Cuando a los diez minutos de empezar una película ya estás pensando en hacer otra cosa, tienes un problema de concentración. Todas se me hacen largas. Por eso es un milagro todas las películas que he visto en los últimos días.
Los juegos del hambre me impresionó para bien, con una reacción muy parecida a la de los libros: entretenida, sin más pretensiones; luego me subí a un avión durante horas y vi más estrenos relativamente recientes: Margin Call, que cumplió la Ley Cheles: película que recomienda mi hermana, película regulera; J. Edgar, muy interesante, sobre todo para conocer el origen del FBI; Millenium. El hombre que no amaba a las mujeres, para saber de una vez por todas de qué va esta historia (aunque como Lisbeth Salander ya forma parte de la cultura general, no me sentía tan en blanco como si no hubiese leído el libro. Para ser sincero lo empecé, pero aborté antes de la página cincuenta); sin embargo, la película reciente que más me ha gustado no es ninguna de estas. Primero tengo que poneros en antecedentes.
Me sentí un idiota. Jamás había visto Los Teleñecos y sólo sé poner nombre a Gustavo y Miss Piggy. Por eso, cuando un tráiler me introdujo en la película, despertó mi interés y de golpe y porrazo, tras medio minuto de historia, descubrí que salían los teleñecos, tuve que admitir mi derrota. Los publicistas eran mucho más listos que yo y me provocaron curiosidad con una película que jamás hubiese buscado en otras circunstancias. Jugaron al engaño, conscientes de que si mostraban a los teleñecos desde el primer momento, la mayoría del público cambiaría de canal. Sólo por lo listo (ni inteligente ni bueno: listo) que era el tráiler ya merecía la pena darle una oportunidad a la película.
No llegué a ir al cine, pero la crítica Jimina Sabadú reavivó mi interés cuando me dijo que merecía la pena. Ella fue quien me recomendó Miss Tacuarembó, así que tenía mi voto de confianza. Cuando vi que la película estaba en la programación del avión, supe que había llegado el momento. Me dije: «No importa que tengas veinticinco años. Todos tienen que conocer a Gustavo en algún momento de su vida».
Y me encantó. Los Muppets es una película divertida, buenrollera (algo que nunca le pido a los libros, pero que siempre agradezco en el cine) y simpática, que te pone de buen humor. Tiene una historia simple hasta decir basta, pero un guión con bromas muy inteligentes que en ocasiones se dirige más al adulto que al público infantil. Aquí empieza y termina mi experiencia con los teleñecos, de modo que no sé cuánto se parecen a los originales, si siguen la estela o son una traición, pero lo que es seguro es que sin esta película jamás hubiese sabido de ellos más que lo que exige la cultura general. Igual que Lisbeth Salander es una hacker asocial, pero sin más información. Hoy sé un poquito más sobre los personajes de Millenium y un poco menos sobre la difícil relación entre la cerda Piggy y la rana Gustavo, porque sobre ellos, ni con una película ni cien entendería lo más mínimo.
No llegué a ir al cine, pero la crítica Jimina Sabadú reavivó mi interés cuando me dijo que merecía la pena. Ella fue quien me recomendó Miss Tacuarembó, así que tenía mi voto de confianza. Cuando vi que la película estaba en la programación del avión, supe que había llegado el momento. Me dije: «No importa que tengas veinticinco años. Todos tienen que conocer a Gustavo en algún momento de su vida».
Y me encantó. Los Muppets es una película divertida, buenrollera (algo que nunca le pido a los libros, pero que siempre agradezco en el cine) y simpática, que te pone de buen humor. Tiene una historia simple hasta decir basta, pero un guión con bromas muy inteligentes que en ocasiones se dirige más al adulto que al público infantil. Aquí empieza y termina mi experiencia con los teleñecos, de modo que no sé cuánto se parecen a los originales, si siguen la estela o son una traición, pero lo que es seguro es que sin esta película jamás hubiese sabido de ellos más que lo que exige la cultura general. Igual que Lisbeth Salander es una hacker asocial, pero sin más información. Hoy sé un poquito más sobre los personajes de Millenium y un poco menos sobre la difícil relación entre la cerda Piggy y la rana Gustavo, porque sobre ellos, ni con una película ni cien entendería lo más mínimo.
3 comentarios:
Me hace mucha pero que mucha gracia que digas que tienes poca paciencia para las películas al mismo tiempo que hablas de cuatro que has visto casi del tirón. xD
Coincido contigo en que 'Los Muppets' estaba bastante bien y, como a ti, tampoco sabía mucho de "Los Muppets" (para Gustavo era un personaje de Barrio Sésamo, vaya). Lo que estaba mejor eran, quizás, alguna de las canciones; era entretenida, para que negarlo, pero la historia estaba un poco vista xD. En cuanto a las otras, he visto la de 'Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres"... pero la sueca, la primera que se hizo... y tu me imagino que te estarás refiriendo a la de Fincher. En cuanto a las otras, pues no las he visto todavía; tengo ganas de ver la de 'J. Edgar', así que a ver si me animo y me voy a verla a una de las (pocas) salas que todavía la ponen.
De acuerdo con Los juegos del hambre y J. Edgar. Las otras dos no las he visto, ni tengo interés xD
Ultra de acuerdo con Los Muppets, al contrario que tú yo fui a verla al cine forma intencionada porque las películas infantiles me suelen gustar y más si cantan xDDDD Y, es simplemente genial, adoro esa peli, me bajé la BSO y torturo a mis compañeros de trabajo con ella xD
No entendí de quien estabas hablando hasta ya casi al final de la entrada, tampoco le puse play al tráiler. En latinoamérica son los muppets y lo conocemos por la rana rene, no por gustavo. De ahí mi confusión. Buena peli.
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