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Crímenes peores

Hace un par de meses, entre movimientos de sobres y chismorreos ducales, una noticia de peso pasó sin pena ni gloria. La medioprotagonizaba Angelina Jolie, actriz, que todavía será uno de los personajes del año por una causa ajena a su carrera cinematográfica, pero tampoco por esta. No, lo de su operación de pecho fue después, y no tiene nada que ver la noticia que se escurrió entre chorizos. De lo que habló la primera vez fue de violaciones en conflictos bélicos. Es muy posible que no lo recuerdes. Estamos a cosas mucho más importantes.
Las guerras sacan lo peor de cada pueblo. Se roba, se mata y a veces, por qué no, se viola. La agresión sexual se acepta como un problema inevitable de los conflictos, cuando la realidad es que es un simple capricho de los criminales, que aprovechan el caos para practicar la depravación.
Sería ingenuo pensar que las violaciones no tienen nada que ver con las guerras, pero no es así: los hay que violan a niños y mujeres aprovechando el descontrol y la ausencia de ley, pero en muchos casos estas violaciones son un arma más del conflicto, cuando los combatientes las emplean para humillar y destruir, como quien coloca una mina antipersona en lo más profundo de su enemigo. Los violadores lo hacen a veces por iniciativa propia, otras por orden de su superior, en un afán de llevar un paso más la destrucción de la guerra. Lo hemos visto en el mundo desde que nos alcanza la memoria: pueblos donde no quedó un hombre en pie, pero todas las mujeres tuvieron que cargar en su útero un hijo de su enemigo. También hay lugares, en la misma Europa contemporánea, donde las mujeres hubiesen deseado la suerte de las que murieron, porque por lo menos no tuvieron que malvivir con las consecuencias psicológicas de las violaciones de sus enemigos. Seguirán heridas de mente por mucho tiempo. También los republicanos violaron a monjas en la Guerra Civil, y los nacionales hicieron lo propio con las «rojas» porque, total, no les iba a importar siendo tan frescas. Repugnante todo.
Mientras tanto, la relatividad internacional ha hecho siempre la vista gorda con este tipo de crímenes y ha actuado con una alarmante pasividad, tratándolos de falacias en el peor de los casos y de «trastadas» en los más positivos. No iba con la guerra, punto. La concepción de violación de guerra es la misma desde la antigüedad, restándole importancia y separándolo de los crímenes de guerra comúnmente aceptados. Pero como Angelina Jolie dijo en su discurso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, no son hechos ajenos. Merecen la misma persecución que cualquier otro crimen de guerra. Su fin no es ni más inocente ni menos destructivo, y flaco favor hacemos a nuestra especie, a nuestra dignidad humana, si no llamamos a estas violaciones por su nombre. La actriz, alineada con Acnur, la agencia de la ONU para refugiados, consiguió el apoyo por unanimidad a su propuesta de equiparación de crímenes. Que nadie se permita dudar al respecto, ni que una violación se persiga con menos ímpetu que cualquier otro crimen de guerra, porque puede ser tan nociva o más que el arma más peligrosa. No son acontecimientos accesorios: las violaciones de guerra son una estrategia bélica monstruosa que no puede quedar impune. Estas son las noticias que pasan sin pena ni gloria por la televisión, pero que significan mucho más que las trivialidades que nos angustian a diario.

4 comentarios:

Naza dijo...

Lo único que se me ocurre decir es que la mujer es mujer. Hasta casi los años 70 no ha conseguido que más o menos se la equipare con el hombre. Ella tenía que obedecer y callar. El sexo débil. Lo mismo pasa con los niños, aún muy explotados laboralmente en medio mundo. A ellos tampoco les queda otra que hacer lo que les mandan, porque dependen totalmente de sus progenitores. En las guerras, obviamente no iba a va a ser diferente. Pero ya que la sociedad va avanzando y dando pasitos pequeñitos, lo lógico es que lo haga en todos sus aspectos. Esperemos que no se quede en mera palabrería.

Diva Chalada dijo...

Pues mira, a lo tonto me has dado un discurso estupendo para practicar Interpretación Simultánea. Gracias.

Por lo demás, totalmente de acuerdo con la señora Jolie. Eso sí, debería tener el detalle de no cobrar por su labor humanitaria. Y hasta donde yo sé, los embajadores de buena voluntad de la ONU cobran. Un saludo.

Anónimo dijo...

Una vez leí-no recuerdo,sino citaría su procedencia- que las guerras en realidad se libraban en el cuerpo de la mujer. Cuando una guerra sucede, los hombres luchan y caen. Mientras que el cuerpo de la s mujeres se convierten en el campo de batalla perpetuo. Donde son violadas, quedando como dices con daños psicológicos. O bien, con un bebé 'del enemigo', que le recordará por siempre lo sucedido. Y donde además, muchas veces, tras ser violadas y quedarse en estado, son repudiadas por los hogares familiares y deben buscar acogida y lugares donde poder encontrar algo de paz mental y ayuda. Buena entrada (:

iñaki dijo...

Recomiendo este testimonio sobre el tema. Pone los pelos de punta, aviso. http://vimeo.com/86816832