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Elecciones y porra

Estoy entusiasmado con lo que pueda ocurrir mañana. Para los extranjeros, se celebran elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco (detesto llamarle "País Vasco", pero también Euskadi, y ni se me pasa decirle las vascongadas. ¿Cómo le digo?) y de ahí saldrán sus próximos presidentes regionales. País Vasco es el eterno feudo nacionalista y Galicia lo es desde los último cuatro años, cuando el PSOE se ayudó del BNG para gobernar, echando a un Partido Popular que había quedado a pocos votos de la mayoría absoluta. En España se permiten los pactos, cosa que a veces sorprende fuera de nuestras fronteras. No siempre gobierna el candidato más votado: a menudo, de hecho, es repudiado a la más deshonrosa oposición.

Las elecciones de mañana son importantes no sólo por su trascendencia política, porque siempre lo son, sino porque las encuestas están más reñidas que nunca y la cosa promete emoción.
Galicia podría repetir gobierno socialista-nacionalista sumando los escaños del PSOE y BNG, aunque muchos miran con ojeriza a Feijoo, que no está tan lejos de la preciada mayoría absoluta que necesita para gobernar. La suerte está echada y terminada la campaña electoral, sólo hay que esperar a que los ciudadanos elijan en las urnas. Lo que leo a primeras es que la ciudadanía no se siente entusiasmada con el gobierno de coalición, y que su gestión en estos cuatro años ha sido más bien mediocre. En lecturas de medios de toda índole me quedo con el candidato popular, mal pese a algunos, que no será tan malo cuando está a un tris del 50% de los votos. Tampoco me mojaría por ninguno, la verdad: mucho dirán unos de la imposición del Gallego, pero Fraga tiene buena culpa de ello (¿y quién si no Camps tiene la culpa del mismo asunto con el valenciano?). Si votase a Feijoo no sería por el castellano, desde luego, sino por sus otras propuestas. ¿Que si votaría a UPyD? No he leído su programa, me temo. Y UPyD ha ignorado soberanamente a Galicia en favor de País Vasco, sólo hay que ver su web. No me ha gustado eso.
País Vasco, por su parte, está más emocionante que nunca. O está emocionante o soy yo que me monto películas impresionantes, pero tengo mucha ilusión en que Patxi López gane estas elecciones. No sé qué ocurrirá mañana, pero tanto unos como otros están nerviosos porque ninguna encuesta les asegura la Ajuria Enea (La Moncloa vasca, para los que estuviesen tan perdidos como yo). PNV ha gobernado durante muchísimos años y el hecho de que un hombre que se considera español pueda decidir por los vascos pone histérico a más de uno. Porque no me cabe duda de que Patxi López se considera español, mucho más de lo que puedo decir por los políticos del PSOE de Cataluña. Patxi López se juega la vida por estar donde está: si no creyese en España, se dedicaría a los geranios.
Mi voto mañana iría con el PSOE vasco, posiblemente, y con muchísima ilusión. Vale, una ilusión infecta, porque sería más ilusión de echar a Ibarretxe que de meter a López. No es una ilusión sincera. Pero iría con él, desde luego, y tengo toda la ilusión en que gane.
Basagoiti... en mi periplo por los medios afines y desafina'os he leído éste análisis del Gara, muy interesante: "Pese a la chulería de los discursos de Antonio Basagoiti, el PP sabe que su máxima aspiración es no hundirse y sumar lo suficiente para el PSE. Un papel ingrato ése de tener que acabar poniendo tus escaños al servicio del máximo rival en el Estado. Pero son las consecuencias de su propio discurso". Pues sí, debería apoyar al PSOE por coherencia. PP y PSOE, unidos por una vez. Es absolutamente novedoso, chirriante, pero a la vez lógico y necesario. Fuera de lo que puedan pretender, PP y PSOE no tienen ideologías tan distintas, la mayor parte son apariencias. Ninguno es extremista y los dos apuntan al centro. ¿Tan difícil sería ver al PP apoyando al PSOE para lehendakari? Ojalá sea así. Y que no se aprovechen de la situación y pidan imposibles. Si el PNV volviese a gobernar por falta de apoyo del PP al PSOE, nunca se lo perdonaría. No es momento de sacar provecho: es momento de cambiar las cosas.
Y UPyD vasco... saben que les quiero mucho a nivel nacional, con sus más y sus menos, y hoy por hoy me parece la apuesta más coherente... pero ya he dicho que votaría a Patxi López, ahora o nunca. Admiro enormemente su programa electoral para las elecciones vascas: son los primeros que piden la supresión del cupo vasco, con un par de cojones. Dicho de otro modo: le piden a los vascos que les voten para que los vascos reciban menos dinero de España y contribuyan más a la nación. Lo hicieron hace un año, pero repetir lo mismo en campaña tiene una coherencia que ya querría para el resto. Me parece mal el cupo vasco, y todo lo que significa crear diferencias entre las comunidades autónomas. Porque las diferencias entre comunidades crean diferencias entre los españoles de un lugar y otro, y por lo tanto, rompe con el socialismo. No se puede ser de izquierdas y defender inventos como el cupo o la autofinanciación catalana. A menos que no te sientas español, claro, lo cuál es muy legítimo, pero entonces no sé en qué espacio está el PSOE catalán.
Mañana veremos. Mi porra: Feijoo consigue una mayoría suficiente en Galicia, Patxi gana a Ibarretxe en votos y de pactos ya se verá. ¿Pero cuantas veces he dicho que soy pésimo vaticinando?

Ché, el fracaso

El otro día me dirigía a clase cuando vi de reojo un cartel de la película del Ché. Lo veía de lejos, pero no tenía la pinta del clásico cartel de DVD, no, parecía el del estreno en los cines. ¿Cómo, si se estrenó hace meses? Lo primero que se me ocurrió es que era un cartel que no habían quitado en todo este tiempo. A veces pasa. Poco probable, pero lo más probable.

Llegué a no-clase y lo comenté. Otros pensaban que la película se acababa de estrenar, lo cuál también sonaba raro.
-¿Pero no se estrenó hace meses?
Confusión.
-A lo mejor se presentó a los Goya, o hicieron el preestreno muy muy pronto...
Un poco absurdo, pero el misterio tiene eso: da mil opciones tontas y nunca la correcta.
Días después volví a ver el cartel y me pareció distinguir un subtítulo, "Guerrilla". Vale, nuevo punto raro: porque juraría que la película que yo conocía se subtitulaba "El argentino" (Ché, el argentino: porque si fuese Ché a secas todos pensarían en el valenciano). Mi cabeza siguió dando vueltas y esta vez pensé que era otra película sobre el Ché, estrenada inoportunamente muy seguida de la otra. Por poder...
Pero tampoco, porque entonces vi que el actor era de nuevo Benicio del Toro: podía imaginar muchas cosas, pero no que se hiciese competencia a sí mismo. La teoría de que la película no se había estrenado hasta ahora volvió a mi cabeza (después de todo, no conozco nadie que fuese a verla en su día) hasta que en el periódico vi un titular que decía algo así de "Fin de semana de segundas partes". Y ahí Ché Guevara, para resolver el entuerto.
Así que Ché: Guerrilla es la segunda parte de Ché, el argentino. Nunca me enteré que la primera tuviese continuación (y a juzgar por las fechas, debieron rodarse juntas) y a la vista del cartel de la nueva, no seré el primero que se confunda. El autor de esta campaña de promoción puede considerarse suspendido. ¿Cuántos más se habrán hecho las mismas preguntas que yo? Porque no soy un cinéfilo, pero me considero medianamente informado de los estrenos y rodajes. Si la gente tiene que adivinar que esto es una segunda parte, deberían haber hecho como en Estados Unidos: titularlas Parte Uno y Parte Dos. Pero bueno: para ellos es la taquilla. Más les vale saber lo que hacen... ¿Y tú? ¿Estabas al tanto?

El origen de las historias

Hoy he tenido un sueño. Bueno, todos los días sueño y los recuerdo la mayoría de las veces, pero el de hoy era una idea genial para una subtrama de novela. Nada más despertarme he corrido a apuntarla a la Moleskine de ideas, que un día hice a bien de dejarla en la mesita de noche. El 90% de ideas se me ocurren mientras intento dormir, de madrugada. Lo que no es tan frecuente es que se aparezcan en sueños.

Pero las ideas me vienen de otra forma, y es un tanto peculiar: por confusión. Por leer mal un enunciado, por ver sólo unos segundos de tráiler, por una imagen en la calle que en realidad no es lo que es. Luego ves la versión completa y adviertes que no tiene nada que ver, y dices ¿por qué no existirá esa historia? Y ahí ya tienes una. LGdP, de hecho, se me ocurrió al leer por encima la contracubierta del DVD de Magnolia. Ahora vuelvo a leer la sinopsis y no sé qué fue lo que leí la primera vez, porque cualquier parecido es pura coincidencia.
Ya he terminado la primera corrección de JWG#1, quitando páginas enteras y agregando otras, y tengo la vista puesta en qué escribiré después. No será JWG#2, sería incapaz. Necesito escribir una o dos historias mientras, por mi salud mental.
Cuando estoy a mitad redacción, me suele entrar un pánico injustificado a quedarme sin historias. Injustificado porque tengo un cajón con muchas por escribir, pero no sé, siempre me pasa. Más bien creo que tiene que ver con un "oh, voy a terminar una novela y no se me ha ocurrido ninguna nueva. Esto se puede agotar". Pero con JWG#1, de repente, llegaron dos. Una infantil, otra para adultos. Fantástica y realista. Alivio.
Y en eso estoy ahora, debatiéndome qué historia elegir. Cuál será la próxima, porque no es una decisión arbitraria. Tengo historias de antes de JWG#1, algunas que quiero muchísimo, pero ahora mismo no me nace escribirlas. Tengo una saga de fantasía épica que llevo casi una década construyendo, pero me resulta demasiado ambiciosa todavía. JWG#1 lo era, hasta hace un año. Todo llega. Tengo, por último, las historias que me han venido a la cabeza más recientemente. Creo que voy a apostar por la infantil, mi primer cuento de hadas. Qué reto. Capaz vuelvo en un mes y os cuento que he dejado el manuscrito en un cajón y me he puesto con otra historia, que no será la primera vez. Pero lo que queda en cajón no cae en saco roto...

Posdata: No olvido el texto sobre la vida que prometí publicar en este blog. Pienso empezarlo estos días. No es una novela, ni un ensayo. Llamémosle entrada-de-blog-demasiado-larga-para-leerse-de-una.

Denuncia y retracto

Si alguien del PP ha sido corrupto que le juzguen.

Pero los socialistas son peores, me sale un pepero de pro. Ellos también han metido mano y...
¡Pues que les juzguen también!
No podía estar más satisfecho cuando Garzón empezó a cazar nombres en el caso Gürthel. Salpicado el PP del Reino de Valencia, como si me sorprendiese. Algún día caerán todos los alcaldes de aquí, da igual qué partido representen, porque lo que el dinero que se ha movido en viviendas no es ni normal. Ya caerán.
Pero en España que nos las damos tan de progres, qué rápido olvidan algunos miserables la presunción de inocencia. Y mientras los analistas más justos reconocían que no había nada claro contra los políticos señalados, los medios ya estaban metiéndoles entre rejas. ¿Quién tiene más fuerza, Garzón o medios como Cuatro o laSexta? Uno podrá meterte en la cárcel, pero los otros hundir tu carrera.
Hoy ya no me creo nada. Garzón debería haberse deshinibido en favor del Supremo, único capacitado para enjuiciar diputados, pero está visto que de lo contrario no podría filtrar información y desfiltrarla (filtrarla mal, dicho de otro modo). Mira que discutía con los peperos que juraban la inocencia de todos estos, porque los veo con las manos muy manchadas, pero lo del juez ha llegado a un punto de hazmerreír que ya no hay quien lo defienda. Me da vergüenza. A mí, y debería dársela al resto de magistrados. Es tan obvio que hay intereses políticos que éste tipejo tendría que dimitir, como el otro. No del caso, sino del cuerpo. La justicia no está para atacar al PSOE o al PP, la justicia está para defender precisamente lo justo. Ha llegado a un punto de descaro que han conseguido que hasta yo dude de todos los imputados, que ni siquiera queda claro si lo son. Es un cachondeo de situación. Más alarmante todavía es que algunos exijan dimisiones por una simple filtración de periódico. Defender la verdad, ¿para qué? Creámonos todas las mentiras que nos cuentan. No sé cuanto de cierto habrá en todo esto, pero la única corrupción probada es la de Garzón, el cantamañanas de España.
Y la foto de Bermejo y el juez... los psocialistas no han dicho ni mú de los venados muertos, pero Dios sabe las pancartas que hubiesen colgado de ser un pepero el cazador. También callaron cuando la reina dijo eso de los homosexuales, lo que pone en evidencia su credibilidad. Sobre la separación de poderes ya está todo dicho. A mí me parece repugnante, y sé que en Francia hubiesen caído los dos en menos de veinticuatro horas. Aquí, sus compañeros diputados le coreaban "Torerooo...". Dice muy poco de todos ellos, y más de Zapatero cuando admite que quería echarlo pero iba a esperar por cuestión de votos. Cada día admiro más al país vecino. Cada día siento más vergüenza de nuestro nivel político.
Dirán lo que quieran, pero no podría estar más satisfecho de haber votado a UPyD. Donde ellos dicen "traidora", yo digo "coherente". Hubiese hecho lo mismo, palabra. Borregos al campo, no al Congreso.

Aberración

Relato: El náufrago

Taller de Escritura narrativa, segunda clase. Llevo preparado mi relato a encargo, que es la peor forma de escribir. El profesor había dado estas pautas: un náufrago que vuelve a la civilización y se reencuentra con su amada. Después de comprobar que soy el único de la clase que ha seguido las pautas, leo mi participación con la voz temblorosa, termino y el profesor dice: "¿Eso es todo?". No, señor, podría ser más, pero usted me ha cortado cualquier libertad de creación. Esta es la estupidez de relato que he preparado para clase, siguiendo las órdenes que auguro ya que no volveré a respetar. Me irá mejor, visto lo visto.


EL NÁUFRAGO

            No es que la isla fuese enorme, es que él era la nada.

            En medio de un enorme océano de pensamientos, sujeto a una superficie de soledad, estaba él en su ensimismamiento. Él era nada, pero nada no significa minúsculo, ni ligero. Nada tampoco quiere decir andrajosa, siquiera apátrida. Nada quiere decir que él no estaba ahí, en la isla. De modo que la isla era todo lo que no era él.

            —Ten fe. Me gustaría poder ver tus ojos.

            Si alguna vez has estado perdido en el mar, y no me refiero a sobrevivir al naufragio de un transatlántico o caer con paracaídas de un avión, no, sino simplemente cuando la corriente te arrastra de la orilla y lo adviertes demasiado tarde, a ese “perdido” me refiero, si lo has vivido quizá sepas lo que se siente. Todo es agua tibia y salada, el cielo se confunde con la superficie y no hay ni rastro de los delfines salvadores que viste en las películas. Por haber no hay ni tiburones, lo cuál todavía te reportaría algún titular en los periódicos cuando encontrasen tus huesos, y tu máxima incertidumbre es saber si morirás ahogado, por el sol o de sed. Morir de sed en el océano siempre le da un sentido irónico a la vida, pero un sentido a fin de cuentas. Algunos mueren sin saber para qué han nacido.

            Nuestro hombre tuvo la fortuna de encontrar una isla. La llamó Cayo Penélope Cruz.

            —No te rindas. Muy pronto estarás aquí.

            Su isla era bastante decepcionante. Cuando uno le hace promesas a Dios jura conformarse con nada, pero ya hemos dicho que nada era precisamente lo que era él. Por eso no le produjo impresión ese montículo de arena, de dos por dos, ensombrecido por un humilde cocotero. No pudo dejar de preguntarse dónde estaban los monos mayordomos de la familia Robinson, pero acabó acostumbrándose. Era su único remedio.

            Día a día, semana a semana, pasó el tiempo en Cayo Penélope Cruz. Le cogió el gusto al coco, luego lo aborreció, más tarde volvió a disfrutarlo y acabó por vomitarlo sólo con acercárselo a la nariz. De vez en cuando recibía la visita de un pulpo, que se acercaba al amanecer y lograba huir sin ser cogido. Nuestro náufrago le llamó “Comida”, eso por si alguna vez se cumplían sus deseos. Nunca ocurrió.

            —Debes esforzarte por salir. Escuchar las voces de fuera. No te abandones, por favor. Eso sería tu fin.

            Pero por muy desgraciada que fuese su vida, por muy sólo que se sintiese, por mucha hambre que tuviese al caer el sol, jamás se planteó el suicidio. Aquello le escandalizaba. Podrían pensar que tenía que ver con unos principios cristianos, pero eso es absurdo: el hombre no creía en nada. Si rehuía el suicidio era por miedo a ser devorado por el pulpo, y aquello sí le provocaba arcadas. No sería el plato de ningún cefalópodo, se prometió. Estaba dispuesto a todo menos a que segregasen tinta con su carne, quizá una muerte digna de escritor, pero no la suya.

            —No puedes seguir así por más tiempo. Tienes toda una vida por delante.

            Esa voz de mujer, tan desconocida y a la vez familiar. Él le ha puesto rostro, y la imagina morena, esbelta, una anoréxica en potencia. No hay ni un gramo de mediocridad en su cuerpo. Le visita de vez en cuando, aunque no hace acto de presencia. Simplemente le susurra palabras de apoyo, como una ráfaga de viento en la isla, y él espera salir un día para conocerla. No tiene ni idea de quién puede ser. Pero la ama con toda su alma.

             

            Fue entonces cuando abrió los ojos.

           

            Un techo blanco. Una ventana cerrada, luz fuera, quién sabe, quizá es un patio interior. Basta levantar la cabeza para ver las paredes blancas, el armario blanco, la sábana blanca. No es el Cielo, es peor.

            —Por fin despiertas.

            El hombre mira a la mujer de la puerta. Es bajita y gorda, y por su rostro parece jovial. Se disponía a salir de la habitación cuando el paciente ha abierto los ojos.

            —Esto es el hospital —dice él, consternado.

            —Trabajo aquí, pero gracias por recordármelo. Llevas tres semanas en coma: ahora mismo llamo al doctor.

            De repente las imágenes se agolpan en su cabeza. Valencia. Dodie Smith. Blasco Ibáñez, con ese imponente Rectorado. Klaus and Kinski en el radiocassette. Sol. Pájaros. Coches. Uno más cerca que el resto. Y más. Cambia la canción. El coche ya está encima. La última pregunta es: “¿Habré cerrado el gas?”. Luego sólo hay oscuridad y después la isla.

            —Necesito verla —el hombre acaba de recordar, y le urge conocer a la mujer sirena. Está enamorado de ella.

            —No sé a quién se refiere. ¿Quiere que llame a alguien en especial?

            Cuando la enfermera se acerca, él advierte su hábito. Una cruz de madera baila al son de los pasos, chocando contra los dos senos. Aprieta a un botón de asistencia.

            —Me refiero a la mujer que venía a verme todos los días. ¿Sabe a quién me refiero?
            Pero la monja ríe divertida, e incluso el náufrago reconoce aterrado esa voz.

            —No hay recibido ninguna visita. Sólo espero que no hayas idealizado mi voz.

De por qué me alegro por Pe

Un año después de escribir Por qué Bardem merece ganar el Oscar, premio con el que al final se hizo, vuelvo a la Academia porque de verdad me alegré ayer, o en la madrugada de hoy, cuando la Swinton pronunció su nombre.

Ni soy fan de Penélope Cruz ni un cinéfilo convencido, pero sí tengo insomnio y una curiosidad voraz por las noticias. Ayer se me juntó todo para ver la gala, y acabé saliendo de la cama por eso de a ver si se lo lleva. Era la primera, no tardaría mucho.
Me encantó el discurso. La vi humilde e ilusionada, y también agradecida con todos (y esta vez no estoy siendo sarcástico, lo juro). Fueron palabras muy emotivas. Es curioso que éstos sólo se sientan españoles cuando salen de España, pero uno acaba por obviar estos enigmas patrios. Escuchándola en el atril es imposible no alegrarse por ella. ¿Empezaremos a tomárnosla en serio ahora? Porque una nominación al Oscar puede ser chiripa, vale, pero dos nominaciones casi seguidas y una con galardón es para tomar nota. A partir de hoy Pé me cae bien, queda por escrito. Va por ustedes, los españoles.

P.D.: ¿No están juntos Bardem y Pé? Me encanta y apoyo que la gente no hable de su vida privada, me encanta que políticos como Zapatero no expongan a su familia como lo hizo Aznar con los suyos, pero lo de estos dos me parece que raya el absurdo. Una cosa es no hablar de tu vida y otra cosa no consentir que nadie te vea con tu pareja, no ir a ningún sitio público juntos, ni mencionarla en tu discurso siquiera. Es un poco obsesivo, digo yo.

El problema de los "novios" y las "novias"

Me repito más que el ajo, o que Los Simpson, o que los amaneceres. Por eso es posible que ya me hayas oído elucubrar sobre este enigma de nuestra lengua castellana, o quizá no, porque la verdad es que no me conoces. Me refiero al problema de los "novios" y las "novias". Dice así:

En la lengua castellana, el masculino es la forma genérica que engloba femenino y masculino. Por eso decimos "ciudadanos" cuando nos referimos a "ciudadanos y ciudadanas", "cocineros" cuando decimos "cocineros y cocineras", y "joyeros" para "joyeros y joyeras". Hasta aquí todo bien.
Mi problema es con la palabra "novios". Imaginemos una familia: cuatro hermanos, de los que una es mujer y los otros tres varones. ¿Qué son? Los hermanos, naturalmente. La suma de masculinos y femeninos hacen masculino (es un asunto lingüístico, no machista). Ahora pongamos que es el día de Navidad. No, mejor, pongamos que es el día de San Gerardo. El padre de las criaturas se llama Gerardo, se me acaba de ocurrir, y quiere comer con todos sus hijos. Claro que no sólo con sus hijos, sino también con sus yernos.
De ese modo, los cuatro hijos llevan a sus parejas a la comida familiar. Dando por hecho que todos ellos son heterosexuales, esto implica tres novias para los tres hermanos y un novio para la hermana. Me sigues, ¿no? Ahora viene la gran pregunta: ¿qué son las parejas? ¿Los novios o las novias?
Lo fácil sería decir que "los novios", por ser la forma masculina plural. Pero yo soy un chico chirriante, qué le vamos a hacer, y opino desde mi humilde ignorancia que dado que la forma genérica plural es el masculino, y precisamente por eso, tiene que ser las novias en vez de los novios. Porque una novia no existe por sí misma, sino que existe por ser la novia de alguien. Es una palabra, por así decirlo, "espejo". Es un simple reflejo. Y como reflejo, tiene que ser lo contrario de lo original, porque en los espejos todo se ve al revés, y por lo tanto, tiene que ser novias en vez de novios, en tanto que novias es el plural de un plural como hermanos. Los hermanos no tienen novios.
Hombre con criterio contra el mundo, está visto. Nadie hasta hoy me ha dado la razón pero yo sigo en mis trece, y anda que seguiré por más tiempo. En 2005 hasta contacté a la RAE, y me dijeron esto:

En efecto, solo el masculino puede emplearse cmo genérico en español: "los hermanos Pérez" y "sus novios". Como entendemos que el contexto puede ser un poco ambiguo, nuestra recomendación sería desde luego buscar otro término: "los hermanos Pérez y sus parejas" por ejemplo.

Pero oh, no, no. Señor De la Concha, yo seguiré luchando. Porque si sólo el masculino se emplea como genérico, cosa que entiendo y defiendo, precisamente por eso el plural genérico de novios no puede ser novios, sino novias, porque es en realidad un reflejo más acorde al masculino.
Si después de esta entrada sigues leyendo este blog, preocúpate. Esto ya se ha ido de olla. 

Una canción deprimente para una semana estrellada

Tan feliz estaba yo con mi carta de convalidaciones, llegada el mismo día de mi cumpleaños, tantos planes tenía, tanto tenía que darte, tanto tanto tanto y todo a la puta calle por un maldito funcionario que seguramente quería irse a almorzar por tercera vez esa mañana y para eso tenía que perderme de vista.

Así que por si no hubiese superado suficientes milagros en mi carrera para conseguir la beca, ahora me encuentro con un bache más que supera (en estupidez) a todos los otros. Porque claro,
-Tus créditos no son del curso anterior, sino de Febrero de 2009.
-Me los han convalidado en Febrero de 2009, pero son de los tres cursos anteriores.
-¡Ay! Pues se siente. Porque si te dejásemos a ti, también tendríamos que dejar a todos los que acaban de aprobar ahora los créditos necesarios para irse de Erasmus.
-Pero no es lo mismo. Mi caso es excepcional: son créditos de tres años anteriores, convalidados de otra universidad. No son aprobados de ahora, y aquí tengo los papeles para demostrarlo...
-Oye, no te puedo ayudar. No me hagas repetir lo mismo una y otra vez. Adiós.
La canción Crown of love no podía llegar en mejor momento, tan deprimente ella. Han logrado golpearme. Ya pensaba que lo había superado todo y no contaba con que los funcionarios nunca se dan por vencidos. En fin: por más cabreado y triste que esté, porque de verdad estaba muy ilusionado con esto, mucho, mucho, intento no transmitírselo al resto. Nunca he soportado los que pagan sus iras con quienes no tienen la culpa. Esta canción va por vosotros, mis inocentes lectores.

El regalo terminal

Estaba leyendo unos artículos en inglés cuando he leído "Isobel Given The Ultimate Christmas Gift", en un contexto de noticias de hospital. Me ha parecido treméndamente siniestro el titular, imaginándome al momento a una enferma terminal a la que le regalaban un disco firmado de los Beatles, pero la historia era mucho mejor que eso. He tenido que entrar para leerlo.

La primera línea de la noticia dice así: "Una mujer en lista de espera para transplante de riñón durante diez años ha recibido su último regalo de navidad: el regalo de la vida". ¿Cuanto cambia la historia, verdad? De tan horrible a tan bonita.
Los españoles, tan proclives a presumir de lo peor de nosotros, deberíamos estar orgullosos de encabezas las listas mundiales de donaciones de órganos y sangre. Existe un verdadero espíritu de donante y es algo que tenemos que fomentar a más y a más, porque de verdad que es muy fácil y se ayuda más de lo que imaginamos. Pensad por un momento en esta mujer, Isobel, que con un riñón va a poder retomar su vida. Imaginad después que ese riñón lo necesitáis vosotros, o vuestros padres, o vuestros hijos, y cuán agradecidos os sentiriáis de que la gente donase.
Donar sangre en nuestro país es terríblemente fácil. Por si no tuviésemos suficiente con las unidades permanentes de los clínicos y hospitales, los autobuses recorren la ciudad buscando nuevos voluntarios. Es tan simple como volver a casa y pararse un ratito a colaborar. En el clínico te dan un sándwich caliente, un refresco y un café, todo con un vale de la cafetería que te vale hasta de sustituto de la comida. En el autobús no son tan generosos, pero oye, ¿qué puede sustituir a la conversación de marujas de las enfermeras, que si sus hijos, sus nueras o la otra del turno de mañana que se acaba de liar con no sé quién?
De las imágenes del 11-M que más me impresionaron fueron las interminables colas para donar sangre para las víctimas. Que no se pierda ese espíritu. Jamás. Y todavía necesitan más sangre. Yo lo miro desde el punto de vista de alguien que jamás hace deporte: seguro que donar sangre adelgaza. Y si eso es mentira, no me saquéis de mi error.

Yo soy revisionista

Sí, con todas las letras. Soy revisionista. Y a mucha honra. Si no fuese revisionista sería un jodido borrego. Lo siento, pero no estoy hecho para balidos.
Me sorprende negativamente que en pleno siglo XXI todavía existan doctrinas que tenemos que creernos a pies juntillas. Es un ejercicio de aprendizaje sin derecho a crítica, lo cuál me suena más a secta o dictadura que a tiempos modernos. Imaginad que el Código Penal prohíbe cuestionar o revisar (revisar no es negar: es eso, revisar para concretar) la teoría de Darwin. Yo la cuestiono, lo siento, y eso no me convierte en un creacionista. No a menos que tú seas un inculto y me quieras llamar así, pero mis opiniones no tienen nada que ver con la Palabra de Dios. Nada más lejos de la realidad.
Estos días comprobamos cómo un obispo (o lo que sea) afincado en Argentina persiste en negar el Holocausto. No es que lo niegue absolutamente: es que niega que fuese exactamente, al 100%, como dice la doctrina. Un revisionista, vamos, como tantos otros. Ahí el Papa le pide que recule, la Merkel se estira de los pelos y los rabinos se ponen a quemar el Nuevo Testamento. Un cuadro que ni el Guernica.
Imagino el daño que pretenden hacer algunos con el revisionismo del holocausto. Quieren quitar culpa a los nazis y acabar diciendo que ahí sólo murió un judío que se cayó de la bici, pero eso no quita que haya otros miles de historiadores en el mundo que intentan conocer lo que de verdad ocurrió y se encuentran más impedimentos por parte de los exterminados que por los exterminadores, y no precisamente porque el asunto les produzca traumas, a la vista del crédito económico, mediático y social que le sacan más de medio siglo después. Simplemente no quieren que nadie estudie y revise los hechos, nadie que no vaya con su discurso, y quien no vaya con ellos es considerado antisemita. Ahí queda todo.
Yo no me atrevería a negar que existió el holocausto, porque de verdad existió. Tampoco creo que las cámaras de gas sean un mito, si existen pruebas que lo demuestran. Pero si hay tantas pruebas como dicen que hay para demostrar que no fueron seis millones de judíos asesinados, sino que fueron menos, yo quiero saberlo. Si fueron cuatro millones no se exculpará a los nazis, si es lo que temen. Pero mientras más intentan demostrar que puede haber errores en las cuentas, y que si bien no fue menos cruento pero sí hubo menos víctimas, los judíos les tapan la boca e impiden que realicen cualquier tipo de investigación. Por más que las cuentan lo le salgan a alguno.
Los revisionistas, que pueden ser incluso judíos (¿por qué no? Hablamos de datos objetivos, no de sentimientos), sostienen buenos argumentos que nadie hace ni caso. Mientras, países como España prohibían por ley que nadie revisase el Holocausto, bendita libertad de expresión. Supongo que uno es libre de decir que murió un millón más de los seis popularizados, pero decir que fue uno menos no gusta tanto. Encantadoras víctimas. Gracias a Dios que nuestro Tribunal Supremo tiró por tierra esa ley, y que hoy somos un poco más libres que ayer de estudiar nuestra propia historia. No estoy a favor del revisionismo del Holocausto: es que estoy a favor de todos los revisionismos, en tanto que quiero aprender y que lo que aprenda sea lo más certero posible. En los campos de exterminio, en la Guerra Civil española, con Napoleón, con la Iglesia o donde haga falta. La verdad sobre todas las cosas. Y que nadie nos diga lo que nos tenemos que creer, prohibiéndonos demostrar lo contrario. ¿Si fueron seis millones de judíos de verdad? Yo no lo sé, como tampoco sé lo contrario, pero no consiento vivir en un mundo donde uno tenga razón por ley.

Dónde viviría y un trío de posdatas

No me apetece aburriros con política, aunque supongo que si venís a este blog ya sabéis lo que os vais a encontrar. Tampoco quería poneros música, por más que lleve varios días cantando una de Klaus & Kinski. Con mi cabeza puesta en un futurible Erasmus, del que no me quiero ilusionar porque puede fallar cualquier cosa de mi cadena de milagros, me he dedicado a pensar en cosas que me distraigan. Listo soy yo que me voy a los lugares del mundo donde me encantaría vivir.

Pensaba en la sabana. Creo que estoy hecho para la sabana. Tengo ese espíritu aventurero y aguante para la soledad. Viviría rodeado de animales, los de África, los mejores. Tendría media docena de negros a mi servicio, descubriendo qué son los derechos humanos y del trabajador y contándoselo a los de su aldea. Iría a un pozo a sacar agua ("Mugambe, no te preocupes", le diría al negro de pelo amarillo. No preguntéis, pero tiene que tener el pelo amarillo. "Ya me encargo yo del agua") y después usaría la flauta que me regaló Magiba para espantar a las serpientes. Me pasaría la mañana viendo a los elefantes y la tarde dibujando jirafas. Algún día me acercaría hasta los leones, pero sólo para rescatar a Simba ("león" en suajili, lengua que sabéis que domino) de las hienas y formar así parte del ecosistema. Sería algo así como feliz, en la sabana. Sí, creo que sería mi paraíso perdido. ¿Cuál sería el tuyo?

Posdata: me he creado un twitter, y como los nicks lógicos ya estaban escogidos (alguno, con único propósito de suplantar mi identidad) me decanté por el_croni, o El Croni, que viene a ser mi versión chunga de graffittis. Tiembla cuando lo veas escrito en tu ciudad. A primeras es un feed del blog, pero creo que escribiré más cosillas: no de qué estoy haciendo, si no ideas y demás paparruchadas. Cosas que por brevedad no me daría para escribir en este blog. ¿Me followeas, darling?

Posdata 2: Capaz me animo y cambio el encabezado del blog, que el actual es una foto. Debería aprovechar que tengo escáner ahora y hacer un dibujo actualizado. Pintar no lo sabría pintar, así que volvería a los crayolas azules como un condenado.

Posdata 3: Lo preguntan sobre todo en HarryLatino, pero sirve para aquí: ¿para qué sirve la publicidad de las webs? Pues para el mantenimiento del sitio, para eso (y en el caso de Crónicas Salemitas, servía antaño para calcular las visitas - ahora me he pasado a Google Analytics). Claro que da igual la gente que vea el banner si no pincha en él, porque es de los "pinchazos" de donde verdad se contribuye. Lógicamente los de Google no son tontos, y prohíben (CON RAZÓN) que la gente anime al pinchazo. Es de cajón. La gente sólo debería pinchar en la publicidad cuando le interesa, pero ya que preguntan: no, no hay ingresos por "ver" publicidad. Es sólo por pincharla.

Que no se diga: un agradecimiento, un poco de vida (lo justo y necesario, qué se creen), un video y un videoclip

Sois unos majos con vuestros comentarios. El problema es que luego me crece el ego y soy inaguantable, pero vosotros sabréis, porque lo pagaréis con entradas pedantes y subnormales. Se siente.

El día de hoy ha sido estupendo, con la casualidad de que hoy he recibido la comunicación de que me convalidan los créditos de mi antigua universidad (como los solicité uno dos tres y hasta cuatro meses después de concluir el plazo legal, muchos milagros tenían que interceder para que funcionase) y eso significa que podré ir a la subasta de becas para las plazas de Erasmus (que son los "programas de estudios en el extranjero", en mi bienamada Europa). Luego habrá que ver qué tal salgo de la subasta, pero como lo más difícil ya lo he pasado, estoy satisfecho. Menuda forma de alegrarme el cumpleaños. Tan pancho.
Como es de buen nacido ser agradecido aquí os traigo un video que capaz no habéis visto (fíjense que el "capaz" es puro latinoamericano, ¿qué más cosas se me pegarán de ellos? No, el ché no. El ché es valenciano). Es la nueva intro de Los Simpsons, actualizada a los últimos tiempos. Un pedacito de historia de televisión, en resumidas cuentas.


Sucede que yo soy más de Padre de familia, pero bueno, lo llevo con dignidad.
Y luego, porque sin un poco de mala leche no duermo, el videoclip de Si yo fuera un chico de Beyoncé, que también podría haberse titulado Por qué no despedí a mi manager cuando me lo sugirió Will Smith. Qué despropósito de historia. Qué fracaso de traducción. Quién habrá oído de acentos en Norteamérica.

Mis años son sólo míos

Todavía no sé si mi futuro es alto o bajo. Y es el mismo.
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Camino

De ser creyente, la última orden que seguiría sería la del Opus Dei. Lo dice alguien que ha ido a colegio de Legionarios, cuyo líder fundador está acusado de pederastia, a un tris de la excomunión y hace semanas descubrieron, para colmo, que tenía amante e hijos secretos. Me quedo antes con los Legionarios que con el Opus, palabrita de Niño Jesús. No porque relativice los actos de pederastia (me parecen monstruosos y abominables, de lo más repulsivo que pueda hacer un ser humano), sino porque creo que los curas que pertenecen a la orden no tienen ninguna culpa de lo que hizo su fundador. Si tenía una amante e hijos secretos, hechos confirmados póstumamente, me es igual: estoy a favor de que los curas se casen, así que sólo me hubiese gustado que la orden aprovechase ésto para presionar en el Vaticano. Claro que lo de la pederastia pesaba más, claro.Digo que no sería del Opus Dei porque por lo poco que conozco, me da escalofríos. Continuamente se compara al Opus con los Legionarios, pero creo que su único punto en común es que buscan familias poderosas y con dinero, de modo que las dos órdenes están muy bien posicionadas. ¿Cuál es la diferencia? Que los seguidores de los Legionarios pueden pensar como quieran, con tal de que paguen sus cuotas, mientras que los del Opus buscan comer la cabeza a todo el que tiene a su alcance. Al menos yo lo veo así, a riesgo de equivocarme.

No sé obrará peor desde un punto de vista moral, pero es un debate interesante: Legionarios contra Opusianos, al ring. Se supone que tienen que profesar la fe, de modo que el Opus lleva claramente la delantera. Los Legionarios son más pasotas, y con el dinero están más que satisfechos. Pero es que no me gustan las formas del Opus. Los veo peligrosos, bloquean las mentes. Llevaría tranquilo a mis hijos a un colegio de Legionarios, como yo fui, pero no podría llevarles a uno del Opus. Digan lo que digan de los Legionarios, no te prohibían pensar. Si veían que no les dabas dinero te dejaban tranquilo, y se la sudaba lo que creyeses. Como si no ibas a misa. A parte, te enseñaban valores y daban una buena educación. Del Opus no me fío un pelo, aunque pueda pecar de simplista. Los veo todo lo sectarios que no eran los otros. Quizá me equivoque y sea puro fruto de prejuicios, así que que me disculpen.
Ayer vi Camino, la última de Javier Fesser. Para quien no esté enterado, un poco de situación: narra la historia de Camino, una niña del Opus que cae gravemente enferma y la fe le ayuda a superar la muerte. Ese es el argumento, que la polémica también tuvo su historia: el Opus la criticó duramente y lo mismo la familia de Alexia, la joven en la que está inspirada la historia. Eso le dio más publicidad, claro. Como si no se viese venir. Y luego, meses después, ha ganado unos cuantos Goya. Fin de la introducción.
Ayer vi Camino, como iba diciendo, y me encantó. Es una película muy bien hecha, con un guión sobresaliente, con una trama muy bien construida y unas interpretaciones muy conseguidas. Todos los ingredientes para peliculón, y posiblemente lo sea. España no entiende de términos medios y sólo estrena bazofias o peliculones. Teniendo en cuenta que no solemos tener más de un peliculón al año, cuando más, es preocupante que tengamos que pagar el resto de mierdosas producciones con la Ley del Cine, como si también pagásemos a los cantantes para que saquen discos o a los escritores para que escriban, al margen de lo que hagan después.
Camino es buena y también muy dura. Es bonita por momentos y triste por otros. Hubo un momento incluso en que grité en silencio, poniéndome las manos sobre la boca a lo trauma total, y supongo que quien la haya visto sabrá a qué momento me refiero (ni lo mencionen, mis queridos comentaristas, que no validaré espóilers). Creo, con sinceridad, que Fesser decía la verdad cuando explicaba que la película no es contra el Opus. Yo creo que no lo es, aunque es obvio que tiene especial protagonismo. El Opus no es el tema principal, más quieran, y me temo que nada de lo que se ilustra está inventado. Es más: todos conocemos historias de la orden mucho más desagradables de lo que se ve en la película, os lo aseguro. Si de verdad hubiese querido hacer daño, podrían haber empleado otros recursos.
Tampoco es una biografía de Alexia. Sólo hay que ver su foto de familia para comprobar que la de Camino es bien distinta, y seguramente también las historias que les envuelven. Ha tomado un hecho real de punto de partida, pero ahí termina todo. Y creo, sí, que Fesser comete un error al intentar dar su explicación a la fe de la niña real, porque ahí, por mucho guión que sea, sí puede hacer daño. Pero bueno: hay que reconocer que como historia original es apasionante. Todos los miembros de la familia tienen algo que contar, algo que merece la pena.
No soy defensor ni atacante del cine español. A veces hay películas que considero geniales, y sólo hay que ver la taquilla para comprobar que el público no tiene prejuicios contra el cine patrio, sino que sencillamente no le apetece ver las mierdas de películas que sacan siempre. Basta que se salgan un poco de la tónica general para que sean un éxito, y prueba de ello fue cómo arrasó Rec.
Hala, corred a verla. Camino, digo. De verdad que está muy bien. Si sois creyentes no os preocupéis, porque la película no golpea nada la fe. Es más: a algunos debería servirles como prueba del poder que contiene. Pero es muy buena la película, de verdad.

La contradicción de los vegetarianos

Vivimos en un planeta antropocentriste, con una sociedad antropocentriste y un país más antropocentriste si cabe. Y no me refiero a que llevemos automóviles, que usemos teléfono móvil o que peguemos post-its en la puerta del congelador, sino a que nos creemos que todo el mundo gira alrededor de nuestra especie. Jodidos egocentristas que somos.

En clase de Religión, y más tarde en la de Teoría del Derecho, me indignada la forma en la que se mostraba una creación coronada por el hombre. Que si somos amos y señores de la naturaleza, que si los recursos están para utilizarlos, que dominamos a todo lo demás... ya no hablo del hecho de que el ser humano sea un animal o no (hay animales que todavía lo niegan), sino a que estamos por encima en la escala evolutiva. No, ¡por supuesto que no! ¿Quién se puede creer semejantes paparruchadas?
Seremos egocéntricos pero no tenemos ni un pelo de tontos: cuando se trata de hacer escalas siempre vamos a lo que somos los primeros, ya sea masa encefálica o capacidad de razonar. Está claro que nuestra escala evolutiva no va a medir nuestro tamaño, ni nuestra capacidad de rugir, ni tampoco de reproducirnos. Nos vamos justo e interesadamente al aspecto en lo que destacamos, que para eso nos tenemos amor propio. Da igual que un oso nos pueda despedazar vivos, como si no aguantamos ni una hora debajo del agua: todo eso son trivialidades, claro que sí. Después de todo, ¿no hemos dominado al resto de criaturas del mapa?
(Eso, que para algunos es prueba de inteligencia, debería servir como testimonio de nuestra subnormalidad. Pero en fin)
Y aquí entran los vegetarianos. Quedan aparte los que lo son porque no les gusta el sabor de la carne o porque no pueden tomarla por motivos de salud, no me refiero a esos. Hablo de los vegetarianos porque-los-animales-no-merecen-ser-comidos, por el viva-el-mundo-en-que-todos-somos-iguales. Dios, para, pon el freno. ¿Son tontos? ¿Se lo hacen? ¿Respiran el mismo aire que yo, o se suministran oxígeno contaminado?
Los animales comen carne. Algunos comen carne, porque la necesitan, y nosotros somos precisamente de ese grupo de animales que comen carne porque la necesitan. Si los vegetarianos aceptan que existen animales como los osos, los halcones o el león, ¿qué les hace pensar que ellos son más especiales? ¿por qué no pueden ser como el resto de animales carnívoros de la creación, que renuncian a sus propias necesidades naturales?
Porque se creen superiores al resto de la creación, por eso mismo. No lo reconocerán, pero si no no tiene sentido lo que hacen. No se igualan al resto de animales carnívoros porque no se ven como ellos, se ven mejores, se ven más. Y con semejante idea de bombero pecan del mismo antropocentrismo que el ministro que mata cinco ciervos por pura satisfacción, para luego cenarse sus mollejas. Porque se creen superiores, da igual que no tomen la carne. Se creen superiores, y por lo tanto, no hay razón de ser para su decisión personal. Es la contradicción de los vegetarianos.

Anabel Botella

El semáforo de Primado Reig (o los tres semáforos, mejor dicho) dan para leerse El Quijote, y como uno no lo tiene a mano, pues se pone a leer los carteles pegados en los postes. Normalmente son de albañiles, cuidadoras o profesores particulares (me encanta esa de "Sé catorce idiomas. Enseño tres". ¿Entonces para qué los otros once?), pero lo que nunca me había encontrado era un cartelito, con flecos arrancables incluidos, para anunciar un blog.

No es un blog de grandes corporaciones, ni de la fiesta de la próxima Nochevieja. Es un blog personal, y punto. Me encantan las iniciativas originales. Ésta no vende nada, ni te trata de convencer: simplemente es una invitación a la lectura. Supongo que todos los que escribimos un blog deseamos ser leídos. Cuánto la he envidiado esta mañana por su frescura.
Yo no tengo ojos para leer en la pantalla, pero no quiero dejar pasar el día sin felicitar a esta bloguera. Su blog es http://anabelbotella.blogspot.com/ Cualquier día de estos le copio y ves cartelitos de Crónicas Salemitas en la Gran Vía de tu ciudad.

Los que siempre cumplen

No querría ser Mickey Mouse. Ni Barbie. Ni Carrefour. Sólo hay que enchufar la tele para comprobar que todos los días son su cumpleaños. Se pasan la vida de aniversarios redondos, con exposiciones y descuentos. Tengo la sensación de que los medios nos cuelan cada dos por tres sus efemérides, quizá porque ellos no tienen memoria o porque piensan que nosotros no la tenemos, pero qué maldita desgracia que servidor, un Hombre con Criterio que agita a las masas, sólo tiene memoria para las noticias. Para eso soy un lince, qué le vamos a hacer. Un elefante.

Me pasa que no recuerdo los nombres de mis amigos cuando los busco en la agenda del móvil, o que hay escenas e incluso personas que borro por completo de mi cabeza ("¿de verdad estuve allí? ¿de verdad le conocí?") pero Dios me concedió un bendito disco duro de hemeroteca. Recuerdo hasta las noticias que ya nadie recuerda y suelo situarlas con bastante acierto en el calendario de los años. Me da igual que sean noticias de la tele, del periódico o de Internet. Soy bueno registrándolas, qué le vamos a hacer. Soy tan malo memorizando el resto del universo que no me importa presumir de lo único que se me da bien.
Pero.
Mi memoria hemerótica me juega malas pasadas. Noticias que ya había leído hace meses, vamos. Estoy harto de leer que por fin encuentran agua en Marte, porque cuando la repiten seis meses después advierto que nadie desmintió la anterior, y también estoy intrigado con averiguar qué criterio utilizan para que cada año sea el cumpleaños de Mickey y Barbie, porque me tienen desconcertados. Ni usando la fecha de nacimiento, muerte de creador y personaje me salen las cuentas. Y también están los grandes supermercados, o el sujetador (ese eteeerno reportaje de Antena 3 noticias, que Matías Prats pone cada viernes soso) o el seiscientos. Menuda agonía de vida, siempre de fiestas.
Yo cumplo el martes y me doy por satisfecho. Serán dieciocho, he dicho.

Putas y maría hoy

Me desconciertan las prohibiciones injustificadas, y hay unas cuantas en nuestro día a día. Pero si hay algo que me desconcierta más todavía, es que el Estado consienta algo que al mismo tiempo prohibe. Eso es el no va más de la hipocresía. Y eso es lo que pasa con la prostitución.

La prostitución es indigna si se obliga a ejercerla. Pero lo mismo con el gremio de secretarias, o de barrenderas, o de abogadas. Lo indigno es la extorsión, no el ejercicio en sí. Así que dejemos de ignorar a todas las mujeres (y hombres) que quieran ejercerla con dignidad.
Nunca he encontrado diferencia entre ser puta y ser modelo. Todos los argumentos que utilizan las feministoides contra la prostitución los aplico igualmente a quien se deja fotografiar con lo último de Chanel o se cruza la pasarela. Que si son carne (¿qué es Kate Moss, si no?) o que no lo hacen por vocación (¿y la señora que friega la escalera? ¿se lo prohibimos también?), ¡como si fuesen las únicas, o como si eso fuese pecado!
Dirán que más de la mitad están en la calle por coacción. Será. ¿Pero esas que son menos de la mitad, pero que son? ¿Esas miles de mujeres en España, cientos de miles en el mundo? ¿Quiénes somos nosotros, moralistas de pro, para decirles lo que está bien o lo que está mal? Si existe un chulo, es porque el Estado ha fallado en evitarlo. La solución no es negar la existencia de la puta, como se viene haciendo, sino poner los medios para que eso no se repita. Para que solo sea puta quien quiera serlo, por supuesto. Y claro que habrá mujeres que lo quieran ser. Claro que habrá putas de vocación. Al menos más vocacionales que friegaplatos, o barrenderas, o telefonistas. Su trabajo les puede reportar un placer que no la mayoría de los trabajos, y nosotros nos creemos con derecho de decir lo que está bien y lo que está mal. Preguntad en la calle, preguntároslo vosotros: ¿es la prostitución algo legal en España? Asaltan dudas. En teoría no, ni es legal ni ilegal, pero están en todas partes. ¿Y no se anuncian puticlubs en las calles, con total impunidad? ¿No pagan sus alquileres, y se iluminan al pasar? Tan ilegales no pueden ser, pero es que tampoco son legales. Ilegal el proxoneta, pero la puta no. Y si aceptamos que ser puta no es ilegal, ¿por qué no les damos entonces seguridad social? ¿por qué las empujamos a un abismo alegal? ¿por qué no aceptamos que ese abismo es buen culpable del proxonetismo?
Putas libres ya. Que no se atrevan a negarle sus derechos a quien quiera serlo. De las que no quieran ya nos encargaremos todos.

Posdata 1: De verdad, cada día estoy más indignado por el feminismo de mierda, que ni es feminismo ni es nada. Piden cuotas de mierda, abortos libres y se atreven de hablar de dignidad. Yo no sé de donde las sacan, pero yo las enviaba a la cocina ahora mismo y les quitaba el derecho de voto. Son putas cavernícolas que no hacen nada de provecho por ninguna mujer de mi entorno. Que no mancillen la palabra "feminismo", porque flaco favor hacen a las mujeres. Estoy rabioso. Me he educado en una sociedad donde éramos iguales. A partir de hoy, todo es retroceso.

Posdata 2: No edito el título de la entrada, aunque me ahorro el tema de la maría para otro día.

Posdata 3: ¿Quién me ayuda a crear un partido?

Posdata 4: Esta es la entrada seiscientos. A por las mil.

Justice y un mensaje institucional a las mujeres

Ay, mis queridos lectores, Crónicas Salemitas vuelve con la bonita tradición de los videoclips recurrentes. Mis recomendaciones, que en muchos casos son reflejo de vuestras propias recomendaciones, vuelven a iluminar las noches de insomnio (o las mañanas, según se lea). Aquí van dos de Justice, que para hacer justicia (jo-jo-jo) son las dos únicas canciones que me gustan de ellos, hasta donde sé. Y un mensaje institucional a las mujeres: ya valéis mucho, tanto como los hombres. No os dejéis humillar con leyes de cuotas.

En contra del libro electrónico

Estoy en contra. Radicalmente en contra. Y es que por primera vez en algo así como un trillón de años, parece que el libro electrónico (o e-Book) empieza a despegar.

Dediqué todos los certámenes de oratoria en secundaria a hablar de este aparatejo, con más improvisación que estudio, de modo que siempre que sale una noticia al respecto me pica la curiosidad y la leo.
Y entonces apareció Kindle.
Amazon lleva medio millón de copias vendidas, y los periodistas empiezan a hablar de que el negocio cala. No sé hasta qué punto puede hacerlo, cuando sólo es una empresa la que lo fabrica (al menos sólo una que no tenga pérdidas) y que no todos los libros, ni la mitad, pueden venderse en formato electrónico. Los contratos de antaño (antaño, confitería, máquina expendedora) no contemplaban este soporto, y los de ahora lo hacen con ojeriza. También es verdad que nos cuesta dejar el tacto del papel, tan bendito como balsámico. Que dure.
No me gusta Kindle. No es que me parezca mal que desaparezca el papel (gua, sí, evolución medioambiental) sino que bastante se descarga en la música como para que empiece a ocurrir lo mismo con los libros.
-Pero Hombre con Criterio -suelta el repelente de turno-. Descargar música no es ilegal. Lo ilegal es venderla y...
-Ché, callate. No me seas hipócrita. Sabes muy bien que si no es ilegal es por cuestión de legisladores, que luego está la cuestión moral y es obvio que hay personas perjudicadas, creadores, en todo esto. No hablo de Bisbal ni de Madonna. Hablo del músico que apenas vende unos miles de discos, y que si no existiese la piratería (oh, sí, "compartir archivos") no tendría que trabajar diez horas al día en una gestoría para pagarse la hipoteca.
Y ahora sumemos a los escritores a este sector. Para colmo, ellos no tendrán conciertos que valgan. Algún cerebrito dirá que escriban columnas en los periódicos, como ya dijistéis una vez. Obliguémosles a replantearse su profesión, porque a nosotros no nos sale de nuestras santas pelotas pagar sus libros. Vale que los cedés y libros sean caros (más los cedés que los libros; libros se pueden encontrar baratísimos) pero quien no puede ir a comer a El Bulli se va a un McDonalds, no va al de Adrià para irse sin pagar.
Un escritor necesita tiempo para escribir sus novelas. Aunque no ganase un duro seguiría escribiendo, si es de verdad escritor, pero obligadle a dedicar toda la jornada a trabajos que no quiere y veréis cuanto tarda en terminar una novela. El perjudicado será el lector, apostadlo. La piratería es el nuevo comunismo. De todos los que dicen que la piratería da a conocer a desconocidos, no compran sus libros uno de cada diez.

Carta Abierta a mi Admirador/a Secreto/a

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El paquete viene de Estados Unidos, directo de la tienda. Dentro tiene una de esas notas escritas a distancia, con un "Felices 22 (...) por adelantado (...) a ver si adivinas quién soy". Estaba segurísimo de que era Eme, porque ella me pasó el enlace de la tienda y estuvimos a punto de hacer un pedido conjunto, y yo quería esta camiseta. Pero ella lo niega tajántemente y al final tengo que creerla.

De modo que gracias, seas quien seas. Que sepas que me ha encantado. Aunque pase esta a la lista de historias raras, no sólo por lo de un regalo anónimo (mientras no salga el genial "culpable", y no creo que quede bien ir preguntando "¿has sido tú el autor del regalo?", porque parece una presión para que me regale el que no lo iba a hacer) sino porque es una camiseta de una tienda rara y precisamente conocí esta tienda y estuve a punto de comprarme la camiseta. Raro raro raro. Pero muy agradecido :)

(lo de "admirador/a secreto/a" es para darle más morbo, ya sabes. Es que siempre he querido sentirme observado, lalalá)
ACTUALIZADO: Misterio resuelto :) gracias (diré que sigues siendo anónima para darle más misterio, jujuju. Qué suerte tienes que que yo sea Don Memoria Pez y que no recordase que hace unos días me preguntaste mi talla de camiseta. Lo había olvidado por completo). Y por supuesto que no me gusta sentirme observado. Era broma.

De cómo dar vuelta a la tortilla sin que salpique el aceite

Franco hizo daño, oprimió. Y también hizo grandes cosas. Aquí estoy diciéndolo, con todos los riesgos, porque soy agnóstico y tachán, no creo en los demonios del Infierno. Una de tantas cosas horribles que hizo el dictador fue ahogar las lenguas regionales, quitarles cualquier tipo de estatus público, para que el castellano fuese la única e insustituible. Lo que se dice un fill de puta, vamos.

Pero estamos en 2009, señores, no en 1962. La Constitución dio derechos a esas otras lenguas  y hoy por hoy no hay discriminación pública ni al gallego, ni al vascuence ni al catalán, ni mucho menos al valenciano. Cualquier trámite administrativo llevado a cabo en estas regiones se puede hacer con la lengua regional, y es más: suele ser la lengua por defeto. Se supone que todos los documentos deberían estar en los idiomas pero no sé, quizá esté yo loco y el resto también, pero tengo la sensación de que cuando sólo hay un idioma el perjudicado siempre es el español. Qué cosas, si vivimos en España.
Mi lengua es el castellano, y sí, soy valenciano. Es más: me siento valenciano por encima de español, y pese a todo no considero al castellano una lengua foránea. ¿Por qué iba a ser más foránea de aquí que de Andalucía o Madrid? Es mi lengua madre. Y la de la gran mayoría de mis amigos. Luego me voy al pueblo y hablan más valenciano, y tan natural. Que yo sepa, Franco llegó a todas partes. No es cuestión de imposiciones. Que la ciudad de Valencia es mayoritariamente castellano-parlante, es algo muy anterior al Generalísimo.
Pero se nos ha ido la cabeza cuando alguien tiene que exigir "bilingüísmo". Sí, bilingüísmo. En una nación que sale de una dictadura, se podría pensar que piden hablar catalán, o gallego. Qué va. Ahí está lo cómico: lo que piden es que el castellano valga igual y no menos. Es flipante. Es horrible. La realidad es fascista.
Ayer mostraban imágenes de una manifestación en Galicia en favor del bilingüísmo. Esto quiere decir: tú usa gallego si quieres, yo uso español. Los dos nos entendemos. Los dos estamos en igualdad de posibilidades. Pero no, eso del bilingüísmo es españolista, así lo cuentan. Los gilipollas de turno, y ayer fueron bastante, fueron a atacar a los manifestantes. Pretenden, porque así lo hicieron ver, que en Galicia sólo se use gallego. Fuera el español.
Rebobina.
¿Que no se hable español? ¿Que se discrimine? ¿Que quede fuera de Galicia? Ayer en Santiago, mañana en Gerona, pasado en Bilbao. Cualquier día en Valencia, con un Partido Popular que cada día es más hipócrita y de doble rasero. De nada sirve la Constitución.
Franco ha vuelto. Y esta vez no ondea bandera española, no, esta vez ondea banderas regionales con estrellas independentistas. Son fascistas. Fascistas de mierda. Que todavía tienen los huevos de decir que el otro es el fascista, el que pide usar el español en España, sin detrimento de la lengua regional (porque el bilingüísmo habla de igualdad; que no sean demagogos los otros). El fascismo me aterra. Figuras encapuchadas por las calles, ocultos tras un antifaz. No es broma, no es el estereotipo: así se ilustran ellos mismos en los carteles de la universidad. Y ellos entonan el "fascistas" cada vez más alto, sin darse cuenta de que es su actitud la dictatorial. La que mata libertades. Flipo.

Unas cuantas recomendaciones y una pregunta al aire

Para que no se diga que este blog sólo disuade de ver, leer o escuchar, también hago propuestas. La última, el disco Colours are brighter, de un pupurrí de artistas anglosajones. La canción de los Franz Ferdinand (concierto gratis en Valencia a final de mes, mola) está chula, pero la de los Rasputina, los Four Tet o The Barcelona Pavilion también tienen su gancho (por cierto: que no recuerdo quién recomendó Os Mutantes en este blog, pero que sepa que me he enganchado. Gracias).


No recomiendo El Desafío: Frost contra Nixon, que vi el otro día de gratis, y me lo pienso dos veces antes de decir que El curioso caso de Benjamin Button es una buena película, que sí vi de pago: creo que la podrían haber hecho mucho mejor, y no me refiero ni a maquillaje ni efectos especiales. No es mala, ni regular. Es buena. Pero ni de lejos sobresaliente. Ahí lo dejo.

Y como de recomendaciones va el día, también una ración de blogs: Regina ExLibris, de libros y con mucho sentido del humor (bueno, este sí recuerdo quien lo recomendó. Saludos al Gato Cósmico).

Termino el día con la pregunta tonta de la temporada: ¿qué es indi? Respondedme con lo que os salga de dentro, nada de wikis ni flautas. De eso irá mi próxima entrada. He dicho.

(La de temas que me he quedado con ganas de comentar en siete puñeteros días. Estoy por abrir cinco blogs y escribir con distintos pseudónimos. Al tiempo).

Y volví

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Necesitaba darme un atracón final de escribir y escribir, y fin, ya está, el primer borrador de JWG#1 está terminado.
Siempre pienso que voy a estar eufórico al terminar una novela (llamo "terminar una novela" al terminar el primer borrador, porque la versión final nunca sé cuando llega) pero luego estoy tan normal. Hoy me he permitido algún grito de felicidad, pasearme por la casa, buscar ingredientes para un brownie de celebración y contar las horas que faltan para poder llevarlo mañana a una tienda de reprografía.
Creo, honestamente, que es la mejor historia que he escrito. Lo cuál no significa que sea buena, ni que merezca la pena, ni mucho menos que se pueda publicar: significa que me gusta a mí, su autor, con toda la subjetividad de la que puedo pecar. He tardado casi seis años en escribir esta primera parte de seis y se notaba por la gran cantidad de papeles que tenía sobre la mesa, sobre todo al llegar al final. Creo que es un buen principio para la saga, y lo más importante: creo que es una buena historia por sí misma. Lo que he aprendido de las novelas anteriores es que no te puedes conformar con un arco argumental para la historia, sino que incluso los capítulos tienen que ser en cierto modo autoconclusivos. JWG estaba en mi cabeza desde mucho antes que las cuatro primeras novelas que terminé, pero he necesitado escribir todas ellas para poder enfrentarme a esta. Era algo por lo que tenía que pasar. He trabajado mucho, muchísimo, en sacar adelante esto. Y por eso me siento feliz. Ya habrá tiempo para las revisiones, que empezaré mañana, y para retocar ciertas tramas que tendré que cambiar de lugar. Pero por hoy ya está bien. Me merezco un premio. Ahora mismo me voy a cocinar un brownie. Ché, qué ganas tenía de volver al blog. Me quedo, prometido.

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A modo de presión personal.

No es un adiós.
Es un hasta luego.
Nos vemos pronto. Cuando tenga algo que contar.