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El coste de oportunidad o cómo renunciar a una vida en favor de otra

En economía, el coste de oportunidad es aquello a lo que se renuncia cuando se hace una elección. Y cuando más cerca estoy de cumplir un año en Madrid, tan lejos de Valencia, no puedo menos que meditar mi decisión.
Todavía estoy seguro de que hice lo correcto, pero no puedo olvidarme de ese coste de oportunidad. Alejarme de la gente que quiero y que no puedo ver con la misma regularidad. Volver, y aunque todo se mantenga como antes, y mis amigos sigan ahí como cuando nos despedimos, hay bromas que no entiendo y personas que no conozco. Entonces pienso en lo duro que resulta que toda mi vida de antes, en un 80%, se convierta en algo tan frívolo como el coste de oportunidad. Todo a lo que renuncié por lo que sigo tomando como la decisión correcta, pero por muy feliz que sea en la capital nunca podré tener del todo aquello a lo que renuncié una vez. La felicidad, llegado un punto, es elegir lo menos infeliz.
Esto viene porque acabo de llamar por teléfono a una amiga de Valencia y se ha puesto su hermana en su lugar. "Ya me ha dicho María que te quedas en Madrid un año más... o para siempre". A veces no ves la realidad hasta que te golpean hasta matar.

9 comentarios:

Pazcual dijo...

No se puede tener todo en la vida y eso, aunque doloroso, termina siendo todo un desafío.

Saludos.

Anónimo dijo...

Yo no sé si la decisión que tome fue la correcta.

Sólo sé que estoy viviendo en esa decisión y que en este momento no me puede importar nada más.

A pesar de que no me gusta al 100% sé que si estoy aquí es por algo. Aunque a veces me lo replanteo y me gustaría volver a ese día.

Quizás hoy seria más alegre ó quizás no.

Quizás tome la decisión de una manera muy apresurada y presionada ó quizás sólo tome la decisión que debía tomar.

Mi vida, mi mundo, mi presente y mi futuro cambiaron. Y ahora sólo vivo en la incertidumbre.

No soy la persona que pueda decir algo alentador.

Sólo sé que la vida es así.

Rocy dijo...

No lo pienses. Sí ahora mismo te quieres quedar aquí, quédate. Ya habrá tiempo de cambiar de opinión (si la cambias).

Un amigo mio estuvo pasando por lo tuyo hace unos años, ¿y sabes lo que me dijo? Que no se arrepintió de venir a Madrid. Luego lo que tenía pensado pues no llegó a cuajar, pero se quedó y luego ya mejoró, porque las cosas pasan por algo, y siempre que puede se va a su ciudad a ver a los suyos :)

No te arrepientas de las decisiones que tomes, haz lo que tu quieras y sientas en este momento. Tienes tiempo para pensarlo :)

Enrique dijo...

Te entiendo, pero tienes la suerte de que Valencia está a dos pasos de Madrid. Puedes volver siempre que quieras, y ellos también pueden ir a verte. Además, yo creo que el teléfono es mejor conservando vínculos más fuertes de amistad que el chat. No sé lo que usas con más frecuencia, pero escuchando la voz de la otra persona me siento como más cerca y más en contacto. Aunque también se puede probar la videollamada del Messenger. :D ¡Anímate, que este verano seguro que irás a la playa y a probar la auténtica e inimitable paella valenciana!

Anónimo dijo...

Mi madre, que es malagueña, se vino a vivir a Galicia por mi padre. Aquí me he criado con mi hermana, y cada Agosto nos volvemos para tierras andaluzas. En realidad lo odio, siento que echo a perder el verano, y antes culpaba a mi madre, pero ahora comprendo lo que ella ha perdido.
Pero hay algo que es todavía peor: ese mes que pasamos en Málaga, ella intenta engancharse a lo que antes tenía, y noto cómo casi 30 años fuera de sus raíces se desperdician aún más, y que nunca podrá volver a encajar por eso que tu comentas, la bromas, las conversaciones, los momentos...
Es algo a lo que siempre tendré miedo, dejar aquello que tanto quieres, y aunque pienses que al volver todo estará igual, la realidad no es así.
Ánimo.

Belén dijo...

Te entiendo, y no sabes cuanto.
Justamente estoy pasando por lo mismo, a veces me dan ganas de volver atrás, pero tal vez en lo conocido está la rutina, que si bien fue buena, aunque podría volver a eso, como dices, ya hay personas que no conozco y chistes que no entiendo.
Que puedo decir, sólo eso, no sabes cuanto te entiendo.....

Ana dijo...

Vamos a ver, tu lo has dicho, cuando vuelves tus amigos están ahi para ti, disfruta de lo que tienes ahora, si es que eres feliz con ello, y cuando se pase tu momento, si tiene q pasar, vuelve si es lo que necesitas, que no sabes lo fácil y rápido que puedes inventar nuevas bromas.

Ana dijo...

ahora que leo mi comentario creo que pensarás que te importa a ti lo que opinamos de tu vida, que es sólo tuya, vale que opinemos sobre temas impersonales como política o cultura (todo lo impersonales que pueden ser), ¿pero en realidad quieres oir nuestra opinion sobre ésto? porque aunque tu quisieras hablar del coste deoportunidad todos hablamos de ti, de Madrid y de Valencia...

JuLio Urízar dijo...

No es que renuncies a una vida en favor de otra, al final sigue siendo la misma. Lo único que cambia es el modo en que la llevas, el lugar, la gente con la que convives. Entiendo perfectamente todo eso, yo paso por lo mismo. Dejé mi casa y mi familia y todo lo que yo quería por venir a otra ciudad a estudiar algo que en la mía no había. Tampoco sé si mi descición fue la mejor, pero es lo que ahora estoy viviendo y la vida es eso: cambio. A veces todo sale bien, a veces mal, pero gracias a lo malo nos hacemos preguntas como esta. Y por favor, la vida no es un término de economía. La nostalgia por las cosas del pasado es también parte del proceso. Los amigos que son verdaderos entienden por qué tomaste tal decisión y te apoyan, aunque dejes de verlos mucho tiempo. Yo también extraño a los míos, y no me caería nada mal salir con ellos a dar un paseo, a un café o a platicar horas enteras. Pero también me siento reconfortado cuando pienso lo valiente que fui al dar el gran paso.