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Un tesoro con dos dueños

Menuda la que se ha montado con el tesoro submarino descubierto por el Odyssey, uno de los más grandes jamás encontrado. España, como ya había advertido, ha demandado a la empresa de cazatesoros con afán de recuperar lo que es suyo, lo que nuestro. Y los norteamericanos, mal disimulados ellos, se niegan a decir donde encontraron semejante botín.
Hay que tener en cuenta un par de puntos: primero, que el Odyssey pidió permiso a España para investigar nuestros fondos marinos, licencia que el país concedió; segundo, que la ley española obliga a entregar el tesoro, lo encuentres donde lo encuentres, al Estado. Si yo encuentro una moneda de plata en un parque público, estoy obligado por ley a entregársela a las autoridades; pero si la moneda, o lo que sea, la encuentro en el jardín de mi propia casa... ¡ah, se siente! También estoy obligado a entregárselo al Estado. Justicia divina o injusticia estatal, lo que prefieran los señores.
Soy contrario a esa ley, de veras: lo único que provoca es que todo lo que uno encuentra se lo calle como un muerto por no arriesgarse a perderlo. Y si el Estado se entera, te lo quita y encima te puede caer una buena. ¿Qué hacen con tantas reliquias? Algunas van a museos, sí, pero el mayor porcentaje va a almacenes. ¿Por qué iba a estar mejor en una caja que en el salón de mi casa?
España juega sucio con Odyssey: saben que son cazatesoros, les dejan que barran los mares en busca de fortunas y cuando las encuentran, pretenden arrebatárselas. Normal que Odyssey, que se ha gastado un dineral en su investigación, se niegue a revelar el origen de tan suculento premio. Pero quien calla otorga, claro.
¿Que no estamos dispuestos a que nos quiten nuestros tesoros? Adelante, perfecto: pues gastémonos en inversión y busquemos nosotros mismos los galeones hundidos. No concedamos licencias a terceros países para que los encuentren y luego nos los quedamos nosotros. No nos convirtamos en un país de miserables, de esos que pretenden tenerlo todo sin gastarse un duro, a costa del trabajo de los demás.

Yo no me quiero casar

"No tengo tiempo para saber / si hay un amor ideal / A mi cualquiera me viene bien / ¿Cómo me voy a negar? / Qué aburrido debe ser / tener solo una mujer / ¡Nunca me podria casar! No conozco a nadie que no haya terminado mal...".

Los de Turf describen muy bien con su canción lo que pienso del compromiso del matrimonio. ¿Algo para toda la vida es posible? El amor es perecedero e iluso es aquél que lo niega. Puede durarte semanas, meses e incluso años, ¿pero para siempre? Ojalá fuese así.
No puedo soportar la idea del hasta la muerte. Con lo fácil que lo hacen algunos animales, con su aquí te pillo aquí te mato. Cuando te enamoras de alguien de verdad piensas que nunca va a acabarse el amor - y entonces, se acaba. ¿Y qué haces, si ya estás casado?
Gracias a Dios que inventaron el divorcio (aunque dicho así suena un poco blasfemo), pero quizá nos ahorraríamos más de un disgusto si de raíz renunciásemos a pasar por la vicaría.
Sin embargo, algunas experiencias me han hecho recuperar la fe en el matrimonio. Una fue hace unos meses, en una cafetería con mis abuelos paternos. No sé qué dije del del día que era, que los dos se miraron, se levantaron, se besaron y abrazaron. Cuando volvieron a sentarse les pregunté, extrañado, a qué venía semejante comportamiento.
- Es nuestro aniversario -respondieron a la vez los dos sonrientes octogenarios.
Y aquello me hizo replantearme muchas cosas. Con los Turf por un lado y mis abuelos por otro, no sé qué haré cuando me encuentre en la tesitura. Supongo que casarme, como todo el mundo. Ya tendré tiempo de arrepentirme.

La discriminación positiva

Que el hombre no es superior a la mujer, ni la mujer al hombre, es algo sabido por todos. Que lo reconozcan o no, ya es problema de cada uno. Pero en la sociedad moderna, o en la España reciente, hemos luchado mucho para que no existiesen esas discriminaciones que dejaban a las féminas en un segundo plano y devolverles al primero, el que les corresponde. Como para que ahora, con el estandarte de supuesta "igualdad", vengan a arrojarlas a un abismo que no veíamos desde el franquismo. Así nos las tomamos aquí.

Recuerdo en sexto de primaria cuando llamé a la profesora de Valenciano "feminista" con afán de criticar su postura de la-mujer-es-superior-en-todo. Entonces ella, serena, me dijo que buscase "feminismo" en mi diccionario de Castellano-Valenciano-Castellano de Tabarca. "¿Ves?", me dijo triunfal. "Feminista es el que sostiene que los dos sexos son iguales, no que la mujer sea superior". Y nunca olvidaría ese momento. Ni volvería a usar mal la palabra. Y es que nuestro lenguaje es tan sexista, que no existe modo de definir una supremacía de la mujer. Lo máximo que se atreve a nombrar es la igualdad, pero no hay antónimo para el vocablo "machismo". Quizá porque haya sido algo tan inaudito en nuestra historia que nadie se haya tomado la molestia de bautizar semejante utopía.

Y la ley de la igualdad, la del ZP del pueblo, la del ZP con las mujeres, es un ejemplo penoso de discriminación positiva, discriminación positiva que no es más que machismo edulcorado. Un iluso como yo pensaba que ya existía igualdad, si no perfecta, muy conseguida para la casi recién estrenada democracia. Creía que no nos hacían falta leyes que obligasen, con todas sus letras, a contratar mujeres por el simple hecho de ser mujeres. No por su profesionalidad, ni por sus brillantes estudios, sino simplemente por ser mujeres. ¿No tenemos una Constitución que defiende la igualdad de sexos? ¿No se supone que ya no nos debe importar si uno es mujer u hombre, sino simplemente lo que vale? Entonces, ¿por qué retroceder? ¿Por qué volver a fijarnos en el sexo, cuando el éxito estaba en olvidarlo?

Digan lo que digan los interesados, España no es machista. Hay mujeres con multinacionales en las que día a día confían los inversores, hay mujeres alcaldesas, hay mujeres conductoras que nos llevan a trabajar, hay mujeres en los debates de política, dirigiendo grandes almacenes, hay mujeres con todas las estrellas Michelín imaginables y mujeres que arrastran masas. Y todas ellas, de la primera a la última, han luchado por hacerse su hueco y han desbancado a otros hombres. ¿Cómo? Siendo mejores. Y esa es su clave del éxito. Si la nueva ley establece cuotas, muchas mujeres sin talento harán peligrar puestos de importancia, y otras tanta, verdaderamente capaces, no brillarán con suficiente fuerza porque sobre ellas pesará la sombra de la duda.

Las abejas y los móviles

Los científicos llevan observando desde hace años un descenso notable de la población mundial de abejas. Los panales se quedan vacíos y los insectos voladores aparecen a gran distancia, en el suelo, muertos y encogidos. El enigma de a qué viene semejante cambio en la conducta de estos animalitos ha provocado decenas de teorías y es una de Alemania la que parece tener mayor aceptación: los teléfonos móviles son los culpables.
Las abejas necesitan recolectar pólem para elaborar la miel. Para ello, viajan felices cual Abeja Maya en busca de florecillas cargadas de materia, no importa cuán lejos estén. No importa porque su organismo les permite regresar al panal gracias a unas ondas invisibles que les dirijen hasta casa, a modo de faro de mar, pero lo que no contaban nuestras amigas las abejas es que las ondas que producen los teléfonos móviles se entrometerían en su propia frecuencia para acabar desorientándolas e impidiéndolores regresar a casa.
Ese es el motivo según los científicos alemanes: las ondas de los móviles. Y con el ritmo de crecimiento que llevan estos aparatos, en el panal no va a quedar nadie más salvo la reina y los zánganos.
¿Qué hacer ante semejante problema? Las abejas están muriendo y precisamente por nuestra culpa. ¿Renunciamos a los teléfonos móviles por salvaguardar su especie? ¿O seguimos enganchados a la movilmanía, a sabiendas de que la miel no volverá a existir?
Soy poco amigo del teléfono móvil: apenas gasto y mi modelo es del año de la pera. No sólo renunciaría a las abejas por el móvil, ¡lo haría encantado! ¿Pero y el resto de la gente? Para muchos, el móvil es un apéndice más de su cuerpo. ¿Qué elegirían ellos?
Adiós, abejas, fue un gusto conoceros. Saludad al dodo de mi parte.

Censuras del siglo XXI

Si me hubiese tocado vivir el franquismo, habría pasado la mitad del tiempo con los grises corriendo a mis espaldas. Por eso no concibo cómo puede haber simpatizantes del Régimen, personas que apoyaron y todavía apoyan la dictadura del Generalísimo. Una vez le pregunté a un devoto seguidor cómo era que podía soportar semejante sociedad absolutista y me dejó boquiabierto con su respuesta: "¿Sabes? Había algo que odiaba del franquismo: la censura de la literatura".
De los errores se aprende y uno espera que las censuras no ocurran en el siglo veintinuno, pero lo de Chávez en Venezuela es un más que grave atentado a la libertad de opinión. ¿Hasta dónde se puede llegar en el afán de querer tener el poder de todo? Ayer, a las 23:59, la cadena de televisión más antigua del país emitía el último minuto de su existencia. Era la crónica de una muerte anunciada, pero no por ello menos injusta e intolerante. RCTV, líder en audiencia y la voz más representativa contra el presidente, consumía sus últimos segundos de emisión con la angustia de quien sabe que no sólo se muere un canal, sino también parte de la libertad de Venezuela. Y así concluyó su existencia.
Pero si alguien cree que sólo en Venezuela se viven las censuras, debería fijarse en Menéame.net, una web progresistoide* cuya mayor obsesión es lapidar a la derecha, haga lo que haga y diga lo que diga. Para quien no la conozca, explicaré rápidamente su sistema:
Consiste en que los usuarios envían noticias a una página de "Pendientes". Ahí el resto de usuarios votan (o menean) por la noticia si es importante, pero si es irrelevante proponen su eliminación. Las que más puntos a favor reciben aparecen en la página principal. Hasta aquí todo bien.
Cuando me conecté anoche me sorprendió que no había ni una sola noticia en la página principal acerca de los resultados electorales. Aquello no podía ser. No. Ya habían pasado un par de horas, así que revisé de nuevo porque tenía que aparecer. Y no, no estaba. Extrañado, me trasladé a la página de "Pendientes" y ¡ualá! la noticia estaba, sí, pero con tal cantidad de votos negativos (tildando la noticia de "cansina" hasta irrelevante") que no había manera de que pasase a la página principal. Entré a leer los comentarios y decían cosas como "esta noticia nunca verá la luz", "esta noticia no puede salir nunca a la página principal, ya que escuece a demasiados muchos" o alguno con sentido común: "Vergüenza me da la situación que se vive en Menéame. Nos quejamos de la censura, aclamamos la libertad de expresión, y luego pasa esto". Como nota adicional, la noticia finalmente salió a la página principal pero ha durado poco o nada en ese espacio.
Con esto quiero hacer una referencia acerca de la dirección que está tomando la izquierda más extrema, tan vil e irrespetuosa como la derecha de Franco. ¡Tanto se odian, y a fin de cuentas pecan de lo mismo! Ni los unos ni los otros permiten escuchar otras opiniones. Sólo la suya vale. Sólo su voto cuenta.

* Mis respetos a los progresistas, a los verdaderos progresistas. Pero me niego a llamar "progresista" a alguien que no acepta unos resultados democráticos y censura a quien los apoya. Sería un insulto para los verdaderos progresistas.

¡Qué manía con los paralelismos!

Que como el PP ha sacado (unos pocos) más votos en las municipales que el PSOE, eso significa que el año que viene ganará en las generales. Y Rajoy (o el que sea del Partido Popular) saldrá presidente.
Claaaaaaaaaaaro. Esta es la deducción del besugo. La deducción del analista besugo que piensa que los votantes somos besugos. Pero no tienen en cuenta a los que consideramos cada líder por su cuenta, que es lo que de verdad importa. Porque si presidente del gobierno, de comunidad autónoma y alcalde hiciesen lo mismo, no nos molestaríamos en votar tres veces. Pero como sus papeles son muy distintos y sus decisiones comprenden distintos ámbitos, a mí como ciudadano me puede interesar X partido para mi ciudad, Y para mi comunidad autónoma y Z para el país. Y es, en dos letras, lo que me ocurre.

Aquí no hay quien viva con la que se avecina

Como fan de Aquí no hay quien viva que soy (no dejo de serlo, que para eso están las repeticiones de ONO) la compra de la productora de Jose Luís Moreno por parte de TeleCinco me cayó como una jarra de agua fría. Durante las primeras semanas se especuló hasta lo indecible: desde que Antena3 no perdería los derechos hasta que la serie pasaría tal cual a la compradora, pasando por otro rumor que sostenía que era el auténtico fin de la serie más exitosa de los últimos años. Y después de eso, silencio e incertidumbre.
Hasta que hace unos meses TeleCinco anunció su nueva serie, reescrita, replanteada y con un reparto rerepartido para hacer de la misma idea (las locuras de la vecindad) una serie totalmente nueva. Había que esperar a verla, ¿no? Para saber si ese ambicioso proyecto era un fiasco o prueba superada.
Y a mi juicio, superada está. Y que un fan de la primera serie esté satisfecho, dice mucho a su favor. Sí, me gusta La Que Se Avecina (como se llama la nueva serie, porque lo de repetir el nombre no era posible). Es fresca, sus tramas son totalmente nuevas, sus personajes tienen mucho potencial y los guiones están a la altura de su predecesora. Por ahora no está teniendo el éxito de la primera, pero démosle tiempo, que Aquí tampoco lo tuvo fácil al principio. No soy una persona enganchada a las series de televisión, por lo que sólo puedo esperar que la única que me tiene enganchado dure y por mucho tiempo. Siempre y cuando no venga La Sexta para comprarla, claro.

La maravillosa encuesta de las Siete Maravillas

Con un antecedente como el del Español Más Importante De La Historia, es natural que no me tome en serio esta encuesta. A fin de cuentas dejan decisiones en absoluto triviales en manos de gente sin suficientes conocimientos, entre los que me incluyo. ¿Cómo voy a votar las Siete Maravillas, si apenas he visitado alguna de las nominadas? Lo que no voy a hacer bajo ninguna circunstancia es barrer para casa votando a la Alhambra simplemente por ser de España. Un argumento un tanto pobre (pero que han seguido otros muchos países) cuando no podemos olvidar que la mayoría de las postulantes a Maravillas se construyeron antes que la misma constitución de los actuales países.
Dicho esto, voy a entrar en el juego y votar mis Siete Maravillas. Supongo que si mi estado anímico fuese distinto, mis votos también cambiarían. Pero así están las cosas:

  1. Angkor.
  2. Isla de Pascua.
  3. Gran Muralla China.
  4. Petra.
  5. Pirámides de Giza.
  6. Taj Mahal.
  7. Timbuktu.

Algunas nominaciones me suenan extrañas, como la de la ópera de Sidney. ¿No será que querían meter con calzador una construcción de la era moderna? Si de eso se trataba, antes habría nominado a la Ciudad de las Artes y las Ciencias y sin barrer para casa. Y sin dejar el asunto de los votos, tengo que ir pensando en ir a votar a las elecciones...

Actualizado: Con vuestros comentarios, en los que mencionáis auténticas maravillas que no aparecen en la lista oficial, he decidido rehacer mi lista. Queda así:

  1. Angkor.
  2. Parque Güell.
  3. Gran Muralla China.
  4. Petra.
  5. Pirámides de Giza.
  6. Taj Mahal.
  7. Abu Simbel.

Jornada de reflexión

Mañana el pueblo elige un alcalde para Valencia y un presidente para el Reino de Valencia*. Es momento para reflexionar. A la alcaldía no tengo la menor duda de a quién voy a votar. Las otras elecciones son las que me tienen en ascuas.

* Si otros pueden llamar sin ningún fundamento País Valencià a la Comunidad Valenciana, espero que no pase nada porque yo llame a mi región con el nombre que le corresponde históricamente.

Treinta años de cine bélico espacial

La Guerra de las Galaxias cumple treinta años desde el estreno de su primer episodio en el cine, cuando marcaría un antes y un después en el género de la ciencia-ficción e incluso la fantasía. No puedo considerarme fan (me pierdo fuera de los personajes principales) pero he visto, aun a destiempo, todas las entregas de la saga. Recuerdo cuando se cumplieron los veinte años y fui a ver las versiones mejoradas al cine. ¿Puede ser que ya hayan pasado diez años desde entonces? Cómo pasa el tiempo. No quiero pensar lo que me deprimirá el cincuenta aniversario.
Me gustan las historias de Lucas. Son bonitas, tienen una trama emocionante y un guión digno de mejora. Pero a pesar del poco atino (a mi juicio) del director con los diálogos, algunas frases han quedado marcadas en la historia del cine: "Que la fuerza te acompañe", "Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana" o mi favorita: "Lo sé" (cuando la princesa Leia le declara su amor a Han Solo).
No me cabe la menor duda de que George Lucas acabará rodando los episodios VII, VIII y IX. Bien por nostalgia, cariño o simplemente porque no ha sido capaz de estrenar otra película de semejante éxito. Pues las veremos, ¿no?

Dime por e-mail que te estás muriendo de hambre

Siento escalofrios al pensar en el proyecto del "ordenador solidario", un plan que pretende que todo niño del tercer mundo tenga su propio ordenador portatil. La excusa es que los países más desfavorecidos den "un salto de decadas de desarrollo inmediato transformando el contenido y calidad del aprendizaje de sus niños". Un objetivo loable y maravilloso de no ser porque estos niños, antes que aprender lo que es la arroba o Internet, se enfrentan a problemas mucho más serios como tener comida en la mesa dos veces al día.
Es una barbaridad la idea, un auténtico insulto al desarrollo el poner un ordenador al nivel de las necesidades básicas, necesidades que las ONGs no acaban de cubrir. Gastarse trillones en desarrollar un aparatejo con el estandarte de impulsor de los pobres y encima cobrar cien dólares por unidad es un insulto cuando cada segundo está muriendo más de un niño por hambre. Los niños necesitan comer y educación, nunca un ordenador. ¿Qué niño de Europa puede presumir de tener su propio ordenador portatil? No es ni mucho menos imprescindible. Todo lo contrario: tienen que desechar esta idea e inventir el dinero en lo que de verdad importa. Que se dejen de tonterías y de distracciones, que la crisis del Tercer Mundo no se terminará pulsando la tecla Esc.

Miguelito y las tres canciones perdidas

Acabo de descubrir que Luis Ramiro tiene disco. Un cedé, tal cuál, como un auténtico profesional que es lo que es. Pero mejor empiezo por el principio...
La primera canción que escuché de este cantautor fue La sirena, en el coche de una amiga. Ella reía divertida cuando la puso y me advirtió: "escúchala bien". Así lo hice.
Y quise volver a escucharla.
Llegué a casa y descargué tantas canciones suyas como encontré. Perfecta, Ahora, Las cuatro estaciones y también Miguelito. Miguelito con el mundo por delante, como yo la llamo. Adoro esa canción.
Hace días, un amigo me pidió que pusiese la música de mi iPod en su coche. Siendo yo el dueño y señor del control de la música, me concedí elegir una canción muy especial y después de probar suerte con Greenday de Gorillaz, les descubrí el mundo de Miguelito. Mis dos amigos alucinaron. Uno se preguntaba de qué psiquiata me había escapado yo para escuchar esas canciones. El otro me pidió que la volviese a poner. Pues allá vamos, Miguelito, que te vas ganando fans.
No sé cómo se me ha ocurrido buscar "Luis Ramiro" en Google, pero he acabado en su blog. Y en su mismo blog he descubierto que existen tres continuaciones de la canción de Miguelito con el mundo por delante. Demonios, ¡yo las quiero!
Descargo música y sin pagar, pues sí, como miles de personas. Pero grupo o cantante que me gusta, grupo o cantante al que compro cedé. Y Luis Ramiro se merece una visita a Fnac en busca de su disco. ¿Me permitís que os recomiende algo de música? Pues ya lo he hecho.

Con licencia para atar (y desatar)

No soy católico, ni cristiano, ni tampoco religioso. Pero siete años en un colegio de los Escolapios y otros seis en uno de los Legionarios de Cristo le sirven a uno para entender bastante bien el funcionamiento de la Iglesia y disfrutar con su teoría, mucho más que algunos practicantes. Recuerdo en clase de Formación Católica (por descontado que en un colegio legionario no nos enseñaban algo tan general como Religión) lo interesante que me resultaba todo, desde los Evangelios hasta la historia de los santos y los papas. Todo lo que aprendía lo utilizaba para desquiciar más tarde al cura profesor, formulándole dudas enrevesadas que terminaban con un rápido "es cuestión de fe". Cuanto disfrutaba esas clases.
Sin embargo, había asuntos que nunca me parecieron justos. De partida, la discriminación a la mujer. Vale que no hubiese mujeres entre los discípulos, pero tampoco había ninguno que llevase gafas y ese no es motivo para excluir a los miopes del sacerdocio. Recuerdo que la parábola del hijo pródigo también me parecía una aberración, considerando inadmisible que el hermano bueno, el que siempre había obrado bien y había querido a sus padres, tuviese que renunciar a la mitad de su herencia en favor del otro descarriado que ya había malgastado la suya. Nunca me pareció justa esa moraleja. Del pobre Job me abstengo a comentar, porque ahí se descubre el dios más cruel que juega con sus criaturas. Horrible.
El Santo Pontífice tiene la autoridad de atar y desatar, atar de nuevo y deshacer lo reatado. Y lo que ata y desata se ata y desata también en el cielo, que no es moco de pavo. Así que Benedicto XVI llegó un día a su despacho, cogió su pluma favorita y firmó un documento en el que se afirmaba que el limbo dejaba de existir. O no que dejase de existir, sino que nunca había existido. Es admirable la facilidad con la que se puede terminar con una creencia que ha existido durante siglos. Y con el poder del Papa el limbo ha desaparecido incluso en su plano místico, porque él puede alterar el mismísimo paraíso si quiere.
Con semejante privilegio, me pregunto por qué no lo utiliza más a menudo. No sé, pero si yo tuviese ese poder haría más cambios en la Iglesia. Las mujeres podrían recibir el sacramento del sacerdocio. Y siguiendo con los sacramentos, los homosexuales podrían casarse y eliminaría la Confirmación, o el Bautismo, cualquiera de los dos. Ahora que el limbo ha sido oficialmente suprimido, no hay prisa para el bautismo y se puede posponer hasta que la persona adquiere madurez. Y con un bautismo en la edad adulta, la confirmación pierde todo sentido. A menos que lo que la gente quiera sea doble fiesta y paripé, claro.

El primer mérito del Rey

¿Quién le iba a decir al Rey a sus sesenta y nueve años que su primer mérito como monarca iba a ser el convertirse en el Español Más Importante de la Historia? A él, que se le atribuyen episodios ejemplares (pero gravemente dudosos) como la transición o el 23-F; a Su Majestad, que dice ser demócrata pero a quien nadie ha elegido; Juan Carlos I, el mismo heredero de la alicaída corona española que vive de los impuestos de los españoles y se aferra a su trono mientras el resto del país evoluciona como corresponde en el siglo XXI.
Hay cosas incomprensibles. La monarquía es una de ellas. La monarquía, hoy por hoy, es una de ellas. Que Reino Unido tenga reina es concebible, porque ha sido ininterrumpida por siglos. ¿Pero cómo se entiende que el Rey de España fuese rey desde el mismo momento en el que se reconocían igualdad de derechos para todos los españoles? La Constitución es una contradicción en toda regla: no me digas que todos somos iguales si luego el Rey es una figura con un abanico de privilegios que no tiene ningún otro; no tuvimos que esperar hasta que muriese Franco para que existiese igualdad de derechos entre el hombre y la mujer como para dar preferencia al varón en la línea sucesoria. Tendría sentido si la corona hubiese llegado antes que la democracia, pero lo cierto es que las dos se constituyeron el mismo día.
Sin duda, lo más grave de todo es que el rey no se hace responsable de nada. Así de claro lo dictamina el artículo 56.3º: "La persona del Rey es inviolable y no está sujeto a responsabilidad". En otras palabras, significa que el rey ya puede matar diez osos o liderar la corrupción en Marbella, que él se lava las manos y no hay juez en España que pueda declararle culpable. Y presumimos de Estado de derecho, ojo.
Con semejantes injusticias nuestro querido monarca puede dormir tranquilo, porque por primera vez en su vida ha sido el pueblo el que le ha votado. Viva el rey.

Las películas que me emocionaron

Pienso en las películas que me emocionan y me vienen muy pocas a la cabeza. ¿Cuáles han logrado sacarme la lagrimilla, esa perla resbaladiza que ocultas alegando un escozor de ojos? Recuerdo la escena en la que Simba perdía a su padre en la maravillosa El Rey León. Menuda sorpresita nos guardaba la película de Disney, que no hubo niño (ni adulto) que no se quedase con los ojos como platos (y un tanto brillantosos).
Otra que ha logrado emocionarme es Mi Vida Sin Mí, y fue en una escena que sigo recordando con admiración. Isabel Coixet de verdad logra entremecer al público, de principio a fin. Tengo un amigo que la tilda de sensiblera, alegando que sus películas son "de lágrima fácil". Pero, ¿de verdad existen estas películas? ¿Es tan fácil emocionar al espectador? ¿Existe la lágrima fácil? Lo dudo enormemente. Que un cineasta (o una) logre transmitir tantas emociones no deja de ser un don que otros tantos directores han tratatado de imitir sin éxito. Así que lo de lágrima fácil me suena más al argumento pobre de crítico de cine que un motivo contundente con el que desprestigiar cualquier obra. Es como decir que Van Gogh es un pintor mediocreo por impresionar al que ve sus cuadros. ¡Habese visto!
Ayer, mientras merendaba, encontré La Princesita en nosequé canal de ONO. Ya estaba empezada, pero daba igual, porque es una película que he visto en varias ocasiones. "Todavía falta un poco para la escena", pensé. La escena que más me ha emocionado de todas cuantas he visto, la que considero más dramática, cruel y a la vez bonita.
Al cabo de un rato llegó el final. Estaba preparado. Sabía perfectamente lo que iba a ocurrir. Pero volvió a pasar, me volví a entremecer, observé atónito cómo sucedían los eventos y el drama crecía y crecía por momentos. Hasta el desenlace.
Cuando pregunta a la gente si ha visto La Princesita me suelen responder que no. No se trata de una película famosa, y en realidad creo que el público no ha sido especialmente justo con ella. Definitivamente, es una de mis películas favoritas y que nunca dejo de recomendar. Es la película que más me emociona. Es una película infantil, pero hay mucho que sacar de ella.

Feliz cumpleaños, Hergé

Me reconozco tintinólogo. He leído todos los cómics de Tintín, he visto todas las películas en video, la banda sonora es un tema más en mi iPod y mi raza favorita de perro es el Fox Terrier. Así que con este perfil no es de extrañar que me alegre por los cien años de Hergé, el padre de la criatura.
La cosa me viene de familia. Por las estanterías de mi casa hay biografías del autor, alguna figura de los personajes y hasta una moneda de euro conmemorativa con el rostro del joven reportero. Con semejante cuadro, no es de extrañar que me acabase aficionando a uno de los cómics más famosos de la historia y quizá parte de culpa la tuviese la admiración que tengo hacía el propio Tintín. ¿Quién no querría viajar a China, a la Unión Soviética, al Congo y hasta la Luna con una moleskine en mano para ser testigo de la noticia? ¿Cómo resistirse a descubrir el paradero de las joyas de la Castafiore o el secreto de las siete bolas de cristal?
Del periodista más intrépido del papel sólo nos quedan veintitrés aventuras. Pero no importa, porque siempre habrá un nuevo lector, un nuevo niño o adulto que se sumerja en sus páginas y descubra la emoción de nuestro protagonista. Mientras tanto, Tintín seguirá vivo.

Amador para presidente

Cuando en cuarto de E.S.O. nos obligaron a leer Ética para Amador, ninguno de nosotros había oído hablar jamás de ese tal Fernando Savater. Varios años después y unos cuantos discursos y manifestaciones por medio han servido para que este total desconocido sea uno más en mi lista de personalidades de la política actual, y aquí lo más divertido: no es político, pero está metido en todos los saraos de España. Lo que es es filósofo. Sí, suena raro, pero todavía quedan de esos. Y no viste túnica ni vive en la Antigua Grecia, sino que es vasco y tiene mucho que decir.
Últimamente se le ha acusado de ir demasiado con el Partido Popular pero no veo dónde está el pecado. ¡Anda que no vimos buena cantidad de auto-definidos "artistas" en manifestaciones del No a la Guerra, codo con codo con líderes del PSOE! Cada uno apoya a quien quiere según sus intereses, y si don Fernando se sentía más afín al PP, sus motivos tendría. Para eso vivimos en una democracia, diantres. Cada uno apoya -y vota- a quien le entra en gana.
Este caballero no habla sin fundamento. Savater ha estado amenazado por ETA. Ha sigo perseguido por ETA. Hace escasas semanas detuvieron precisamente a un etarra que se encargaba de registrar todos sus movimientos. Así que cuando eres objetivo de pistola de una banda terrorista, no es de extrañar que no te guste la inutilidad del gobierno socialista en esta materia. El filósofo expresó su disgusto hace escasos días en la columna que le publica EL PAÍS desde hace treinta años, pero el diario de Polanco le vetó por primera vez en todo este tiempo (dicen) su artículo. Se publicó más tarde en otro periódico.
Sin embargo, algo malo debe estar haciendo también el PP cuando Savater, junto a Rosa Díez (la socialista más autocrítica) han decidido montar su propio partido. Se presentan como la alternativa (¿acaso no es lo que dicen todos?) y quieren terminar con situaciones como la del De Juana. Perfecto. Pero espero que su partido traiga otras propuestas, como buscar solución al precio de la viviendo, al paro, a la inmigración y a otros tantos temas. Cualquier nueva corriente, si es sana, siempre debe ser bien recibida. ¿Llegará Amador a presidente? Me quedo con su idea del modelo federal de estado. Me ha gustado, de verdad que me ha gustado.

El Español Más Importante de la Historia

Teniendo en cuenta que David Bisbal es el segundo en las clasificaciones, me abstengo de esperarme al resultado oficial de la encuesta. Total: no creo que ni un millón de esemeeses puedan decidir quién es el español más importante de la historia, porque no deja de ser una consideración personal de cada uno. Y para gustos los colores.
¿Quién será el más importante entre los importantes? Hago un repaso mental de los españoles con más renombre y me vienen varios nombres a la cabeza: todos han dejado marca a su manera, bien o mal, pero han dejado marca. Los Reyes Católicos (soy más isabelista que de Fernando, no preguntéis por qué) y Francisco Franco. Ya. Me quedo en blanco. ¡Diría Cristobal Colón, pero nunca ha quedado claro su origen!
Así que estos son mis finalistas: la Católica y el Generalísimo, qué par. Como para casarles. No podemos olvidar que la encuesta pregunta por el español más importante de la historia, no el más simpático, atractivo ni bondadoso. El más importante, y por eso no nos puede extrañar que los alemanes eligiesen a Hitler y los portugueses a Salazar. Un periodista criticaba el otro día en televisión lo vergonzoso de que el dictador fuese ganando. Culpaba a sus simpatizantes por su éxito en los votos, nada menos. Me parece que él sí que no ha entendido el sentido de la encuesta.
Voy a quedarme con Isabel la Católica como la más importante de España (una mujer, qué cosas) pero reconozco que me quedo con la duda de si he elegido bien. En parte le atribuyo la conquista de América, pero un poco de rebote. Sospecho que mañana será Franco el que ganará en Antena3 para disgusto de muchos. Pero quien se niegue a ver la influencia que tuvo en España está ciego. Olvidar el pasado y negar treinta años de tiranía (venida a menos) sólo nos puede llevar a repetirlo. Y no hay nada que quiera menos.

No digas "teva" si puedes decir "teua"

Los valencianos tenemos un problema de identidad, o eso nos quieren hacer creer algunos. Somos una tierra con una larga historia, la del Reino de Valencia, y sin embargo hace décadas que nos quieren vender que somos el País Valencià. ¿El origen de esta corriente? Perdida en los albores de la Universitat de Valencia, cuna de unos valencianos tan avergonzados de su propia historia que se han esforzado por reescribirla al gusto del gobierno de turno.
Cuando el Partido Socialista del País Valencià estaba en el poder (hace muchos, muchos años) existió una corriente anti-catalanista para evitar que el catalán se impusiese a nuestro valenciano. Aquel partido fue echado a las fieras y el pueblo recurrió al PP para que salvase la situación y terminase con un catalanismo que crecía por segundos. Pero el Partido Popular, lejos de solventar el problema y devolver el valenciano a su lugar, se las ingenió para engañar a los ciudadanos y hacerles creer que todo iba bien cuando nada iba bien. El valenciano sigue siendo discriminado, mientras la normalització se extiende y los jóvenes aprenden eso de que el valenciano es el catalán occidental. Ahí queda eso.
Cuál es mi sorpresa al ver esta mañana una carta del censo electoral, enviada por lo que parece ser la Generalitad Valenciana (PP), con un "teva" catalán como una catedral. Estamos vendidos.
Mi exclamación es aún mayor al llegar a casa y leer la propaganda electoral del PSOE: "la teua contribució", dice en una de las frases. Los que eran los pros ahora son los contras y los que eran los contras ahora son los pros. O algo así.
Me siento frente al ordenador consternado. Ya no entiendo nada. No sé si nos hemos vuelto locos o es que esto de la campaña electoral es el mayor juego de distracción del mundo. Todo vale cuando de engañar al votante se trata.

FÉ DE ERRATAS: Tengo la carta de la oficina del censo electoral de la que hablaba antes y definitivamente no es de la Generalitad Valenciana, sino del gobierno central. Así que el PSOE multilingüista dice "teva" por un lado y "teua" por el otro. Qué acerta'os están algunos. Retitaría mi crítica al PP, de no ser porque sé que habrían hecho lo mismo que el PSOE. Es lo que llevan haciendo doce años, básicamente.

¿Dónde se habrá metido el dodo?

Que el mundo está patas arriba, no es algo nuevo. Todos los días nos bombardean con datos del calentamiento global, de las ballenas que tienen los días contados y la desforestación del Amazonas. A este ritmo, tendremos que adoptar a las cucarachas como mascotas si es que queremos más compañía que un robot.
Sin embargo con unos medios tan catastrofistas otras noticias casi pasan desapercibidas: son la otra cara de la moneda, el rayo de luz en el mundo de tinieblas. Me refiero a las especies desconocidas.
Hace pocos días surgía la noticia de una exploración en el Antártico que había resultado con el descubrimiento de más de 700 nuevas especies de crustaceos, absolutamente desconocidos para los señores zoólogos. Y aunque en las marisquerías ya estarán preparando los hielos, queda mucho para que estas criaturas puedan ser explotadas por el ser destructor. Y que dure.
Todavía más maravilloso fue el descubrimiento hace meses de un auténtico paraíso de fauna, donde insectos, resptiles, aves y mamíferos de una selva tailandesa dejaron boquiabiertos a los científicos de medio mundo: ¿Cómo puede ser que queden tantas criaturas por descubrir? Mientras tanto, los animalitos de la Fosa de las Marianas aguardan intranquilos la visita de los primeros hombres. Los mismos que les llevarán a la extinción. Porque ha ocurrido siempre lo mismo.
Llamadme ingenuo, pero si cualquier día nos anuncian el descubrimiento de nuevas especies, ¿por qué no iban a reaparecer otras que creíamos extinguidas? Si esos animales, cientos de especies, han podido esconderse por siglos... ¿Por qué no iba a poder hacer lo mismo el dodo y tantos otros que creemos muertos?

Bienvenido

Me dicen con frecuencia que discuto demasiado. Que siempre tengo que opinar de todo. Puedo estar de acuerdo con lo primero pero discrepo con lo segundo: no sé de fútbol, así que no me oirás comentar los últimos fichajes del Valencia. Tampoco sé de medicina, por lo que me quedo corto para hablar de los garrafales errores de Hospital Central.
Sin embargo, adoro hablar de política, de cine, de religión, de literatura, de la vida y en definitiva, de cualquier asunto en el que existan por lo menos dos opiniones enfrentadas. Es triste, pero hay demasiadas personas sin personalidad. Gente a la que hablar le parece estúpido, hablar tal y como yo entiendo la palabra. Ojalá la gente que me lea sí quiera conocer otros puntos de vista, ¿y por qué no? arrojar también el suyo.
Hace tiempo, en la graduación de mi colegio, me presentaron como nunca antes lo habían hecho: "Un hombre con criterio". Dos años después espero no haber perdido ese rumbo que siempre he buscado. Bienvenido a Crónicas Salemitas.