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Un consejo a quien lo quiera

De adolescente, era un hijo de puta vengativo. No es que me pasase la vida devolviéndolas, pero recuerdo una ocasión en la que me cubrí de gloria y cobré con creces el daño que me habían hechos. Vale que ese sea mi único recuerdo como vengador, pero sigo tan arrepentido por más que pasan los años que ya no entra el devolverla entre mis planes. Si me la juegan, sigo adelante. Si insisten, sigo también. No tengo la mala leche de esa vez, ni de lejos. Aprendí más por lo mal que yo lo hice que por lo que me hicieron, que tampoco fue para tanto. De hecho, hoy apenas recuerdo mi parte, porque la otra se ha borrado de mi mente.

Hoy por hoy, cuando sé -y sé, por más que me haga el tonto- que alguien intenta perjudicarme, mantengo mi táctica de la indiferencia. Y si persiste y no puedo obviarlo por más tiempo, muestro mi mejor cara -la de tonto perdido- y me comporto con todo el estilo que puedo para demostrar que no seré yo quien pierda la clase, dejándome ver como el tipo que se comporta bien sin sospechar que se la están jugando. Este es mi consejo del día, para quien lo acepte. He necesitado meter la pata hasta el fondo para comprender que las venganzas, grandes o pequeñas, ni dan satisfacción ni arreglan el mundo. Puede parecer así al principio, pero luego sólo te queda un regusto miserable. Nunca te vengues. No conseguirás nada más que rebajarte. Quizá te frustre el hecho de que esa otra persona no vaya a pagarla -como si "pagarla" fuese una letra de tu hipoteca- pero no me cabe la menor duda de que los miserables siempre caen. Si no caen porque tú te vengas, ya caerán por su propio peso. Déjales que lo hagan. Si son unas personas terriblemente malas, tienes permiso para alegrarte si los atropellan. No nos las demos de humanistas: el mundo va bien sobrado de gente mala. Pero que no tengas nada que ver con los frenos defectuosos de ese coche, por favor. No quiero que la policía abra una investigación a Crónicas Salemitas.
Y hasta aquí el consejo de Cronista. Podéis tomarlo a broma. Pero el mundo iría mucho, mucho mejor si desapareciese la palabra venganza (a veces transformada en la eufemística "revancha", que busca lo mismo), y si aprendiésemos todos a tener un poco de clase. No de la del dinero, sino la de comportarse.
Gracias por leer.

10 comentarios:

FranJoPeGar dijo...

Una gran verdad, he tenido muchas oportunidades para vengarme pero nunca quise, pero tan solo por no ser como ellos, los detesto, pero no quiero detestarme a mí mismo. Algún día seré alguien y con pasar al lado suya ya será suficiente.

Anónimo dijo...

Gracias por el consejo.

Sibila dijo...

y otras frases con el eufemismo "justicia"

Vivianne dijo...

Lo entiendo y apoyo, pero ufff cuanto cuesta aguantarse las ganas y tirar un buen cruciatus a quien se lo tiene más que merecido.

La mejor venganza es verlos caer, no por algo que tu hagas, claro, sino por ellos mismos, por karma.

Keldor Gaunt dijo...

Pues yo en ocasiones me he vengado, y lo he disfrutado. A mi ese regusto miserable del que hablas, me gusta.

Ana dijo...

Sólo me vengué de algo que me hicieron una vez y no me arrepiento. Por una parte porque la persona se lo merecía, y por otra, porque le hacía un favor a su pareja (y amigo mío) demostrándole cómo era ella. Hoy por hoy no sé si volvería a hacerlo aunque como digo, no estoy arrepentida. Cuando se trata de cuernos...

Pruna dijo...

Nunca me he vengado de nadie, sin embargo hay una cosa en la que me gustaría mejorar, soy rencorosa.

El rencor no daña a la persona a la que se lo guardas, porque ni se entera, el rencor daña a la persona que lo siente, es decir uno mismo.

Saludos y enhorabuena por haber conseguido esa actitud.

Enovy dijo...

Ese es un buen consejo (Y)

Beatriz Arias dijo...

Yo es que todavía no he podido arrepentirme de haberme vengado de alguien, porque nunca me he vengado de nadie xD pero ganas no me faltan... en fin, sé que realmente tienes razón, pero yo creo que hay personas que merecen una venganza en condiciones. Pocas, pero las hay. Y si tuviera la oportunidad, supongo que no la desaprovecharía (eso digo ahora, pero luego soy un poco imbécil y me suelen dar hasta pena los miserables en cuestión).

Ellishp9 dijo...

Uy! la venganza malisima y como tu dices aveces uno aprende de las peores maneras, por algo que se llama remordimiento, la conciencia...
El rebajarse a tal grado te deja pensando que si eres incluso peor que la persona que te hizo la bajesa.Gracias por el consejo, que si bien muchos de nuestros padres no lo dicen cuando somos chicos no viene mal que nos lo recuerden aveces...