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Suerte de amigos

«Dice mucho de ti que conserves amigos de la infancia». Eme escuchó esta frase hace unas semanas y me la repitió unos días después, en una cafetería de Valencia. Los dos, igual que el resto de mis amigos, vemos con normalidad seguir unidos aunque hayan pasado cinco años desde que terminamos el colegio o, en el caso de mi grupo de amigos de primaria, once. Eme me repitió la frase tal cuál y me dejó desconcertado. Tiene que ver con algo a lo que doy vueltas desde hace tiempo.
Esa misma noche, cuando salí con mi grupo de amigos más antiguos (los que conocí entre la guardería y los diez años), Mu conoció a un chico en la barra. Él le preguntó con quién iba y ella respondió que con sus amigos del colegio. «¿Todavía vas al cole?», preguntó el chico boquiabierto. Su colega lo corrigió antes de que Mu pudiese decir nada: «Tío, algunos no han perdido a los amigos del colegio aunque hayan terminado la universidad». Supongo que él todavía estará alucinando.
El mundo está llena de gente maravillosa, personas con las que puedes pasarlo fenomenal. Ahora bien: no todo el mundo está hecho para tener amigos, y eso explica las reacciones de la gente que no lo entiende. No puedes medir una persona por su número de amigos, pero no estaría de más observar cómo los trata. Cómo te trata. Necesitarás muy poco tiempo para comprender por qué algunos no conservan amigos de la infancia. Da igual que la amistad no sea un arte marcial; hay que saber trabajarla, y quien no es capaz de distinguir un amigo de un colega, es básicamente porque no ha tenido uno jamás. No es alarmante. Si no lo has conocido, no tienes nada que añorar. Tampoco se es menos persona ni tienes menos derechos. Puedes no tener amigos y ser un tío diez.
Eme y yo dimos vueltas a este tema y al café. Al principio nos pareció frustrante un futuro sólo con nuevos colegas y no nuevos amigos que sumar, pero visto lo visto, estamos encantados con nuestra suerte. Nosotros ya hemos conocido la amistad mientras que los hay que no lo harán nunca. En realidad somos unos sortudos. No hay nada más que añadir.

10 comentarios:

Maria dijo...

Yo tuve la suerte de encontraros sobre los 12 años y para mi, sois mis amigos, amigos.
Gracias por este texto.
Me ha encantado, esta claro que a lo mejor no puedas ver a tus amigos de la infancia todo lo que te gustaria ver, pero cuando los ves, sientes algo, y es como si estuvieras en casa.
Os quiero personajillos

Isi G. dijo...

Tienes suerte, en serio. Yo solo puedo considerar amigos a algunos de la universidad y de otros círculos, en el colegio y en el instituto me hicieron el vacío (en el mejor de los casos), ni colegas puedo considerarlos.

Un beso y que sigas conservando esos amigos =D

Eirene dijo...

No es tan fácil conservar amigos de la infancia, porque a veces más que amigos han sido compañeros.
Por mi parte no veo tan fácil tener amigos para toda la vida. No sé, cuando eres pequeño puedes ser amigo de cualquiera, pero cuando creces tienes otro tipo de necesidades en cuando a la amistad se refiere.

Yo solo conservo a dos amigos del colegio. Con el resto no me llevo porque se cambia mucho en muy pocos años. Y ya no es lo mismo hacer un grupo para jugar al pilla pilla que hacer un grupo para salir por ahí.

Un saludo :)

Anónimo dijo...

Pues yo al terminar primaria me mudé de ciudad, y claro, es difícil conservar amigos a 800 kilómetros de distancia. Aunque todos los veranos cuando iba me juntaba con algún amigo, solo hizo falta un verano que no fui para que el siguiente ya no nos comunicáramos y dejáramos de vernos. En realidad yo era muy pequeño y tampoco había unos vínculos tan fuertes como para que nuestra amistad continuase.
Luego, en secundaria conocí a un grupo con el que estaba siempre, esto duró cuatro años, pero no me demostraron demasiado amistad, y poco a poco nos fuimos distanciando.
Ahora, en los últimos dos años he conocido a bastante gente, a la que algunos si que puedo llamar amigos, ya que me lo han demostrado más que otros en solo estos dos años que nos conocemos.
Aún así a veces me cuesta diferenciar entre colega y amigo, y quizás tengas razón en que es por que no tengo ninguno...
Pero la culpa no es de los otros sino mía por no abrirme a los demás...

Kâlü dijo...

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro. solo dire eso. un beso!

Fernando Alcalá dijo...

Te entiendo perfectamente. A mi mejor amigo lo conocí a los tres años... y mi novia es una de mis mejores amigas del instituto.

Lo que ocurre es que tampoco es bueno cerrarse, es importante abrir la mente y buscar personas especiales por dondequiera que vayas. Hay amigos potenciales por todos lados. Simplemente hay que sembrar y echar tiempo y ganas. No soy de los que piensan que, cuanto más, mejor, pero sí creo que en cada momento de la vida nos son más ¿útiles?(esa no es la palabra pero espero hacerme entender) unas personas que otras y que cada persona tiene su momento en nuestra vida, pero es importante que para que eso ocurra, las cuidemos siempre.

JuLio Urízar dijo...

Pues yo tengo también la fortuna de que mis amigos amigos y amigas amigas también vengan de aquellos años en los que no sabíamos, o al menos yo no sabía, amarrar los cordones de los zapatos. Hace tres años que se acabó el colegio y al cada quien seguir una carrera distinta fue inevitable que todos cambiaramos y llegaramos a ser unos extraños entre sí. De pronto hay cosas que llegas a saber de ellos y te caen como una bomba, "wow, este no fue el amigo que yo conocí ayer". pero a pesar de los cambios, cuando los ves, al menos una vez al año, te dices, "si, son ellos, cambiados pero son los mios, mis amigos" porque después de todo la amistad, si siempre fue real, se transforma sin cambiar ese "algo" que surgió entre los amigos. Y te llegas a sentir como entre familia. Como si te devolvieran por un momento el pedazo de alma que les habías regalado la vez que los conociste.
Yo en verdad trato de estar abierto a hacer nuevas amistades, y de hecho, las he conseguido. Pero a veces pienso que me será imposible que yo consiga a algún otro amigo que pueda llegar a ese "grado de amistad" que tengo con los de la infancia y el colegio.
Ahora, lo peor que te puede suceder es que luego de un año de no verlos, tenga que pasar otro porque la única oportunidad de estar juntos no fue posible. Eso sí que es pesado.
Yo sí creo en la amistad. Tengo la fortuna de haberla conseguido, como tu, desde hace tanto tiempo.

Alejandro G. Cabrera dijo...

Yo creo que los verdaderos amigos son esos que uno conoce en el colegio. E incluso en el instituto. Son esos con los que pasas años y años, experiencias y experiencias... y ya luego, son muy pocos los que se convierten en tus amigos. Mis amigos son todos del colegio, menos uno o dos que son del instituto. De la universidad no tengo nadie que se pueda considerar mi amigo y de mi vida después del instituto casi nadie... dos o tres... Y hablo de amigos en el término más profundo de la palabra. Por eso yo creo que uno hace sus amigos en su infancia o adolescencia y que durante el resto de su vida va conociendo a personas de las que muy pocas pasan a ser amigos y... de esas pocas, la mitad se quedan durante mucho tiempo.

Es mi forma de verlo.

Felicidades por tus amigos =)

Keyra dijo...

No sé, lo mismo al chico lo que le chocó es la manera de decirlo, yo si salgo con alguien del colegio y me preguntan con quién voy digo amigos a secas XD. La gente no van puntualizando de dónde son, más si son amigos de tiempos inmemoriales (dígase colegio).

También me parece triste algunas actitudes que he visto en cierta gente y que yo pensaba que no eran tan comunes (menos en gente joven). Yo tengo mis amigos pero nunca he tenido esa sensación de que ya he cubierto "mi cupo" (si es que hay cupo para eso...) Pues conozco gente que es así. Me parece una tontería cerrarse a que pueda surgir una amistad porque "no necesitas más amistad", ya tienes tu grupo, por edad o por ideas de que no van a ser tan amigos como los amigos que te conocen desde hace años y ¿Para qué el esfuerzo? (estoy de acuerdo contigo, la amistad hay que trabajarla). Es una tontería, encontrarse, conocerse antes o después en el patio del colegio o, yo que sé, en un viaje del Imserso (XDD) es algo circunstancial y punto, una casualidad de la vida que no mide en nada el valor de una posible amistad. Me parecería maravilloso estar hecha una abuelilla y conservar mis amigos de ahora, pero me parecería triste no haber añadido unos cuantos... Más por pensar de primeras que no estarían a la altura de los que ya tenía, que no los necesitaba ya o que "llegaban muy tarde"... Como dices, es muy frustrante ver el futuro sólo con nuevos colegas (conocidos entretenidos) y no con nuevos amigos.

PD: Menudo rollo he soltado...

Anónimo dijo...

Y los que no sabes como se metieron a tu vida son los que más molan, se metieron y nunca salieron...

Amigos pocos, pero a veces pocos es suficiente si son los mejores

ConfidentLinarola