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Pelis de zombis

No puedo con las películas de miedo. A ver, no es que me aterren, sino que tengo hipersensibilidad para los sustos. Soy el único que salta del asiento en películas como Up! o Tiana y el sapo (para satisfacción de la sala que siempre busca el friki de la sesión), y de las películas de miedo de verdad ni hablamos. Porque el terror psicológico es una anécdota en los cines, pero el de sustos está a la orden del día y yo soy carne de cañón. Da igual que el sonido ambiente lo avance o que el protagonista se asome a un pasillo donde tintinea la luz: por más evidente que parezca, yo soy el clásico espectador de la sala que botará un metro sobre el suelo. Aunque esté con los ojos cerrados.
Por eso no entiendo por qué insisto en ver películas de zombies. Me paso la mayor parte del tiempo mirando hacia otro lado, pero una atracción digna de cuerpo celeste empuja mi vista hacia la pantalla y disfruto y sufro a la vez de lo mejor del peor cine de la cartelera. Lo que algunos llaman placer basura, que es cuando sabes que algo es malo, y sin embargo te gusta. Una película de zombis no pasará ni a la crónica anual, pero logra entretenerme. Ya he dicho muchas veces que mi relación con el cine es bastante mala, no hace falta que venga a decírmelo ninguna eminencia.
Me encantó la primera de Resident Evil (las siguientes ya no, aunque las vi. Ya es bastante). Me encantó Rec, aunque de la secuela mejor ni hablamos. 28 días después también mola, y las continuaciones son bastante dignas. Soy leyenda tiene su punto, aunque el final es de esos de haber-cortado-veinte-minutos-antes-de-hacer-el-ridículo. Y luego están los puntos y aparte como Zombieland, una comedia de zombis muy digna. Una vez intenté ver aquella miniserie británica de zombis en Gran Hermano. El concepto estaba genial, pero era demasiado larga para mi poca paciencia. Menos mal que hay alternativas más cortas.
La literatura zombi, al contrario, me resulta insoportable. Jamás leería un libro de este subgénero por mi propia voluntad, pero he tenido que leer más de una decena por trabajo. Al final ocurre lo lógico: que el cerebro se te ablanda de tanto diálogo a base de gruñidos. Si se trata de zombis, no es lo mismo ver que leer.

2 comentarios:

S dijo...

Jajaja ánimo Croni!
Yo también soy de las que brincan, pero lo llamo placer culposo :)

tioserio dijo...

A mi me pasa maomeno lo mismo. Películas de terror no puedo ver pero a los zombis se dan de comer aparte. No le recomiendo The Walking Dead si no tuvo paciencia con Dead Set pero sí que le pueda echar un vistazo a "Zombies Party", que es un rollito Zombieland pero a lo británico y muy divertido. Hale, ahí queda la recomendación...