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Las cinco mentiras más repetidas por los monárquicos

Cuando Felipe VI parece inevitable, los monárquicos sacan sus argumentos a relucir. Cuesta creer que una institución tan arcaica pueda encontrar defensores a estas alturas de siglos, pero no te dejes impresionar por sus mentiras. Primero porque se las creen, no tienen maldad. Segundo, porque te resultará muy sencillo desmentirlas. Estas son las más repetidas.

1. Una república es más cara que una monarquía parlamentaria (o la otra versión: «Un jefe de Estado electo sería más caro que el rey»)
Falso. Comparar los presupuestos de nuestra jefatura con la de otros países es una manipulación (¡y en términos absolutos! Que comparen el sueldo de un obrero, a ver). Nuestro jefe de Estado costará lo que decidan nuestros políticos en sede parlamentaria, y puede ser mucho o poco, según la coyuntura económica y el gobierno de turno. En ningún tratado internacional se establecen mínimos de máximos de ningún tipo. Si nuestro rey es más barato que otros jefes de Estado, no quiero pensar la ganga de jefatura de Estado que podemos tener sin familia real.

2. Los países más democráticos del mundo son monarquías parlamentarias
Falso. Es cierto que Suecia, Dinamarca y Noruega lo son, pero países como Islandia, Suiza o Finlandia también copan los primeros puestos en clasificaciones de nivel democrático y son repúblicas como la copa de un pino. Una monarquía parlamentaria es menos democrático que una república por lo menos en una cosa: en la jefatura de Estado. Podrán subir puntos en el resto de instituciones, pero en ese punto suspenden de largo. ¿O hacemos otra clasificación de democracia en jefaturas de Estado, a ver qué tal quedan Suecia, Dinamarca y Noruega?

3. La monarquía es democrática porque los españoles la votaron con la Constitución
Falso. Los españoles votaron una Constitución (y a la desesperada), no si querían monarquía o república. Los españoles estaban deseando salir de una dictadura y la alternativa a la Constitución era bastante oscura. Nadie les dejó votar por bloques.
Incluso si hoy se sometiese a referéndum, la monarquía seguiría sin ser democrática porque no es una cuestión de sí o no, sino de que es una institución en la que sólo caben los suyos. Democracia no es sólo votar; también significa poder ser votado, pero la corona no permite competidores.

4. Mejor un rey que un jefe de Estado del partido de la oposición

Falso. La mayoría de monárquicos que sostienen esto conocen perfectamente países presicencialistas donde el jefe de Estado es el mismo presidente del gobierno, sin bicefalias. Es el caso de países tan atrasados como Estados Unidos, Chile o Corea del Sur.
Pero incluso si queremos que sean personas distintas ¿qué problema hay? El presidente del gobierno de España, que pinta más que el rey, ya pertenece a un partido político. Con un argumento tan ponzoñoso parece que algunos se sentirían más cómodos con un rey para todo: total, así no habría que ver al partido de la oposición gobernando.


5. Hay asuntos más urgentes que la monarquía (argumento cuando las otras mentiras se caen)
Falso. A falta de razones, mejor escurrir el bulto. Los que siempre quieren posponer el debate son genuinamente monárquicos, y el retraso garantiza su statu quo. No es que los republicanos quieran parar el país hasta que el rey abdique (abdique pero bien), sino que creen que es un asunto que se puede resolver con naturalidad en una comisión dedicada a ello. Cuando se aprueba una ley, por importante que sea, el resto de comisiones no detienen su actividad. Tenemos trescientos cincuenta diputados en el Congreso: no hacen falta ni una quinta parte de ellos para avanzar en el asunto. Incluso si los grupos quisiesen dedicar un buen puñado de recursos al asunto, todavía les quedarían muchas manos libres para dedicarse al resto de asuntos que preocupan a los españoles.