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Los genios y los subnormales

La Comunidad de Madrid plantea crear un bachillerato para los excelentes, con su propio centro exclusivo para las medias más altas. Atrás quedaron los insultos de empollón, las lecciones repetidas como bucles por culpa de los más lentos, y se abren las puertas a la primera élite escolar, antes del tiempo de universidades.
Esta noticia casi me hubiese pasado desapercibida de no ser por una conversación que tuve días atrás. En ella, otras personas decían que había que terminar con la generosidad de la educación universitaria gratuita, ya que por culpa de unos cuantos, los mejores no podían avanzar. Lo que propone el gobierno madrileño es anterior, en la fase final escolar, pero el problema viene a ser el mismo, o casi. Al menos, me sirve igual para mi reflexión.
Porque siempre he sido un estudiante flojo tirando a malo. Era de los de aprobar en la última convocatoria, cuando veía la luz, me preparaba y si me daba podía sacar un nueve y medio o diez. Mientras tanto, mi media oscilaba entre el cero y el cuatro, en un vaivén infinito que traía por el camino de la amargura a mis padres y los profesores pero que a mí me traía sin cuidao. Total, llegado el punto aprobaba. Eso era lo importante para mí.
No obstante, siempre me he rodeado de empollones (bueno: en el colegio hasta los más malotes eran más empollones que yo, pero corramos un tupido velo), y no recuerdo haber retrasado el temario jamás. No era de los que molestaba: si tenía que distraerme, prefería hacerlo dibujando o contando baldosas, pero nada que perjudicase a los demás. Dudo que mi promedio de cromañón haya afectado lo más mínimo al rendimiento de mis compañeros y amigos, a riesgo de equivocarme.
No los perjudiqué, pero apuesto a que su compañía siempre fue un beneficio. Qué habría sido de mí si me hubiesen abandonado en una clase de tontos. Con unos compañeros tan listos, lo tuve más fácil para aprender y aprovecharme de sus explicaciones por los pasillos. Si aprobé ciertas asignaturas, se lo debo a ellos más que al profesor. Quién sabe qué hubiese sido yo de haber caído en el aula de los mediocres, donde me correspondía. Vale, es posible que yo no responda al cien por cien al arquetipo del mal alumno, porque ni me interesaban las mismas cosas ni me expresaba como tal, pero las medidas de Aguirre no distinguen entre unos y otros. Mi expediente hubiese apestado un poquito más. Y luego, para aumentar la diversión, nos hubiesen hecho por separado aquel test de coeficiente intelectual y los profesores habrían tenido la misma reacción. "Señor Reyna, felicidades", como si un número sobre equis sustituyese cada suspenso anterior.
--Anímate a estudiar dos carreras en vez de una --me volvería a decir la psicóloga en esta realidad paralela--. Sigue aprovechando las clases como hasta ahora.
--¿Yo? --Porque mi sorpresa sería idéntica en los dos mundos--. Pero si soy el alumno más mediocre. Usted no ha visto mis notas, ¿verdad? He suspendido cuatro de diez.
La psicóloga demostraría de nuevo no mi fracaso escolar, sino el ridículo de nuestro sistema educativo, y se pondría a repasar -como lo hizo entonces- sus apuntes en busca de una explicación. Se preguntaría si no se equivocaron al separarnos entre excelentes y no tan. Claro que lo que no cuentan es que su sistema educativo es tan eficiente como sus test de coeficiente intelectual. Su credibilidad es nula.
--No puede ser... --se excusaría.
Pero puede pasar y pasó, claro que en ninguno de los dos universos se entiende lo más mínimo. Yo sé que fui un estudiante mediocre y que desaproveché en buena medida la educación, pero prometo que aproveché cada segundo que pasé cerca de mis amigos, que sí aprovechaban las clases. En otra aula, la de los fracasados, no tendría nada de lo que hablar, y qué me digan qué es lo que podría aprender. Gracias a Dios que los excelentes todavía siguen entre nosotros.
Gracias a Dios que esta entrada no la escriben los excelentes, porque puedo imaginar cuál hubiese sido su opinión.

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Por lo que has publicado en tu blog alguna que otra vez, has estado en un buen colegio, no sé si privado o concertado.

En mi caso, no lo he estado, y he visto cómo profesores se iban de clase porque les impedían impartir, cómo quemaban papeleras, y cómo había alumnos cuyo único propósito era fastidiar. Yo era de los empollones, pero por alguna razón, nunca tuve el más mínimo problema.

Hoy en día, aquella educación -probablemente más cercana al "mundo real"- la veo hasta enriquecedora-, pero tampoco me cabe duda que con un, llamémosle "sesgo" en los estudiantes, hubiera dado mucho más de sí.

Nerea Pozo dijo...

Pues no se si un Bachillerato pero llevar un orden no vendría mal ... en los países con mas productividad la enseñanza hace pruebas de nivel constantes y los alumnos varían de clase según sus resultados. Yo he sido de 8 y 9 , y he pasado clases enteras ayudando a compañeros por peticion del profesor y asi pues si ayudas y repasas, pero no avanzas nada :(

Después llegas a selectividad y compruebas k X o Y temarios nunca se llegaron a dar en tu clase...

Recuerdo que del 80% de los libros nunca dimos ni el 30% del temario. Y mi clase y colegio no eran malos, ni habia gente conflictiva .

Polivalente dijo...

Pues a mi la idea me parece excelente. Ya sabrás que me aburría como una ostra en las clases y después sacaba buenas notas. Si hubiese tenido un plan como Dios manda, habría acabado bachillerato mucho antes o habría salido sabiendo muchísimo más que las cuatro chorradas que enseñan en esos cursos.

Y lo que es más importante, habría cogido una dinámica de trabajo que me habría venido muy bien para la carrera, porque aunque no voy mal, para ser lo que es, me sigo tocando las pelotas a dos manos, siendo sincero.

Probablemente de haber tenido exigencias mayores ahora sabría más y ya estaría un par de años trabajando.

Rocy dijo...

Hagan lo que hagan, seguiremos yendo de los últimos de Europa.

freshwater dijo...

Se te olvida el pequeño detalle que hace incomparable tu caso al que propone Esperanza Aguirre: no fuiste a ningún instituto. Me temo que la vida de los empollones en los institutos es bastante más dura que en los privados o concertados.

Por otra parte, es que esa clase de burros... ya existe en el sistema educativo español: 4º ESO, grupo de diversificación curricular... Ya hay una clase donde los menos aptos para estudiar entran en una espiral de menos aptitud aún...
Crear algo similar pero por arriba... pues lo veo bien, ayudará a determinados alumnos que no llegan a ser superdotados pero sí que están por encima de la media de una clase normal, tanto por conocimientos como por (sobre todo, y es lo que justifica todo esto), ganas de aprender.

Prigkinissa dijo...

¿Te digo una opinión de "excelente"? ( siempre he sido de sobresalientes e incluso matrícula en bachillerato en un instituto donde el nivel tampoco era muy allá) Pues a mí me importa un pimiento si yo hubiera dado más de sí, porque considero que lo que mejor me enseñaron en el colegio y el instituo es a ser curiosa y tener motivación por aprender, y con esa cualidad da igual el contexto, siempre se sacará un buen partido uno mismo. Para mí convivir con personas de "menor" nivel educativo fue enriquecedor, porque al ayudarles asimilaba mejor los conceptos yo misma a la vez que me subía la autoestima, y sobre todo aprendía valores. Uno de mis mejores amigos siempre fue de aprobar raspado y ya tiene 2 carreras y un máster, porque le dieron la oportunidad de enriquecerse con buena compañías... Porque no se puede separar tan pronto, si quieren cerabritos y especialistas ya están los postgrados, cuando una persona ya tiene sus capacidades y personalidad desarrolladas y están más centrados, sin edad de pavo de por medio. Además, muchas dificultades en la esucela se deben a problemas sociales, jolín. Siempre salen perdiendo los mismos...

Lo que está haciendo Aguirre con la educación se llama maltrato. Esta señora no ha oído hablar de Bruner y la teoría del andamiaje en su vida, y parece que quiere seguir enseñando como en la Edad media. Si los no-maestros supierais...

Anónimo dijo...

¿Sabéis cuál es el problema real? Pues que hay una falta de medios brutal en la enseñanza pública, una falta de medios que va cada vez a más: la crisis solo ha servido para recortar todavía más gastos en Educación y Sanidad (¡hala, con un par!) y, este tipo de soluciones, sirven para echar balones fuera.

¿Que Educación es una porquería y hay un exceso de alumnos por profesor y una dejadez total? Pues ya sabéis, la culpa es nuestra y solo nuestra, por ser una panda de meapilas que creen en la Educación y la Sanidad universales. A partir de ahora, los "buenos" -los que ellos decidan que son los buenos, por supuesto- por la puerta grande y el resto a firmar con la huella dactilar, como en los buenos y viejos tiempos.

Ah, qué nostálgicos están nuestros "representantes".

Anónimo dijo...

Buena excusa esa

“(..)Desaproveche la educación, pero me nutrí como una sanguijuela de los conocimientos de mis amigos(..)”
Me causa gracia…
Es simplemente notable.

Lo que ocurre puntualmente con la educación municipal, pública, estatal como le queráis llamar es que homogénea a los estudiantes, los docentes sólo cumplen con los objetivos propuestos en los planes y programas, no potencian al estudiante que posee un ritmo de aprendizaje más veloz que la media, lo cual es sumamente injusto para aquellos educandos; cuando lo que realmente se debiera realizar es fomentar sus capacidades, lo cual no llega a puerto, en fin, esa es una de las muchas problemáticas pedagógicas. Y sí definitivamente los aprendices como tú perjudican, pero de manera indirecta pues los docentes ignoran a las mentes brillantes para que los cerebros más dispersos que se entretienen contando las baldosas o admirando las moscas aprendan los contenidos elementales para el sistema educativo y así el ministerio sea feliz-, con esto no quiero decir que seáis tonto o retrasado, sólo que hay estudiantes que se aburren, que no aprenden como lo hace el resto, necesitan de mayor atención, quizás los profesores que tuviste eran muy latosos, y ¿Quién no tuvo un pedagogo así?
No logro entender porque la gente que no cumple con lo establecido en el colegio se siente mediocre, cuando la realidad no es esa. En los centros educativos te enseñan lo que el ministerio de educación considera pertinente que la población aprenda, pero olvida otras capacidades que son igual de importantes, no las valida y sólo se remite a que el estudiante aprenda lo concreto; la pintura, la música, la inteligencia intrapersonal, interpersonal, la naturalista ¿Acaso no son igual de importantes?
El sistema educativo, tiene demasiadas falencias, soy incrédula con que la nueva ley general de educación sea la perfección misma, si bien es un gran avance, significativo de todas maneras imagínate pasar de una LOCE dejada como legado por el gran dictador Augusto Pinochet el ultimo día del régimen militar a una LGE que surge producto de las paralizaciones estudiantiles y se vuelve decreto en el año 2009. Después de casi 2 décadas se hace algo, lo que siempre me preguntaré es ¿Por qué no hicieron el cambio antes?
Era una basura la tal LOCE...
Ahora, definitivamente me llama la atención una observación bastante crítica que realizas “Si aprobé ciertas asignaturas, se lo debo a ellos más que al profesor” si un ex profesor tuyo pasa por aquí le causarás un dolor tremendo. Y con esto termino porque el tema me colapsó… Too much.

Buenos Días/ Buenas Noches ¿Quién sabe?-

Matilda dijo...

Como ya te he dicho en otras ocasiones (hablando de otros temas) el que tú no sigas el ritmo de, en este caso, la clase, sí que perjudica a los más adelantados. Evidentemente perjudica menos que le que se dedica a molestar, pero aún así, si el profesor pregunta y nadie contesta (o contestan siempre los mismos), tiene que repetir y repetir las cosas.

Yo no me maté a trabajar en la ESO, pero en bachillerato llevaba las asignaturas bastante al día y me resultaba muy sorprendente (y molesto) ver como los profesores tenían que repetir las cosas una y otra vez y aún así el 80% de los alumnos seguía sin enterarse, simplemente porque no les prestaban atención. El tema de la concentración es un tema aparte (en el que yo creo que influyen también los ordenadores, la tele...), pero el mayor problema yo creo que es la falta de interés.

De quitar la universidad pública mejor ni hablamos. Es lo único bueno que tenemos en España, o sea que como la quiten vamos de cráneo. Yo voy a una de las mejores universidades (públicas), donde todos los alumnos han entrado con una media de más de 8, o sea que en cierto sentido es un centro de élite, y las clases no tienen nada que ver con las del colegio. No es sólo que los alumnos presten atención, que lo entiendan todo deprisa y que hagan los deberes, es que hay gente que incluso hace más trabajo del que piden, que investiga por su parte, etc.

Respecto al hincapié que haces en tu inteligencia en contraposición con tus malas notas, te diré lo que Dumbledore le dijo a Harry: "Son nuestras acciones, mucho más que nuestras habilidades, las que determinan quienes somos" (cito de memoria, pero era algo bastante parecido). Es decir, que de poco sirve ser inteligente si no se demuestra.

Y a pesar de todo esto, estoy en contra de un centro de enseñanza para los más listos. Entre la gente inteligente se crea cierto esnobismo, cierto "culto a la inteligencia", que me parece despreciable. Y los años de bachillerato son bastante peligrosos en ese sentido. Entre las profesiones más de la élite (ahora me vienen a la mente casos de médicos y arquitectos, que tratan bastante con el "público") abunda la gente inteligente que desprecia a los demás, que se comporta como dioses. Y, sinceramente, lo que más valoro en un médico es que sepa hacer su trabajo, pero también es muy importante que me diga lo que me pasa con un mínimo de delicadeza, no como si fuera la paciente número 4235. Y, cuando crees que la inteligencia es lo más importante y que tú eres el colmo de la inteligencia, dejas de preocuparte de si estás tratando bien o no a los demás.

Y la inteligencia está muy lejos de ser la mayor de las virtudes, algo que la sociedad actual tiende a olvidar.

Emma G. dijo...

Yo no estoy completamente a favor de esta medida.
Pero en tu entrada creo que te olvidas de mencionar a otro tipo de alumnos: esos que no quieren estudiar, pero como tampoco quieren trabajar, prefieren perder un par de años en el bachillerato, pegándose la vida padre.
Aquí está mi caso: este año somos en clase 26 alumnos, de esos 26, no llega a la mitad el número de personas a las que en realidad les interesan las clases. Pero su reacción no es la de dibujar o quedarse callados sin hacer nada, no. Lo que hacen es sabotear todas y cada una de las clases, haciendo imposible para los profesores dar una clase en condiciones, y consiguiendo que a los que nos interesa la asignatura no podamos atender.
En este caso, desde luego que apoyaría los centros separados. Si fuera por mi, haría algo como: todos los alumnos que suspendan antes de septiembre más de X asignaturas, para un centro, los que suspendan menos, para otro. Y, por supuesto, todos aquellos que tengan más de Y partes de expulsión, para casita sin posibilidad de volver.

Llamadme exagerada, pero sinceramente creo que hay gente que no se merece el acceso a la educación.

Unknown dijo...

algo habría que hacer... transvaloración de los valores, otra vez.
Por ejemplo, en la enseñanza.
Si un alumno va mal hay que adecuar la clase a el, pero solo si ese alumno es bien visto por el profesor, porque si el profesor considera que no lo vale, o que no tiene capacidad intelectual (solo es una impresión suya), lo dejara atrás sin piedad invocando su poder de repetición, esperando que solo por haberle hecho perder un año al alumno este aprenda...
Modificando la carrera de magisterio para tener mejores profesores (no solo en cuanto a conocimientos sino en cuanto a inteligencia emocional, psicología… ) podríamos mejorar el aprendizaje, o sino obtener un mejor diagnóstico del problema, porque hay profesores realmente malos sueltos por ahí, que permiten la crueldad de los niños sobre todo en sus primeros años de educación, en los que además esta no tiene límites al catalizarse con el desconocimiento del bien y del mal.
Creo que algún día me plagiare el comentario para hacer un artículo.. xd
Mi ultima entrada aquí http://danirebollo.deviantart.com/journal/ trata el asunto desde otro punto de vista.

Anónimo dijo...

"Leo en la prensa que la edad de emancipación de los españoles sube a los treinta años. No entiendo cómo es posible que la gente aguante tanto tiempo con las cosas hechas: yo me emancipé con veintidós y me hubiese encantado hacerlo con veinte. A diario veo gente que compagina estudios con trabajo, de modo que esa no es la excusa. Conozco casos de mérito sobrehumano, con oposiciones de primer grado al mismo tiempo que trabajan en una oficina y mantienen una familia. ¿Cómo es posible que otros se ahoguen cuando su única responsabilidad es aprobar el curso? ¿Cómo es posible que no saquen matrícula de honor en todo?"

Hola.
¿Cómo no sacabas matrícula de honor en todo cuando tu única responsabilidad era aprobar el curso? Porque para juzgar negativamente al estudiante no emancipado sí eres muy bueno. Pero para predicar con el ejemplo ya veo que no.

Estigia dijo...

Yo no pienso que haya tanto que separar clases entre excelentes y no excelentes. Tener buenas notas no es garantía de inteligencia: yo he sido mediocre, muy mediocre, en cuanto a ponerme a estudiar, pero las notas las sacaba de notable o superior sin esfuerzo, y no me considero ninguna Einstein. Así, como una conocida que sacó la mejor media en mi ciudad, es tonta perdida para otros asuntos.

Prigkinissa dijo...

Cuánta razón tiene el primer anónimo y también Estigia. ¿Qué es inteligencia? ¿Quién tiene la capacidad para decir a ciencia cierta "tú eres excelente, tú eres mediocre"? Además de que algunas personas con notas normalitas en el isntituto luego en sus especialidades son lo más, hay que atender al contexto de cada persona y de cada centro. Si tú a una persona que se está formando ( porque esa es la función de la educación, no la de evaluar y clasificar), le dices eres tonto, lo será. Las personas se convierten en lo que se espera de ellas. Lección básica de pedagogía: teoría de las expectativas.

Anónimo dijo...

Je, me he identificado un poco con tu entrada, por eso de un estudiante al que no le gusta estudiar, y que aprende escuchando por sus amigos buenos alumnos que por el profesor. Aunque en mi caso sólo eran algunas asignaturas, y no tenía malas notas. Sólo eso.

(Al lado de los comentarios de arriba, esto esto ha sonado ridículamente simple u_u)

Gema dijo...

Lo frustrante que es para una persona inteligente y capaz ver que su formación está ajustada a la mediocridad, adaptada cada vez más para los idiotas que ni saben ni les importa saber. A mí me parece no solo lógico, sino natural, que se favorezca a los cerebros. Y solo en España, un país en el que la educación ocupa un lugar por debajo de cero, podría no gustar esta idea. Es muy frustrante pensar que gente que podría hacer cosas increíbles pierde sus horas en clases estándar haciendo cosas estándar. A mí es que hasta me da rabia, vaya!

Prigkinissa dijo...

Gema, pues la solución no está en hacer apartheid, sino en que las clases no sean estándard y el profesor se molestase en atender al perfil de cada alumno... Pero para eso haría falta menos alumnos por clase = más rercusos personales = más inversión en lo público. La solución no es sacrificar la enseñanza de valores y de convivir con personas de diferente carácter que formenta el actual sistema ( aunque muchos profesores no lo aprovechen) en pro de una supuesta "brillantez". Eso es fomentar el competir, el egísmo y el crear desigualdades bestiales.

Anónimo dijo...

No creo que haya que hacer un curso para "excelentes". Todos somos iguales, tenemos el mismo cerebro y la misma capacidad. Que lo aprovechemos o no, ya es cosa nuestra. Sí, para los listos, para los que escuchamos, para los que hacemos el deber y sacamos sobresalientes sería mucho más cómodo no recibir esas miradas de hastío de vez en cuando, no tener que aguantar la explicación n· 3 por culpa de alguien que no escucha o no acabar pensando que estamos construyendo una mierda de futuro, como estudiantes... pero, ¿nos prepararía eso para la vida? Pues no, porque en la vida nadie te coloca en un lado y te dice "vale, aquí van los buenos, y aquí, los malos". Así que mejor estar preparado para tener que aprender tú solito a aguantar a los vagos y a no adoptar las malas costumbres de otros con resignación, ¿no?
Eso sí, estoy de acuerdo con algunas de las personas que no han comentado en que, en tu colegio, todo parece bastante más fácil que en muchos otros. Las personas que vamos a colegios públicos conocemos el hecho de que la mitad de los profesores estén completamente desmotivados y ya ni siquiera intenten dar una clase decente, sino que se les tenga el mínimo respeto y alguien, solo un 2% de la clase, escuche algo de lo que dicen. El hecho de que la gente entre por las ventanas a robar, se formen bandas en el propio instituto e incluso los considerados "alumnos medios, alumnos buenos, alumnos aceptables" aprueben todo con chullas, copien todos los deberes y tengan medias de cinco.
Visto desde ahí, supongo que sí, es normal que haya quien quiera hacer separaciones. Para que las personas que vamos a un colegio público (sí, aquellos que vemos la realidad dura un pelín más de cerca que los de concer. o priv.) podamos estar todos en igualdad de condiciones, y tener clases decentes. Para que no hagamos los deberes solo si "nos apetece", sino porque tenemos que hacerlo.
Me he ido un poco por las ramas, pero mi conclusión es esta: sí, no me parece nada buena la idea de hacer una clasificación para "excelentes"; pero opino que hay muchas cosas que deberían cambiar en la educación pública (claro que, con unos políticos que permiten que haya colegios donde se mira el dinero, y la clase; colegios mucho mejores que otros; colegios de nacionales mientras algunas instituciones públicas tienen a todos los inmigrantes juntándose en grupos peligrosos; ¿qué se puede esperar?).
La triste realidad...
Sawako