Header

Dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestros blogs

Entre muchas frases, asocia a mi padre esa de "Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras". Al tiempo descubrí que él mismo adjudicaba esa cita al cura de una aldea llamada La Portera, y luego acabé comprobando que ni él era el legítimo creador, que la frase la conocen hasta en San Quintín. En cualquier caso, tendré que pensar en mi padre cada vez que la escuche, como el "No me enteraré". Clásicos en su léxico.

Lo de esclavos de nuestras palabras es una verdad como un templo y nadie como los blogueros nos hemos puesto una cruz sobre la cabeza. Hemos hablado mucho de casi todo, dejando todo por escrito y al alcance de quien quiera, de modo que siempre estaremos en desventaja dentro de una conversación, porque a poco que la otra persona nos haya leído, irá un paso por delante. Nos podrán reprochar barbaridades de entradas antiguas o, lo que es peor, extraerán lo que les interese quedando nuestras palabras fuera de todo contexto. Nuestras opiniones del judaísmo, mujeres o los principales políticos, sacadas de todo contexto, a merced de nuestros enemigos.
No le deseo a ningún blogger un cargo público. Le harán frito en menos que canta un gallo. Qué digo. En menos de un copia y pega.

8 comentarios:

Rubén Mato dijo...

Es cierto, los lectores siempre vamos con ventaja.

La buena y la mala noticia de escribir libremente (y que te lean) es precisamente esa: que hay alguien que lee.

Personalmente, algo que fastidia mucho es cuando te hablan de algo que habías escrito hace eones: Lo que pensabas o cómo actuabas entonces no tiene por qué tener ni un ápice de similitud con lo que opines/hagas en el momento del reproche.

Pero no te apures. Estoy seguro de que tendrás la suerte de encontrarte con interlocutores del todo conscientes del hecho, y que en ningún momento pretenderán reprocharte nada. Y esto es tan cierto como que la horchata es dulce y sabe mejor de lo que muchos piensan (los tópicos también tienen buena y mala noticia. A mi me encantan xD).

Además, esas situaciones suelen generarmomentos embarazosos, y éstos suelen ser interesantemente didácticos para ambas partes.

Un abrazo, Croni.
R.

Mortrel dijo...

jajajajajaj, me sonó a paranoia XD

Es nuestra culpa, por ser tan verborreicos y no poder evitar escupir nuestras palabras *XD*

Besitos y en mi caso yo prefiero ser esclava de mis palabras que del silencio

Pazcual dijo...

Gajes del oficio pienso yo.

Saludos,

Paz

ConfidentLinarola dijo...

por eso io no actualizo nunca! jaja

Pruna dijo...

Cuando tenia 13 años escribí un diario, años más tarde al leerlo me partía de risa de cómo pensaba.

Con el tiempo uno tiene derecho a cambiar de opinión, para mí eso es madurar y tener la mente abierta. Si algún día alguien me lo echa en cara le sacaré otra frase clásica "Rectificar es de sabios" ;)

Enrique dijo...

Si hay algo de lo que te arrepientas mucho, puedes borrarlo. Yo una vez me metí con Britney Spears, pero con el tiempo vi que estaba equivocado... y borre la entrada.
A mi, de momento, nadie me ha reprochado algo que he escrito en el blog.

Vanessa Medina dijo...

Valla! Ese si que es un tema interesante. Uno siempre tiene que tener cuidado con lo que dice, en especial si lo deja para la posteridad.
Las opiniones pueden ser un poco duras, pero al fin y al cabos son solo eso opiniones. Pueden ser poderosas si se usan correctamente.
Pero cual es el chiste si tienes que censurarte a ti mismo.

xikitas dijo...

Y que lo digas, pobre del bloggero famoso. Pero también es ese el poder del blog, nuestras palabras mueven masas. Pero todos cambiamos, como nuestras palabras. Espero que nadie te reproche lo que escribiste hace siglos, a mi aún no me ha pasado.