Durante mucho tiempo me resistí a Facebook (pero también lo hice con Twitter, y mira hoy, @el_croni tiene que reconocer que más de un millar de tuits no se escriben solos), pero al final caí como el resto y creé dos cuentas distintas: una como El Cronista de Salem y otra para uso personal. Como no quería que cualquiera cotillease mis fotos, me registré como Hernán Cortés. Tampoco es que fuese fan de Hernán Cortés, pero siempre me ha parecido un nombre muy sonoro. Si se tratase de admiración, hubiese escogido un millón de personajes históricos antes que él. Sí, la duplicidad de cuentas va contra la normativa de Facebook, pero Dios sabe los intentos que he hecho por eliminar esta última cuenta con nombre de conquistador y lo máximo a lo que llego es a la desactivación. Si la única forma que tengo para que la supriman es autoinculparme, proclamo mi falta a los cuatro vientos.
Sin embargo, las circunstancias cambian y algunos casos me exigían una cuenta de Facebook con mi nombre real. La gente no quiere Cronistas entre sus amigos, y qué decir de Hernán Cortés. Creé el nuevo perfil a regañadientes, pero esta vez conociendo todas las opciones de privacidad. Si tenía que pasar por el aro, al menos lo haría a mi modo: mi cuenta personal no muestra las fotos en las que estoy etiquetado, ni tampoco tengo tablón. No aparece mi lista de amigos ni mi teléfono ni mi email. Solamente mi nombre, con una imagen de perfil, mi fecha de cumpleaños (por eso de que se acuerden de felicitarme. No os vayáis a pensar que fue un despiste al desactivar las opciones) y mis gustos, no sea que al fin encuentre un alma gemela para los conciertos de los grupos raros. Tampoco agrego a desconocidos, pero sí añado a gente más relajado que antes. Total: no hay nada interesante en mi perfil. Es un cortarrollos para los cotillas que se pasan horas buceando entre los muros y álbumes de los demás. No será a mi costa.
Tan contento yo con mi nuevo perfil apto para todos los públicos cuando alguien cercano, de los que no tenía como Hernán Cortés y me insistía para que me crease Facebook una y otra vez, encontró una nueva excusa para quejarse:
--No te puedo escribir en el muro.
--Ya lo sé. Es que no tengo muro.
--Sí, sí... Eso es que tienes algo que ocultar.
Vaya. No querer mostrar es ocultar. Pues si lo ven así, sí, no quiero exhibirme. Pero ¿significa eso que tenga nada que esconder? ¿Es más natural que la gente escriba en el muro, a ojos de todos, lo que es un mensaje para una sola persona? Porque respeto que lo hagan, pero que me comprendan si prefiero ahorrarme toda esa sobreexposición. A unos no les interesa si he salido de fiesta con otros. Y a otros, si me voy de viaje con los siguientes. Facebook, igual que el resto de redes sociales, tiene la virtud de crear más lazos de comunicación que antes, ¿pero quién ha dicho que yo quiera tanto? ¿Por qué debería decirle al mundo dónde me encuentro en cada momento, por mucho que Twitter me sirva de altavoz? What's App, el chat para iPhones y demás móviles, también tiene sus ventajas, pero ¿acaso no estáis hartos de tener que responder a todo al instante, de estar localizables las veinticuatro horas del día? ¿De que cualquiera os pueda decir "hola" en cualquier momento? ¿La posibilidad de la comunicación máxima es el éxtasis de las relaciones sociales, o el empobrecimiento?
Qué poca credibilidad de discurso cuando escribo todo esto desde un blog. Buenas noches o buenos días.
Sin embargo, las circunstancias cambian y algunos casos me exigían una cuenta de Facebook con mi nombre real. La gente no quiere Cronistas entre sus amigos, y qué decir de Hernán Cortés. Creé el nuevo perfil a regañadientes, pero esta vez conociendo todas las opciones de privacidad. Si tenía que pasar por el aro, al menos lo haría a mi modo: mi cuenta personal no muestra las fotos en las que estoy etiquetado, ni tampoco tengo tablón. No aparece mi lista de amigos ni mi teléfono ni mi email. Solamente mi nombre, con una imagen de perfil, mi fecha de cumpleaños (por eso de que se acuerden de felicitarme. No os vayáis a pensar que fue un despiste al desactivar las opciones) y mis gustos, no sea que al fin encuentre un alma gemela para los conciertos de los grupos raros. Tampoco agrego a desconocidos, pero sí añado a gente más relajado que antes. Total: no hay nada interesante en mi perfil. Es un cortarrollos para los cotillas que se pasan horas buceando entre los muros y álbumes de los demás. No será a mi costa.
Tan contento yo con mi nuevo perfil apto para todos los públicos cuando alguien cercano, de los que no tenía como Hernán Cortés y me insistía para que me crease Facebook una y otra vez, encontró una nueva excusa para quejarse:
--No te puedo escribir en el muro.
--Ya lo sé. Es que no tengo muro.
--Sí, sí... Eso es que tienes algo que ocultar.
Vaya. No querer mostrar es ocultar. Pues si lo ven así, sí, no quiero exhibirme. Pero ¿significa eso que tenga nada que esconder? ¿Es más natural que la gente escriba en el muro, a ojos de todos, lo que es un mensaje para una sola persona? Porque respeto que lo hagan, pero que me comprendan si prefiero ahorrarme toda esa sobreexposición. A unos no les interesa si he salido de fiesta con otros. Y a otros, si me voy de viaje con los siguientes. Facebook, igual que el resto de redes sociales, tiene la virtud de crear más lazos de comunicación que antes, ¿pero quién ha dicho que yo quiera tanto? ¿Por qué debería decirle al mundo dónde me encuentro en cada momento, por mucho que Twitter me sirva de altavoz? What's App, el chat para iPhones y demás móviles, también tiene sus ventajas, pero ¿acaso no estáis hartos de tener que responder a todo al instante, de estar localizables las veinticuatro horas del día? ¿De que cualquiera os pueda decir "hola" en cualquier momento? ¿La posibilidad de la comunicación máxima es el éxtasis de las relaciones sociales, o el empobrecimiento?
Qué poca credibilidad de discurso cuando escribo todo esto desde un blog. Buenas noches o buenos días.
6 comentarios:
Yo personalmente soy muy cuidadosa y muy privada. Manejo un seudónimo (este) y no me gusta que mis amigos hablen de mis cuentas sociales frente a extraños. Soy una frikki: en Facebook no me permito a aaceptar a alguien con quien no haya tenido una conversación hecha y derecha y aunque en twitter me permito ciertas cosas, tengo claro mi limite de privacidad.
No me gusta ser localizable, no me gustan que me estén hablando todo el día, a cualquier hora. Soy de la vieja guardia que después de 9 de la noche, me irrita que me llamen, a excepción de que sea una emergencia. Y tengo sólo 21 años, lo cual causa mucha gracia entre los que me conocen, pero me gusta mi privacidad y no me gusta (en realidad lo detesto) que las personas husmeen en mi vida como si fuera una revista de corazón.
Saludos.
Toda la verdad Croni! ya la vida es asi, si no estas en facebook o twitter no existes Y_Y
Besos!
Ya creía que yo era la única rara. Me alegro de no estar sola en la "paranoia" (como lo llaman mis amigos) de la privacidad.
Saludos!
Sé que mucha de la gente que pide que me haga facebook constantemente se quedarían muy decepcionados si me lo hiciera. Es que es eso, a mi comunicarme me parece perfecto, pero exponerme, en general, no. No es nada que ocultar, simplemente, prefiero que la gente la mayoría de las cosas que sepa de mí las sepa porque yo he decidido contárselas a esa persona en particular... Si en mi perfil tuviera que poner las cosas que no me importa que sepan tanto mis mejores amigos, como amigos a secas, gente que me cae bien sin más, compañeros, conocidos agradables o posibles cotillas varios pues... el contenido sería muy pobre XDD Eso sin contar con que eso me hace dudar de qué tipo de gente aceptaría. El otro día lo discutía con alguien (después de otro "Haz el favor de hacerte facebook") y no me entendía, me decía "Bueno, si no te cae bien alguien y no quieres aceptarlo te haces la tonta y no lo haces, ya está". Yo es que no me refería a alguien que te cayera mal, me refería a donde poner la línea de qué gente aceptar, no a que tuviera nada en contra de esa persona... Lo aclaré y me miraban igualmente como si no me entendieran XDD Tampoco digo aceptar sólo a amigos, pero en algún sitio hay que cortar porque tampoco concibo "aceptar a todo dios que no me produzca una profunda repulsión", eso sería casi como aceptar a todo Dios XD, me cuesta mucho tener asco a la gente, para eso tienen que esforzarse...
Me parece genial tu decisión, pero no la comparto.
Me encanta estar totalmente localizable y recibir noticias de mis amigos en cualquier parte, además, llevando conmigo mis redes sociales en la blackberry, he resucitado relaciones con amigos que se habian perdido,con gente que me caía muy bien pero que no me atrevía a llamar por teléfono por diferentes razones, pues en facebook he podido ver qué hacen, cómo les va la vida y que no han cambiado tanto como yo pensaba, lo que me ha puesto las cosas mucho más fáciles a la hora de retomar la comunicación.
Yo tampoco pongo todo lo que hago en facebook, yo elijo lo que quiero que la gente sepa de mi, elijo lo que cuelgo, y a ver si haces tú lo mismo que, muy lejos de ser un cotilla que va de perfil en perfil (cosa a la que no le veo mucho sentido, la verdad) sí que me gusta saber, como habrás podido deducir de lo anteriormente dicho, cómo les va a mis amigos con solo hacer un "click"
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