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El estallido de la burbuja universitaria

Primero fue la burbuja inmobiliaria y todos nos echamos a la cabeza. Descubrimos que nuestras casas no valían lo que habíamos pagado y que nos habíamos volcado en una economía que no era otra cosa que una ilusión. Nuestra economía se vino abajo. Ni siquiera han hecho leyes ni cambiado costumbres para que esto no se repita: volveremos a hacer del ladrillo nuestra guillotina. En cuanto las cosas vuelvan a ir bien, volverá la burbuja.
Pero nadie nos advirtió de la burbuja universitaria, pese a que se distingue en muy poco de la inmobiliaria. La burbuja universitaria es el resultado de la política de nadie sin universidad, y que por ser tantos, más que lo que podía asumir nuestra sociedad, ha perdido su valor por completo. Como los pisos que compramos: más que nunca y de peor calidad. Hace treinta años se estudiaba una carrera y se compraba un piso con todas las garantías. Hoy, precisamente porque lo han querido hacer todos, se ha hundido el sistema.
Las dos burbujas no son idénticas, desde luego, pero representan individualmente algunas de las ilusiones que hemos alimentado en los últimos años. Si antes era un honor estudiar una carrera universitaria, hoy es lo más común del mundo. Tan común que todo el mundo lo hace, tan tan común que ya no tiene ni valor hacerlo. Antes llegabas hasta el fin del mundo con tu licenciatura en el currículum. Hoy llegas tarde a todas las ofertas, porque los trabajos que se ofertan igual valen para un licenciado que para uno que no, y al final el que lleva más años trabajando es el que gana en experiencia. El que pasó cinco años en la facultad tiene que todo su tiempo de desventaja.
No todas las carreras universitarias significan paro, pero tampoco todas han provocado esta burbuja. Sin embargo, tenemos que aceptar, para no repetirlo, que han sido las mismas políticas pro-universitarias las que la han infravalorado a los universitarios. Dos especialmente: en primer lugar, sus listas infinitas de admitidos en públicas y privadas, no importa cuánto paro las siguiese, y segundo, la obsesión por convertir en licenciatura cualquier estudio que se terciase, aunque eso significase ampliar los años, contratar más profesores, disponer de centros y todos los ingredientes para disparar un gasto de educación que más hubiese valido para los colegios. Nuestra sociedad creó de la virtud una obligación, y al final, el que no estaba licenciado, era poco menos que nada. Un chiste, como si la universidad nos elevase a los cielos, hasta el punto de hacernos creer que no existían otras vías profesionales. Nos olvidamos de que los más grandes o bien no estudiaron una carrera, o jamás se dedicaron a sus estudios. Lo olvidamos por arrogancia.
Al final, todo son universitarios. Dijeron que sin una carrera no llegarían a ningún sitio, pero la realidad es que ya no tiene ningún mérito ser licenciado. El peso en el currículum es casi el del graduado escolar: todos lo tienen, ergo nadie destaca. El título está devaluado.
Y los jóvenes están enfadados, claro que sí. Los han engañado por completo. Les vendieron el paraíso y hoy están solos en el averno. No hay trabajo, ni digno ni humillante. No hay demanda para su oferta universitaria. La burbuja inmobiliaria es lo de menos, porque no tienen dinero ni para pagar el peor alquiler. ¡Ya les gustaría a ellos preocuparse por una hipoteca, pero ni la sueñan! Son la generación perdida por la burbuja universitaria.

10 comentarios:

Roxio dijo...

Muy buen post, pero tambien habria que preguntarse por que las empresas valoran mas a quien tiene 1 año de experiencia que uno que tiene 5 años de facultad (como lo mencionas)

Merystark dijo...

En parte tienes una gran razón y en parte no... todo depende de la carrera que la gente elija... vamos, no creo yo que haya mucha gente que ejerza de médico, arquitecto, físico y más profesiones sin su correspondiente titulación universitaria... Yo cuando elegí mi carrera (Óptica), tenía claro que había más carreras que me podían gustar tanto o más que esta, pero que no me iban a dar de comer fácilmente el día de mañana y me incline por una con más posibilidades... No es por criticar a los que se lanzan a por sus sueños, pero a veces, antes de lanzarse, uno tiene que pararse a pensar que es lo que va a hacer. Aunque esta claro que los gobiernos podían frenar un poco con estos temas, la gente también tendría que usar un poquito la cabeza (cosa que antes también se aprendía en la universidad pero ya no, pero esa es otra historia).

Prigkinissa dijo...

A ver, también se nos ha vendido estudiar para tener trabajo en vez de estudiar por gusto, de ahí el descontento. Estudiar por tener un buen trabajo versus estudiar para ser un mejor ciudadano útil para la sociedad. Yo lo que hice fue estudiar para tener un trabajo que me gustara y que me permitiese "cambiar" el mundo, aunque perfectamente podría haber estudiado una carrera como ingeniería informática, o eso me decían mis profesores.
Yo prefiero un país lleno de universitarios a los que les cuesta encontrar trabajo de lo suyo a un país de gente poco formada que sólo permita acceder al conocimiento a un puñado de mentes privilegiadas...
Es un asunto peliagudo, por lo que no te falta razón

Keldor dijo...

Totalmente de acuerdo. Convertir en derecho de todos lo que antes era privilegio de unos pocos no tiene por qué ser bueno, aunque sea políticamente incorrecto decirlo. Sobre todo cuando parte del motivo de que fuera privilegio era que los privilegiados habían hecho méritos para lograrlo.

Cris Menéndez dijo...

nada como salir del país a buscar trabajo para darte cuenta de la mierda de educación que tienes...

laura dijo...

En relación un poco a lo que dice Merystark, yo creo que para estudiar una carrera que no te guste; mejor no hagas una carrera y haz otra cosa que (según tu teoría) no te guste pero te de de comer; véase un módulo; una FP, etc. Porque pasarte 5 años estudiando algo que no te gusta... Al fin y al cabo, el mundo sigue necesitando de peluqueros, fontaneros, electricistas... Creo que el artículo del cronista va más por ahí; de que no todo el mundo tiene que pasar por la universidad, no de que haya gente ejerciendo una profesión sin la formación necesaria (como el ejemplo que pones de los médicos, los arquitectos...). Pero bueno, ahora puede que yo lo haya entendido mal y el fuese por el mismo sitio que tú ;)

Anónimo dijo...

Ahora es cuando debería recordarte lo en contra que estás de la propuesta de Aguirre de crear un instituto para estudiantes con mayor nivel... Bueno, pues gracias a una medida similar, en Alemania no solo no les sobran, sino que les faltan los universitarios.

En Alemania, para quien no lo sepa, a los 10/11 años se te hace una evaluación. Basándose en tus notas y en tu actitud, hacen a los padres una recomendación sobre qué colegio es mejor para los niños:

-Gymnasium: equivalente a nuestro instituto, con bachiller. La única vía para acceder a la universidad directamente. Aquí acceden los alumnos más aventajados.

-Realschule: parecido a nuestra FP. Con nivel, pero no tanto como el del Gymnasium. Más enfocado a las ingenierías y carreras técnicas. Cuando acabas, puedes hacer un examen para hacer un grado superior o bien intentar hacer el Gymnasium y la selectividad para entrar en la universidad.

-Hauptschule: reciben una formación más básica, se recomienda a los alumnos que no demuestran tanto interés o aptitudes para la universidad. La mayoría acaba aprendiendo un oficio y ganándose la vida dignamente. Aun así, es muy criticada, ya que se dice que el nivel de educación recibido es realmente bajo.

A los que me salgan con que los alemanes tienen preferencia sobre los inmigrantes para el Gymnasium: solo por el idioma. Una amiga mía es afgana y estudió en el Gymnasium, y ahora está a punto de graduarse en Filología Hispánica y Alemana. Así que se puede conseguir.

A los que me salgan con que a los 11 es demasiado pronto para decidir el futuro de un niño, dos cosas. La primera: se trata de una RECOMENDACIÓN: tú puedes llevar a tu hijo al Gymnasium aunque te hayan sugerido que la Realschule es mejor para él. Y en segundo lugar: a los 16 es una edad mejor para hacerles decidir? Porque a esa edad es cuando un chaval español decide si letras o ciencias, sublime decisión.

Y a los que me salgan con que es un sistema clasista y oligárquico e injusto y poco equitativo... Solo les diré que Alemania no está a la cola en materia de educación, que la gente ahí no lo tiene tan difícil para encontrar trabajo y que, en suma, su sistema funciona. El nuestro no.

Anónimo dijo...

En Chile, si bien las opciones de entrar a la universidad se han ampliado, aún no es tan masivo ni tan fácil como en España. El Sistema acá es más complejo. En base a PSU se limita, se rige: qué debes hacer, dónde ir, qué estudiar (“mira como son buena gente”). Es un hecho que con el surgimiento en masa de universidades particulares ha aumentado el número de estudiantes con estudios superiores, pero todavía no cuentan con el prestigio de una “estatal y pública”. Es muy probable que si las elites de Chile no se saben defender ni perpetuar, las particulares literalmente se las coman y el prestigio se vaya por la borda. Es muy factible que en dos décadas la realidad sea muy parecida a la de España.
Actualmente ya hay carreras que están colapsadas.
Se choca con el principio de educación para todos.
De modo que se les ha intentado dar realce a los tan denostados institutos, pero tal parece que la calidad no es la mejor, por ende son olvidados en el averno.
Pero no es acaso obvio ¿Qué prefieres un instituto que te dará un titulo técnico o una universidad que te dará un titulo de licenciado (suena tan guay)?
Se tiene la errónea creencia de que con un titulo de educación superior ganas más que con un titulo técnico, pero la realidad a pesar de ser penosa, es todo lo contrario. Dura y Fría realidad; el cartón al final no te sirve de mucho, pasar 5 años quemándote las pestañas tampoco, conocer sobre teorías, tipos con nombres raros, locos y suicidas menos…
Encuentro tan fuera de lugar tu analogía con el pasado, que prefiero no referirme en mayor detalle.

Buen día.

Anónimo dijo...

Con la de cosas que hay por decir de la manifestación...

Soraya dijo...

Estoy totalmente en desacuerdo contigo, y además me parece de ser un hipócrita, si es que has estudiado una carrera universitaria, como supongo.

Si no hubiesen habido políticas pro-universitarias, habrían ido a la universidad los hijos de los señoritos, y los pobres, a joderse el lomo por una mierda de sueldo, como nuestros padres y nuestros abuelos.

Ellos han luchado y trabajado durante toda una vida para darnos un futuro mejor y ahora esos políticos criminales nos lo han robado, y encima pretenden echarnos la culpa a los ciudadanos.

Y así seguirán explotándonos. Si no hay trabajo para los licenciados es porque no hay trabajo para nadie, no porque haya demasiados licenciados.

Soy de clase media y ciudadana de un ESTADO DE DERECHO (se supone), y como tal tengo el mismo derecho a ir a la universidad que la hija de juez, médico, dentista, etc.

Lo que me parece vergonzoso es que en este país tanto la izquierda como la derecha den ayudas ecónomicas a la educación privada, en lugar de ahorrarla para la pública, que para eso es pública y es de todos.

Será un comentario demagogo, pero si los políticos no les pagasen los gimnasios y las bibliotecas a los hijos de los ricos, más pobres podrían vivir la experiencia de ir a la universidad y formarse a ese nivel. Que si en este país tan mal organizado no nos dan trabajo, en el extranjero sí.

Y si no nos dan trabajo, es porque, como siempre, los hijos de los señoritos tienen enchufe con sus carreras de "papi me la ha pagado y por eso he aprobado". Antes lo que quedaba era para nosotros, ahora ya no queda nada, pero ellos siguen teniendo.

A tutiplén. Nos han robado, nos han engañado, se han aprovechado de nosotros y encima tienen la cara dura de echarnos la culpa y decir que la universidad no era para nosotros y que el chalet en la playa tampoco. Ellos que son unos ladrones y quienes importamos UNA MIERDA.

Tendría que ir todos a la pu** calle, como el Islandia. Verías como entonces había dinero para la universidad de los pobres, igualdad de oportunidades para los licenciados, y trabajo para todo el mundo. Mientras tanto, aquí estamos, comiéndonos la represión de esta dictadura encubierta.