Cada casa tiene sus normas. En algunas se vuelve antes de las once, en otras está prohibido el reguetón so pena de muerte y en la mía uno no puede irse sin elegir su frase. La que más lo representa; su leitmotiv, para entendernos. No es que obligue a cada recién llegado a juntar palabras a la virulé, sino que lo llevo a la cocina y lo planto frente al catálogo de veinte frases de sobrecito de azúcar hasta que da con la suya.
No sé si esto habla bien de mis invitados, pero nadie ha pedido nunca explicaciones. Entienden la petición a la primera, guardan un respetuoso silencio y no paran (a veces tardan diez segundos, otras veces cinco minutos) hasta que de pronto interrumpen lo que estoy haciendo con un «Ya tengo mi frase». Y nunca dudan entre dos opciones ni tampoco renuncian al reto. Hasta hoy, todos han salido de casa con una frase bajo el brazo.
La elección de frase de mis invitados me provoca una curiosidad insana. Ellos no lo saben, pero con un imán de tres palabras revelan más que con su libro favorito o el tipo de desayuno que hacen. No juzgo a nadie por su elección, tranquilos, pero me gusta conocer un poquito más de la gente que ya conozco. Porque por mucho que conozca a mis amigos (por mucho que creáis conocerlos) es prácticamente imposible adivinar cuál elegirían. Haced la prueba e intentad adivinar la frase de vuestros mejores amigos. Después pedidles que elijan la suya. No os frustréis si os habéis equivocado, que aquí entra aquello de que una cosa es lo que creemos que somos y otra lo que otros creen. Pues con la frase no iba a ser menos.
Las veinte frases dan para mucho. Veinte frases para veinte grupos, lo que deja a los nueve del eneagrama en una categoría de chichinabo. Entre las opciones, me gusta la gente que elige «Soy feliz». ¿Quién no quiere a gente feliz cerca? Me gusta mucho cuando alguien escoge «Cuida a tus amigos» (que todos tomen nota de esta, aunque no la escojan de lema). La de «Recibes lo que das» me da un poco de mal rollo, porque no sé si tomarla a buenas o a malas, igual que «La vida es breve». Hay frases empalagosas como «Te quiero» y preocupantes como «Quiéreme» (puedo jurar y juro que nadie las ha elegido en mi casa). Con tanta variedad es difícil no dar con una, pero lo cierto es que cuando encontré estos imanes ya había elegido mi frase. Casualidades de la vida, había un imán con una que ya había adoptado unos años atrás. Hasta tuve un iPod con la frase grabada, justo antes de mi nombre. Era justo «Sé tu mismo», que todavía hoy revalido. No es la mejor del mundo (¿por qué ser uno mismo, cuando se puede ser mejor?) pero no puedo desprenderme de mi leitmotiv a la torera. A veces sería capaz de hacer idioteces por tomar el camino fácil y, como me conozco, sé que después me arrepentiría. Por eso está bien recordarse lo que uno es, que en verdad es aquello en lo que uno cree, para no hacer el idiota. O hacer el idiota, sí, pero sin hacer daño a nadie. En eso consiste mi «Sé tu mismo», aunque podría ser «Vive y deja vivir» o «Sé bueno». Lo de ser bueno está infravalorado. La gente prefiere ser inteligente, lo cuál, irónicamente, es una enorme estupidez. Una cosa es tener unos principios sólidos y otra muy distinta llevarlos hasta el final. Mi reto es para toda la vida.
Hace unos días hice un alto en el Prado para volver a ver mi cuadro favorito, El fusilamiento de Torrijos del valenciano Antonio Gisbert. Unos minutos después hablé con A.A. por teléfono, quien conoce bien el cuadro y me regaló una postal antes de saber que es mi preferido. Cuando le dije que es una pintura que me llena de optimismo, A. no se lo creía. «Pero si terminan fatal», me dijo. Razón no le falta: todos muertos, con sus ideales. Puede que el desenlace de los personajes sea catastrófico, pero me parece un final admirable: esos hombres murieron haciendo lo que creían, siendo ellos mismos. Ser tú mismo es fácil en algunas circunstancias, pero no cuando la vida te aprieta y los caminos fáciles son los más tentadores. Para mí, Torrijos y sus compañeros terminaron bien, aunque no sirviese de nada. Terminaron fieles a lo que creían y eso no se ve todos los días. Nosotros no nos enfrentamos a reyezuelos absolutistas, pero sí a retos diarios en los que decidimos entre ser egoístas y pasar de puntillas o marcar la diferencia. Ojalá hubiese más Torrijos en el mundo. Ojalá la gente creyese en algo, algo bueno y noble, y estuviese dispuesta a todo por defender su causa hasta morir.
Ahora te toca a ti: ¿cuál es tu frase?
No sé si esto habla bien de mis invitados, pero nadie ha pedido nunca explicaciones. Entienden la petición a la primera, guardan un respetuoso silencio y no paran (a veces tardan diez segundos, otras veces cinco minutos) hasta que de pronto interrumpen lo que estoy haciendo con un «Ya tengo mi frase». Y nunca dudan entre dos opciones ni tampoco renuncian al reto. Hasta hoy, todos han salido de casa con una frase bajo el brazo.
La elección de frase de mis invitados me provoca una curiosidad insana. Ellos no lo saben, pero con un imán de tres palabras revelan más que con su libro favorito o el tipo de desayuno que hacen. No juzgo a nadie por su elección, tranquilos, pero me gusta conocer un poquito más de la gente que ya conozco. Porque por mucho que conozca a mis amigos (por mucho que creáis conocerlos) es prácticamente imposible adivinar cuál elegirían. Haced la prueba e intentad adivinar la frase de vuestros mejores amigos. Después pedidles que elijan la suya. No os frustréis si os habéis equivocado, que aquí entra aquello de que una cosa es lo que creemos que somos y otra lo que otros creen. Pues con la frase no iba a ser menos.
Las veinte frases dan para mucho. Veinte frases para veinte grupos, lo que deja a los nueve del eneagrama en una categoría de chichinabo. Entre las opciones, me gusta la gente que elige «Soy feliz». ¿Quién no quiere a gente feliz cerca? Me gusta mucho cuando alguien escoge «Cuida a tus amigos» (que todos tomen nota de esta, aunque no la escojan de lema). La de «Recibes lo que das» me da un poco de mal rollo, porque no sé si tomarla a buenas o a malas, igual que «La vida es breve». Hay frases empalagosas como «Te quiero» y preocupantes como «Quiéreme» (puedo jurar y juro que nadie las ha elegido en mi casa). Con tanta variedad es difícil no dar con una, pero lo cierto es que cuando encontré estos imanes ya había elegido mi frase. Casualidades de la vida, había un imán con una que ya había adoptado unos años atrás. Hasta tuve un iPod con la frase grabada, justo antes de mi nombre. Era justo «Sé tu mismo», que todavía hoy revalido. No es la mejor del mundo (¿por qué ser uno mismo, cuando se puede ser mejor?) pero no puedo desprenderme de mi leitmotiv a la torera. A veces sería capaz de hacer idioteces por tomar el camino fácil y, como me conozco, sé que después me arrepentiría. Por eso está bien recordarse lo que uno es, que en verdad es aquello en lo que uno cree, para no hacer el idiota. O hacer el idiota, sí, pero sin hacer daño a nadie. En eso consiste mi «Sé tu mismo», aunque podría ser «Vive y deja vivir» o «Sé bueno». Lo de ser bueno está infravalorado. La gente prefiere ser inteligente, lo cuál, irónicamente, es una enorme estupidez. Una cosa es tener unos principios sólidos y otra muy distinta llevarlos hasta el final. Mi reto es para toda la vida.
Hace unos días hice un alto en el Prado para volver a ver mi cuadro favorito, El fusilamiento de Torrijos del valenciano Antonio Gisbert. Unos minutos después hablé con A.A. por teléfono, quien conoce bien el cuadro y me regaló una postal antes de saber que es mi preferido. Cuando le dije que es una pintura que me llena de optimismo, A. no se lo creía. «Pero si terminan fatal», me dijo. Razón no le falta: todos muertos, con sus ideales. Puede que el desenlace de los personajes sea catastrófico, pero me parece un final admirable: esos hombres murieron haciendo lo que creían, siendo ellos mismos. Ser tú mismo es fácil en algunas circunstancias, pero no cuando la vida te aprieta y los caminos fáciles son los más tentadores. Para mí, Torrijos y sus compañeros terminaron bien, aunque no sirviese de nada. Terminaron fieles a lo que creían y eso no se ve todos los días. Nosotros no nos enfrentamos a reyezuelos absolutistas, pero sí a retos diarios en los que decidimos entre ser egoístas y pasar de puntillas o marcar la diferencia. Ojalá hubiese más Torrijos en el mundo. Ojalá la gente creyese en algo, algo bueno y noble, y estuviese dispuesta a todo por defender su causa hasta morir.
Ahora te toca a ti: ¿cuál es tu frase?
21 comentarios:
Ya la he elegido pero me la reservo para cuando vaya :)
Esperaba otro tipo de frases, la verdad. Más variadas. Pero no me extraña que la frase escogida te diga algo de la persona: está revelando su actitud hacia la gente y las relaciones, nada menos.
La mía es "Tú puedes ser feliz". Quizá porque encaja más con una que últimamente uso mucho: "Celebra tu existencia".
Ea, Freud, psicoanaliza :). Y sobre todo, ¿dónde has comprado los imanes con el mapa de África y América (y de todo el mundo, intuyo)? Tu nevera debe de ser gigante...
¡Qué entretenido y psicopático!
Con tal de que no tengan una explicación a lo Freud, ¡Uf! ¡Qué miedo!
Es más difícil de lo que pensé...
Porque varias se pueden aplicar a diversas instancias frecuentes en la conducta de una X persona o en períodos distintos por las cuales está transitando una persona.
Me quedó con está, que es muy irónica por lo demás:
Vive en el presente
Me costó mucho escoger una frase, pero si me apuras, escogería "tú puedes ser feliz".
Yo tengo mi propia frase que me la repito varias veces en mi cabeza e INTENTO aplicarla en mi día-a-día: "carpe diem".
Si bien llevo tiempo leyéndote, en esta ocasión no he podido evitar comentarte. Si bien invisible, espero ser aquí tu invitada.
Mi frase es "Eres lo que amas"
"Disfruta de la vida"
Amar es un viaje, Cronista.
Me apunto a tu pequeño reto: "Ama si quieres ser amado" Un abrazo!
Yo lo siento, pero es que a mi todas las frases me parecen muy de filosofía barata estilo "El caballero de la armadura oxidada" y no me motiva elegir ninguna :-/
Años leyéndote y pocas entradas te he comentado. En cierto modo no es una entrada brillante, pero nos conquistas con esas peculiaridades que tienes.
Leí las frases una vez y algo en mí dijo "Eres lo que amas". No termino de entender por qué, pero esa es mi elección.
Lo más bonito de la entrada es el cameo del gato-bús de Totoro =)
Lo de "se tu mismo" con el paralelismo del Fusilamiento de Torrijos me ha recordado a V de Vendetta xD
También elijo esa frase.
Yo no quiero ser copiota ( es más lo odio), pero no me queda más remedio que elegir se tú mismo". Me cagüen. "Yo soy yo y mis ideales" , dije hace años poseída por el espíritu filósofo de mi alter ego Saratustra.
Estaba en contra de tu opinión de que todo el mundo se queda con una frase, y he pensado que seguro que había más de una que me iba bien a mí. Y es cierto, hay muchas frases que me encajan, pero es verdad que hay una que está muy por encima de las demás: Eres lo que amas, me define mucho mejor que cualquier otra frase.
Es un juego divertido, te lo agradezco, probablemente me lo apropie de alguna forma ;) ¡Un abrazo!
Sé bueno. Creo ;-)
@Babilonia: el mapa de imán lo venden en muchas tiendas. :) Es muy chulo.
Elegiría "soy feliz". Algún día de estos te explicaré la razón.
Yo elegiría "Amar te hace grande" porque si no amase a la persona a la que amo jamás habría podido ser grande y fuerte para lo que él necesitaba.
Yo diría : tú puedes ser feliz, aunque suena un poco al eslogan de Obama xD. Unos de mis filósofos favoritos -Sartre- ha dicho : la existencia precede a la esencia. Aunque muchas personas siguen siendo cortas de miras considerando a los que padecen de enfermedades mentales como ingratos que no saben valorar lo que tienen, yo puedo decir que he sufrido mucho con la anorexia. No sabemos hoy día a punto fijo si todo esto se debe a un "fallo en el cerebro" o si es a raíz de un trauma exterior que una persona experimenta ese tipo de cosas. Todo lo que sé es que el sufrimiento es real aunque muchos me hayan tachado de paciente ilegítima en el hospital. Por eso quise disculparme a mí misma, diciéndome que no era mi culpa si estaba enferma pero era mi responsabilidad ir mejorando. De ahí la frase ^^...
Eres lo que amas.
Errar es humano
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