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Pedigüeños racistas

Dame algo para comer. Soy español.
Vale que los negros que venden La Farola son un coñazo de insistentes (a excepción del de Goya con Conde Peñalver, que canta. De ese soy fan total). Pero aludir a la hispanidad para que te den limosna es lo más asqueroso que he visto últimamente en xenofobia.

14 comentarios:

Prigkinissa dijo...

Y será verdad...Qué vergüenza.
Yo siempre doy dinero a los que cantan de corazón o a los que cantan alguna canción que me gusta mucho. La última vez que di lo que llevaba suelto en el monedero fue hace como dos semanas: hombre joven guitarra en mano cantando "Un velero llamado libertad" con una voz llena de sentimiento. Se me llenaron los ojos de lágrimas...

Y se marchó y a su barco le llamó libertad...

Y yo me quedé en el vagón del metro con cara de tonta.

Prigkinissa dijo...

Por cierto, Sibila, te dejo que cuentes tú lo del negro que vendía La Farola en Parque Sur, al que PacalaPata no quería dejarnos darle dinero... Yo estoy vaga.

Marta Cruces Díaz dijo...

Yo también soy fan total del de Goya, me acuerdo de las Navidades pasadas, con la voz cascadas y el tío seguía dándolo todo... así da gusto.

Y sí, es asqueroso lo que dices, eso no he llegado a verlo aún...

Alejandro G. Cabrera dijo...

No sé, si ha llegado a ese punto es porque le funciona. Y si le funciona me lo creo perfectamente. Solo tengo que recordar cuando un hombre le decía a uno de los negritos de los que hablas que se fuera a su país, si tanta necesidad tenía que se largara... Así que, aunque sea rastrero, entiendo que para comer haga o diga lo que sea. La culpa se la hecho a los demás.

Estelwen Ancálimë dijo...

Supongo que, igual, esto significa que los pedigüeños deben estar hartos de que cada vez que piden limosna algunas personas les espeten algo parecido a: "Para venir aquí a pedir, vuélvete a tu puto país de mierda". Me temo que tal vez sea más un problema de haber sufrido reacciones racistas de los viandantes, que de racismo en sí... qué triste si estoy equivocada.

Anónimo dijo...

En un primer momento te encontraría toda la razón, pero la verdad es ¿Qué harías tú si te estas muriendo de hambre?

Pienso que si una persona se encuentra en situaciones extremas, puede llegar a incurrir a lo más bajo, inclusive a la Xenofobia sin saberlo, además el caso que presentas también se le pueden dar otras interpretaciones como el hecho de qué por algo lo dice, quizás está en la retina colectiva el hecho de que sí dice “Soy Español” las personas reaccionaran y le darán algo de comer. Quizá el piense que vosotros sois xenófobos.
Yo no lo juzgaría, él sólo es producto de una sociedad loca, que no se preocupa por las personas que se encuentran en esa precaria situación. Además debes tener presente que denominarle Xenofobia es muy precipitado.
Con todo pedir así como así no es la mejor manera, rayos hay miles de personas que cantan para que les den dinero, venden esto, esto otro, en fin. Y para mí esos seres humanos si se merecen que yo me pare y les una moneda, la verdad suelo compadecerme con la cara de las personas de tercera edad que están sentadas y con cara de pena. Lo que sí detesto es ver a una madre con un bebe o un menor de edad, me choca, me produce mucha impotencia. De hecho tengo una experiencia traumática con respecto a ello, jamás olvidaré cuando era muy pequeña y con mi madre fuimos a comprar, el caso es que íbamos caminando, me voltee y vi a una señora con una niña, era invierno, hacia mucho frio , sin embargo ellas estaban muy desabrigadas, lo cual era obvio, en vista de que estaban sentadas en la calle pidiendo dinero y eran indigentes (Que fea palabra), ya el hecho de observar eso cuando uno es pequeño es fuerte, pero si a eso se le agregas que la niña estaba comiendo de un tarro que tenia agua y pan, es muy triste, más aún cuando mi mirada se topa con la de la niña, hasta el día de hoy recuerdo, cada detalle. Pero bueno en fin.
Buenas Noches, Buenos días, espero que mañana sea un buen día (Eso sí rima).

Sibila dijo...

puajjjjj

Las personas que piden cantando, me en-cantan. Siempre me entran ganas de ponerme a bailaro hacerle los coros (lo tendré que hacer alguna vez en mi vida, intentaré que no sea en la ciudad qe vivo).

Prig, sólo me acuerdo mucho de él, pero de nada más...

Fiora dijo...

Sí, porque yo sepa los espanoles no comemos más que los demás.

Hugo G. dijo...

No concebía que La Farola no fuera vendida por rumanos de etnia gitana.

Resulta penoso que se recurra a la xenofobia a la hora de practicar la mendicidad, pero como bien señalaban arriba, si lo hacen es por que les dará resultado. La tan manida picaresca nacional (supongo).

A modo de anécdota (como lo es el hecho que ha originado tu entrada) puedo narrarte el caso del sujeto que iba mendigando y vendiendo La Farola por las terrazas de bares y restaurantes. En uno de ellos, el dueño le emplaza a abandonar el recinto y le dice que si realmente quiere ganarse la vida busque un trabajo, ofreciéndole incluso la oportunidad de incorporarse a su negocio. La respuesta del individuo fue la siguiente (literal):

¿Trabajar yo para un español? (Escupitajo al suelo hacia los pies del dueño del local) ¡Nunca!

Añadir finalmente, que esto sucedió hace unos 8-9 años.

Ana dijo...

Me parece precipitado tacharle de xenofóbico. Puede que sí, o puede que no. Quizás sólo sea una persona observadora que se haya dado cuenta de que sentimos más empatía hacia un paisano que hacia un extranjero. No se puede juzgar así a alguien a quien no conoces y menos en las circunstancias en las que él está. Todo lo que pueda hacer para llevarse algo a la boca, lo hará.

Rocy dijo...

Hablando del negro de Goya. Recuerdo un día mientras cantaba pasó una monja, se la quedó mirando, se santiguó (él), y siguió cantando xD El primer día que le escuché pensé que era un loco, pero luego ya, una se acostumbró xD

Anónimo dijo...

Todos los días que paso por Avenida de América hay un hombre en el metro tocando una especie de acordeón. Según algunos de mis compañeros, ese tipo lleva yendo a tocar allí, con las mismas ganas y la misma alegría, desde hace casi diez años. Me parece entrañable, hasta el punto en que cuando no está me pregunto qué habrá sido de él, o sonreír de medio lado cuando le veo hablar con las señoras que le dejan bocadillos y alguna fruta, antes de seguir con mi camino. Lo suyo no es pedir, es ganarse la vida.

Con respecto al español que pide de comer porque es español, es posible que haya recurrido a ello porque sabe cómo están de crispados los nervios con la inmigración, e intente curarse en salud, como han dicho por ahí arriba, de ataques racistas o porque le funciona simplemente, pero no creo que sea xenófobo.

Keldor Gaunt dijo...

1) Pasar por un todo a 100, o un bazar chino.

2) Comprar lote de cubiertos de plástico a menos de 1 euro.

3) La próxima vez que el indigente pida "algo para comer", obsequiarle con uno de los cubiertos. Y en el caso que nos ocupa rematar con un "de nada, paisano".

Rubén Mato dijo...

Pues anda que al catalanismo....
"muchas gracias, catalanes catalanas".