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Puestos a hacer cuotas para mujeres

A Zapatero le gustaría pasar a la Historia como el presidente de la igualdad, y nadie le negará el acierto en un puñado de leyes. En otras, por desgracia, más merece una medalla por populista. Una de esas perlas es, sin lugar a dudas, la ley que obliga a un mínimo del cuarenta por cien de un sexo dentro de las empresas. Y mientras hacemos la ola porque la ley no obliga sólo a que el mínimo sea de mujeres y no de hombres (una igualdad que Zapatero olvidó en la ley de violencia de género, cuando dejó al margen a hombres maltratados, a la par que a todas las parejas homosexuales), no podemos olvidarnos de los y las que se quedan sin trabajo por culpa de esta política. Personas más capacitadas que sus contrincantes pero con el único delito de no ser del sexo que la empresa necesita para cubrir la cuota.
Harto de este gobierno intervencionista, me pregunto por qué no ha seguido adelante con sus delirios de cuotas. Hay muchos más campos donde se puede intervenir, campos donde hace más falta y se comete menos daño. Si las autoridades me pueden decir a mí que el próximo contratado en mi empresa tiene que ser un hombre o una mujer, cuando puede no coincidir con mi mejor candidato, no entiendo por qué no atacan el principal pilar de comunicación: la publicidad. Si con estas leyes, lo que se pretende es dar visibilidad a un sexo donde antes no se reconocía, ¿por qué no imponer cuotas en la visibilidad misma?
No sé vosotros, pero yo estoy un poco harto de que los anuncios de limpieza los protagonicen siempre mujeres y los de coches, los hombres. Y a riesgo de equivocarme, imagino que esto tiene mucho que ver con el miedo de las empresas a ser "las primeras en cambiar"y que las ventas caigan en picado. Seguro que no faltan los publicistas deseosos de cambiar las tornas, pero el miedo a un fracaso comercial los detiene. ¿No sería más lógico, puestos a trabajar con cuotas, que estas rompiesen con la imagen sexista de la publicidad y pusiese a todos los anunciantes en igualdad de condiciones? Si los hombres y las mujeres consumen mayoritariamente los mismos productos, ¿por qué la publicidad sigue comportándose como si nada hubiese cambiado?
Con lo poco que me gustan las cuotas, no se me ocurre un mejor uso que éste. Que dejen de preocuparse por cuántos hombres y mujeres hay en cada empresa, donde lo que importa es su capacidad profesional, y que cuiden un poco más la imagen sexista que da la publicidad, donde los hombres no saben lo que es una fregona y las mujeres no tienen ni idea de conducir. Un campo con mucha difusión y donde en verdad, no hay perjuicio por las cuotas. El beneficio está claro. Si tiene que existir la cuota, que sea en algo como esto.

6 comentarios:

Enrique dijo...

Yo también estoy un poco harto de que los anuncios de detergentes los protagonicen mujeres y los de coches hombres... pero es un fiel reflejo de la sociedad. Me explico: En cada familia la personas que suelen realizar una mayor parte de las tareas del hogar siguen siendo las mujeres; por lo tanto, el público objetivo de esos anuncios van a ser más féminas que varones. Los coches, tres cuartos de lo mismo.
Ahora, a mi tampoco me parece tan mal lo del 40% de cuota. Vale, es injusto que alguien mucho mejor se quede sin trabajo por no ser del sexo adecuado... pero es que es la única manera de acabar con el machismo que impide a las mujeres alcanzar grandes puestos de responsabilidad, por poner un ejemplo.

Enrique dijo...

Ah, por cierto, en cuanto lo de los anuncios... se me olvidó decir que si queremos cambiar eso que dices, primero tendremos que cambiar nosotros (la sociedad, quiero decir... yo no tengo ningún problema con ello).

Estelwen Ancálimë dijo...

Lo de las cuotas en las empresas es machista, así de claro. Presupone que las mujeres somos tan inútiles que los empresarios no nos van a contratar a no ser que la ley les obligue.

Algunos han argumentado que es una forma de que los empresarios venzan su reticencia a contratar empleadas por aquello de que se pueden quedar embarazadas. Lo cual resulta ser una falacia, porque hecha la ley hecha la trampa, y ellos salvan el asunto haciendo contratos temporales y negándose a renovar el contrato de las embarazadas cuando llega a su fin, limitándose a coger a otra chica nueva, sin preñar, para rellenar la cuota.

En definitiva, que no sirve para nada. Si quieren mejorar la condición laboral de las mujeres, lo que deberían hacer es una rforma laboral para que las bajas laborales y los permisos por paternidad y maternidad fuera iguales y los horarios de todos los trabajadores fueran compatibles con el horario escolar, como ya pasa en muchos países europeos (especialmente del centro y norte de Europa). Pero, claro, eso a los amiguitos empresarios de ZetaParo no les conviene. Por eso, en lugar de arreglar las cosas de verdad, ponen parches demagógicos. Y lo peor es que sus adeptos pican.

Laura dijo...

Esto da para un debate laaargo y tendido... intentaré resumir un poco:
1. Como mujer, no quiero entrar en ninguna empresa por una cuota. Pero sí me gustaría cobrar lo mismo que un hombre por el mismo trabajo, y esto no se cumple.
2.La sociedad sigue siendo muy machista, en general. En el día a día, las mujeres tenemos que pelear muchísimo para que se nos considere iguales, y donde más se percibe esto es sin lugar a dudas es en el ambiente laboral.
3.Trabajo en una agencia de publicidad, y el comentario que surge en todas las campañas es "y aquí ponemos a una tía buenísima!". Con este percal, imagínate el resto.

Lo dicho, espero retomar este tema contigo en persona :)

Polivalente dijo...

¡Pero que manía con regularizarlo todo! Me parece muy bien que estes en desacuerdo, pero no que pidas una regularización y una intromisión más del estado en la vida de las personas. Con todas las cuotas esas y demás intentos de "igualdad" se perjudica más que ayuda y lo único que se consigue es desprestigiar a aquellas mujeres que han conseguido un puesto por mérito frente a aquellas que los consiguen para cumplir la cuota.

La evolución natural de la sociedad lleva a la igualdad e intregración y eso requiere un tiempo, las leyes para el cambio de la ciudadanía son inútiles y contraproducentes. La maduración no se consigue a golpe de decreto, sino concienciando a la gente.

Mediante la imposición y regularización no se consiguen los objetivos, muchos ejemplos hay en la historia para seguir cometiendo los mismos errores.

Anónimo dijo...

Me llama mucho la atención el tema que comentas de la publicidad. Pero nos lo meten en la mollera desde pequeños. La publicidad más sexista que existe, y con diferencia, es la de los juguetes. Echad un vistazo a la tele en navidades y veréis...