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Cementerios nucleares, a mí

Esta mañana anunciaban que el cementerio nuclear se construiría en un municipio valenciano para desmentirlo a última hora de la tarde, después de que el ministro de industria y la vicepresidenta hayan discutido sobre la ubicación. El primero apoyaba Zarra por ser la aspirante con mejores condiciones, pero De la Vega se ha opuesto -y lo ha pospuesto- por no dar un argumento antinuclear a Camps. El caso es que nos vamos a dormir igual que anoche, si no un poco más desconcertados.
Si me preguntan, estoy a favor de un cementerio nuclear. Como alcalde, presidente autonómico o nacional, propondría mi tierra como posibilidad de generar empleo y riqueza. De los perjuicios de salud no me creo nada: la seguridad con los que protegen estos residuos posiblemente los conviertan en vecinos menos nocivos que los cables de alta tensión. Lo que pasa es que lo nuclear provoca desconcierto, y el desconcierto genera terror.
El egoísmo no cabe en la sociedad. No podemos pretender tener cárceles pero no quererlas cerca. No podemos pretender querer granjas pero prohibir que nos construyan una a tres kilómetros de casa. No podemos prohibir y vetar pero al mismo tiempo desear que otros no sean tan cerrados como nosotros, porque somos consciente de la necesidad de las cosas, aunque no las queremos próximas. Y de todas las construcciones molestas que se puedan levantar, de todas ellas, me quedo con el cementerio nuclear. Silencioso, sin conflictos, no provoca olores, genera empleo y además las arcas públicas reciben compensaciones por las "molestias" hasta hartar. Si alguien quiere construir un cementerio nuclear con todas esas ventajas le invito a hacerlo en mi jardín. Claro que vaya, diantres, para eso primero tendría que tener jardín. Bueno, creo que habéis pillado el cuento.

6 comentarios:

Alejandro G. Cabrera dijo...

¿Has oído hablar de la contaminación? Pues eso =)

Maku dijo...

Es lo que los angloparlantes llaman filosofía NIMBY: not-in-my-back-yard.

A mí lo que me fastidia de este tema, como de tantos otros, es que una decisión que debería ser eminentemente técnica y científica se politice.

Pero en fin, como ambientóloga ya estoy acostumbrada a esa lacra.

Saludos.

Àngels Bonet dijo...

Puestos a elegir entre petróleo y energia nuclear, me quedo con la segunda. Es mucho más limpia y la gestión de sus recursos está mucho más controlada y vigilada, y mucho menos contaminante que el CO2

Isi G. dijo...

Los residuos nucleares, simplemente por ser lo que son, están más vigilados y controlados, por lo que su eliminación (o "enterramiento") me parece algo más seguro que las toneladas de CO2 que se vierten a diario a la atmósfera con la combustión del petróleo... Petróleo que, a su vez, se va agotando de los yacimientos.

En fin, que estoy de acuerdo contigo.

Un saludo^^

Cris dijo...

Cuando me explicaron por primera vez lo que era un cementerio nuclear me imaginé residuos tipo central nuclear de Springfield, con su fluorescencia verde y todo. Supongo que una imagen parecida debe tener la población en general.
Yo he tenido el gusto de visitar un cementerio nuclear real y comprobar por mi misma que esto no es así.

Anónimo dijo...

Alehop,
¿has oído hablar de que una mentira dicha mil veces se convierte en "verdad"?
Aún así, no neguemos que se produce contaminación... pero atentos a los estudios que indican que el petróleo acaba resultando más nocivo.