitad manuscrito. No fue por capricho: la inspiración me reclamaba para otra historia, JWG#1, que ya ha pasado esa frontera que te garantiza que llegarás al final. Y si termino JWG#1 no sé qué haré, porque es una de esas dos sagas en las que llevo muchos años trabajando y que sin embargo nunca llegaba a escribir de verdad. Esta vez sí, estoy seguro. Y la lista de Tareas de GMail tacha poco a poco, pero sin pausa, los capítulos que me faltan para el decimotercero y final. También empecé y abandoné otras historias, como LGdP, que esperan pacientemente su momento. Todo llega.
2008, un año más. O no tanto. No. No tanto.