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Los libros de auto-ayuda que deberían dar vergüenza

El libro de auto-ayuda es una de esas cosas que me han hecho cambiar de opinión a lo largo de los años. Empezando por el principio, cuando en casa estaban casi prohibidos y completamente denostados, me acuerdo de una ocasión en la que le encargué a mi padre un libro que en la librería le dijeron que era de auto-ayuda. Era una novela infantil sin posibilidad de engaño, pero el librero se hizo un lío y le fue a mi padre con la copla. Mi padre volvió a mí quejándose de mis gustos, al menos hasta que descubrimos que todo era un error.
No lo fue cuando le encargué otro título que esta vez sí era de auto-ayuda auténtica, al menos por cómo lo catalogan: El caballero de la armadura oxidada. Me lo habían recomendado en un montón de ocasiones y estaba decidido a leerlo. Mi padre se molestó bastante, al punto que hasta mi padre tuvo que intervenir, pero como ese libro sólo podía significar una ridícula proporción en mi estantería y no tenía intención real de cambiar de gustos, se pasó por alto. Me lo compró, lo leí y opiné por mí mismo. Ahí comprendí de qué iba eso de la auto-ayuda, a lo que se sumaron al tiempo otros títulos recomendados de largo como Juan Salvador Gaviota o ¿Quién se ha llevado mi queso? No era un género que me entusiasmase, pero esos libros son prácticamente un "must" para los lectores, o al menos eso creí yo. Lo que es a mí me enseñaron lo justo, me entretuvieron el rato y ahí terminó la historia. Soy chico de novela, qué se le va a hacer. Lo que estaba claro es que no eran libros del infierno, y que mi cerebro no se ablandaba por leerlos. Creo que la auto-ayuda tiene el defecto (o la virtud) que quedarse solamente con la parte instructiva de una novela, borrando todo lo que la pueda acompañar. Las novelas, a su modo, también guardan mensajes e historias parecidas, pero están mucho más desarrolladas y son menos evidentes. Defecto o virtud, no tengo claro qué es.
Recuerdo cuando una chica recomendó un libro de auto-ayuda a una amiga mía. Otros amigos comunes sacaron las uñas y consideraron que era toda una provocación: ¡animar a leer auto-ayuda, como si fuese tonta o gilipollas! Pero lo que no recordaban es que la chica que recomendaba el libro era una devoradora del género. No había ofensa en la sugerencia. La habría si el libro se lo hubiese recomendado mi padre. Pero era alguien a quien le gustaba.
Todos estos recuerdos han venido a mi cabeza estos días por una serie de casualidades. No soy consumidor de auto-ayuda, pero he ido mejorando mi opinión de ella con los años. Todavía me asombro cuando veo a alguien entrar a una librería y preguntar por la sección de marras. Para mí, es lo mismo que entrar a un videoclub y preguntar a voz de grito por las películas porno: no quieres que nadie te vea ni oiga, y prácticamente te camuflas (o camuflarías, que hablo en todo momento desde la imaginación, efectivamente. No sé si quedó algún videoclub después del cambio de siglo). Pero no, la gente lo hace con normalidad, y no pasa nada. Mi filosofía de vida es el "hakuna matata". Mientras que no me perjudique, que cada uno lea lo que le dé la gana, lo mismo que si no quiere leer.
Termino esta reflexión en voz alta con una "respuesta" al blog de literatura infantil y juvenil de Gómez Soto. El escritor dice un claro "no, por favor" a la hipotética auto-ayuda infantil que podría llegar a España, supongo que con los mismos prejuicios en los que yo me he visto envuelto durante años (o eso, o estoy entendiendo fatal el titular de la noticia, en cuyo caso pido disculpas). No sé qué tendría de malo que los niños se acercasen a historias para superar sus complejos o superar los divorcios de sus padres, ¿a quién puede molestar? Pero pensándolo bien, es que precisamente esos libros son los libros camuflados que envían en los colegios de lectura obligatoria desde el año de la pera, la aburrida prescripción. Que nadie se eche las manos a la cabeza: la auto-ayuda, con otro nombre, está presente en las estanterías de los niños desde antes de Harry Potter. No voy a poner ejemplos innecesarios, pero si me voy a una sección de infantil encuentro antes un libro adoctrinante y moralizador que de aventuras. Nadie se ha muerto de eso, aunque podemos estar de acuerdo en que son tremendamente aburridos y disuaden de todo ánimo de lectura. Eso sí: no son ningún invento nuevo, y si alguien dice que la auto-ayuda infantil está a punto de aterrizar en España, es más una estrategia de márketing que el reflejo de la realidad.

11 comentarios:

Lya dijo...

Pues yo sigo con mis prejuicios sobre la autoayuda, por mucho que se venda. Será porque me gustaría creer que no me parezco mucho a la clase de consumidor clásico del género. No puedo evitar sentir cierto desprecio hacia la gente que prefiere El Secreto antes que Cien años de soledad. Quizá porque estoy convencida de que el segundo puede enseñarte muchísimo más que el primero.

En fin, me consuela pensar que hay siempre un libro perfecto para alguien, sea quien sea. Algo es algo.

Lana Drown dijo...

Tienes razón, la auto-ayuda está muy mal vista. Yo he leído unos cuantos, igual que tú, porque me parecían un must (¿Quién se ha llevado mi queso?, "El caballero de la armadura oxidada", "La princesa que no creía en los cuentos de hadas", "El secreto","Si Harry Potter dirigiera la General Electric", y algunos otros con títulos más bochornosos como "Hoy, aquí y ahora" o "Pide y se te dará"). Pero no suelo decirlo en alto porque la gente se me echa encima. Y lo peor es que yo también tengo esos prejuicios, evito esos libros como si fueran contagiosos, sólo dejo que caigan en mis manos en las horas bajas ;)

Anónimo dijo...

Si te gustan las novelas y quieres reírte con el tema, te recomiendo
Happiness de Will Ferguson:

http://www.casadellibro.com/libro-happiness/1119408/2900001157113

Demuestra qué pasaría si un libro de autoayuda funciona de verdad y hace a la gente feliz.

Un saludo de un gallego empadronado en Valencia
(al contrario que tú, valenciano que-piensa-seriamente-en-hacerse-madrileño)

Anónimo dijo...

A mí me provocan cierta repulsa, la verdad. Son demasiado obvios y pretenciosos, no me parecen ni sinceros, ni auténticos ni amables. Solo hay un libro que salvaría de la pira porque es esas tres cosas: "Tus zonas erróneas", de Wayne Dyer. No digo que me salvara la vida ni nada de eso, pero es interesante.

Varios de los títulos por aquí mencionados los he leído por obligación ("Caballero" y "Princesa" para clase de ética) o porque me los han regalado ("¿Quién se ha llevado mi queso?"). Ninguno me gustó. Imagino que habrá cosas buenas en el género, pero salvo el libro antes mencionado me muestro escéptica. Me parece que es como aprovecharse de la gente que está en un mal momento y que está dispuesta a comprar y a escuchar lo que sea para seguir adelante. No es autoayuda. En muchas ocasiones, me parece más autodestrucción y autoengaño.

José R. González dijo...

Yo también soy de los que mira con recelo los libro de auto-ayuda. Será que no le encuentro sentido a que alguien busque solución a sus problemas en lo que un desconocido con dotes de consejero quiera inculcarle. Si te has dado cuenta de que tienes un problema intenta solucionarlo, no te compres un libro para que alguien te diga lo que tienes que hacer con tu vida...

Pazcual dijo...

Yo tengo un prejuicio bien educado contra los libros de auto ayuda y es que a mí me mandaron a leer tantos que hoy por hoy sé reconocer cuáles si te ayudan y cuáles no.
No me parece malo que los más jovenes lean libros de este genero, pero creo que sería mucho mejor si además de eso, les complementaran con novelas, para que descubran que más allá del libro-psicologo de cabecera, también hay mundo digamos fantastico.

Saludos.

Anónimo dijo...

¿Quién no ha leído Juan Salvador Gaviota? ¿Quién no ha leído El Caballero de la Armadura Oxidada? Son clásicos de ese género. También están los de Carlos Cuauhtémoc Sánchez, en este caso son “novelas de autoayuda”, yo ya me he leído varias de este escritor mexicano tanto porque me obligaban a leerlas en mi etapa escolar como también por gusto, en la actualidad sigo leyendo libros de él, lo que pasa es que Cuauhtémoc Sánchez es entretenido, y no sólo te entrega valores si no que también una buena historia que pasa a diario. El que más me ha gustado es “Sangre de Campeón” me la leí el verano pasado en muy pocas horas, si bien las cubiertas de sus libros son horribles el contenido no, tampoco son “Obras maestras” pero no es un desperdicio de dinero comprar sus libros. ¿Temáticas? “Adolescencia”, “Niñez”, “Sexualidad”, “Aborto”, etc.
“Juan Salvador Gaviota” es un pequeño libro Precioso, “El Caballero de la Armadura Oxidada” yo diría que esta sobrevalorado, es decir es bueno pero no tanto. A pesar de que no hago de los libros de autoayuda mis preferidos, para nada, reconozco tener varios en mi biblioteca. Hay uno en particular que me gusta muchísimo, pero no es libro es cuento se llama “El Sapete que se enamoró del Sol” de Marta Brunet viene dentro del libro que se llama “Cuentos Para Marisol”, es un cuento tan bonito y tan “Platónico” sobretodo por esa idea de alcanzar el sol. El libro en general tiene cuentos muy buenos, yo lo recomiendo de todas maneras, me lo leí hace ya más de 10 años y aún lo sigo recordando, para mi tiene un valor incalculable, es demasiado especial.
Sobre el “Secreto” libro que por estos lares causo un revuelo, toda la gente hablando del “Secreto”, yo aún no lo leo, porque por lo que me contaron trata la temática de cómo tu puedes alcanzar la Estabilidad en todos los ámbitos de la vida, ese es el gran secreto. Impresionante. :) Aún así a pesar de que me huele y estoy segura que es una gran estafa lo leeré, además esta en casa, ¿Cuál es el problema? No será la primera vez que leo patrañas, lo que si pienso es que me encontrara con claves tan evidentes.
En fin, la autoayuda es un género más y le ocurre lo mismo que a los tildados libros “Best Seller”, razones como son basura, solo venden, es probable pero es literatura. Eso me hace recordar a lo que ocurre en la actualidad con el caso de “Isabel Allende” ¿A qué me refiero? Lo que pasa es que muchos la quieren como Premio Nacional de Literatura, otros no porque como decía Bolaño la tildan de “Escribidora” o Seudo- escritora, en pocas palabras que sólo escribe por y para vender; para mí Isabelita es una buena escritora, que gusta al publico, es muy similar a García Márquez pero con esa elegancia que solo a ella la caracteriza, Márquez por su parte es más apasionado. Isabel Allende si se merece el premio, es la escritora chilena actualmente más reconocida internacionalmente, además ha ganado muchos premios pero nunca y sé que ella le pesa, a pesar de que diga lo contrario, ha ganado el Nacional de Literatura, ya veremos este año.

Jorge Gómez Soto dijo...

Hola, Cronista.
Comparto tu opinión sobre los libros de autoayuda. No muerden y no creo que hagan mal. La verdad es que fue un tema que puse en mi blog porque me llamó la atención el titular: "El boom de los libros de autoayuda infantil". Ante ese supuesto boom es ante lo que yo decía: "no, por favor". Que existan libros de autoayuda me parece tan lícito y recomendable como que existan libros de cocina, novelas increíbles o manuales de pesca. Pero de ahí a que se convierta en un boom entre los niños, media un abismo.

C. (@el_croni) dijo...

Esperemos que no sean un boom porque hay muy buenos libros de LIJ en las estanterías pero oye, si ayudan a sus lectores, bienvenidos sean. Bienvenidos fueron, de hecho, aunque llegasen con otros nombres.

Paky dijo...

Los libros de autoayuda son cómo el resto, hay libros muy buenos y otros no tanto, solamente hay que saber escogerlos.
La literatura infantil, sobre todo álbumes infantiles, está plagada de temas del tipo: superar los pañales, abandonar el chupete y el biberón, adaptarse a la escuela... y esto es autoayuda. Porque en el fondo lo que queremos es que nuestros niños sean autónomos.
¿Y qué tiene de malo que los niños sepan también "gestionar" sus emociones?.
Estar en contra de los libros de crecimiento personal, (me gusta llamarlos así, suena mejor que "autoayuda") es cómo estar en contra de cualquier otro género de literatura (novela negra, romántica...) simplemente por el mero hecho de que a uno no le gusta. Pero uno puede leerse tanto "El Secreto" cómo "Cien años de soledad", no son incompatibles. Cada cual que tenga su opinión. Y cada cual que lea lo que quiera. La lectura es libre.

Ana dijo...

lo que provoca cierto rechazo es la forma de llamarlo, "auto-ayuda", como si la necesitásemos, pero todo el mundo ha leido al menos un cuento de Jorge Bucay, que es de los autores que as libros vendió en España hace unos años...