Header

Diana y Hayao

Ahora que la escritora Diana Wynne Jones se ha ido al parnaso de la fantasía a acompañar a otros como J.R.R. Tolkien o C.S. Lewis, es buen momento para recordar una de las joyas del género, El castillo ambulante, que perteneció al catálogo de SM durante unos años y que hoy en día edita Berenice.
En el país de Ingary, donde las botas de siete leguas y las capas de invisibilidad existen de verdad, Sophie Hatter ha atraído la desagradable atención de la Bruja del Páramo, quién la hechiza con un maleficio que la convierte en una anciana. Con la determinación de hacer lo adecuado, Sophie viaja al único lugar en el que cree que podrá encontrar ayuda, el castillo ambulante que merodea por las colinas cercanas. Pero el castillo pertenece al temible Mago Howl, que se alimenta, según dicen, de los corazones de jóvenes desprevenidas.
Con este libro me salté una de mis leyes básicas de lectura: lo leí después de ver la película. En mi defensa diré que cuando se estrenó en los cines, el libro era imposible de encontrar, y uno no puede esperar mucho tiempo porque nunca se sabe lo que dura Miyazaki en las salas. Por eso mi primera impresión de El castillo ambulante fue la de la película y vaya, me gustó. No soy fanático del director Hayao Miyazaki, pero la calidad visual de sus trabajos es incuestionable. También las historias que cuenta (a excepción de Ponyo en el acantilado, que me aburrió de principio a fin). Nausicaä, de hecho, es el único manga que recuerdo haber leído en toda mi vida. Ni que decir que me fascinó.
Por eso, cuando se reeditó el libro, me pensé dos veces leérmelo. Total, ya conocía la trama. Pero había oído hablar muy bien de Diana Wynne Jones, y los que habían leído el libro me lo recomendaban. Por eso me salté la ley básica (algún día publicaré la legislación completa del lector, para quien quiera someterse a su jurisdicción) y lo leí, y para mi sorpresa, el libro me gustó más. Y ocurrió algo más sorprendente todavía: descubrí que la historia de la película que menos me había entusiasmado, era original de Miyazaki y no de Jones. ¡Qué desastre agregar algo a la historia y que sea lo más aburrido! Pero la cosa seguía: es que lo que más me gustó del libro (y no lo diré para no destripárselo a nadie), el punto más original e impactante de la novela, ¡no salía en la película! Miyazaki lo borró de un plumazo. De modo que no me pude alegrar más de quebrar mis normas para descubrir que la película quita lo mejor del libro y agrega de cosecha propia lo peor. Todo esto sin desmerecer el filme, claro, que sigue siendo genial. Chapó por los dos. Pero si estáis pensando en conocer El castillo ambulante, aquí va mi recomendación: empezad por el libro. No es el típico debate letras con fotogramas: es que la novela es todavía mejor, si cabe.

5 comentarios:

Irene#13 dijo...

Yes, yes. Totalmente de acuerdo.
Yo también vi primero la película, y me había gustado tanto que no sabía si leer el libro. Pero me sorprendió un montón la cantidad de detalles "nuevos" que tiene. Pa mi poco criterio, es una novela muy buena!

papalbina dijo...

sobre todo, son diferentes. comparten puntos en comun, pero poco más. leer el libro es adentrarte en una historia diferente a la de la pelicula...

claro que pa mi la peli es una de mis favoritas porque a howl le pone la voz en ingles christian bale y cualquiera se resiste a este hombre *__*

Eirene dijo...

Creo que todo el mundo coincidimos en que el libro es mucho mejor. Yo también vi la película antes y cuando leí a donde conducía la puerta negra en el libro... ¡aluciné! xDD Me gustó muchísimo más que el toque oscuro que le agregó Miyazaki.

Eso sí, la película es espectacular y la banda sonora aún más.

JuLio Urízar dijo...

Siempre he querido ver esta película, y peleo con el mundo entero porque las películas de Hayao nunca vienen a mi país (a excepción de Spirited Away) Pero bueno, tengo la suerte de haber leído el libro. Lo disfruté tanto. Y ahora que me dices que Hayao cambió la historia, pues no estoy seguro de querer verla, lo haría más por las fantástica animación que por la historia de Diana. (por cierto, no sabía que había muerto) Hace poco conseguí los otros dos libros que se desarrollan en el mundo en donde está el país de Ingari (Castillo en el aire y La casa de los mil pacillos) no los disfruté tanto como cuando leí el Castillo Ambulante, tal vez por que ya perdí un poco de lo fantasioso que era antes. Creo que ya me hace falta visitar a Michael Ende.

Alexia dijo...

No olvides tampoco a Louise Cooper, otra escritora británica de fantasía que merece la pena recordar y leer (aunque aquí en España no tuviera mucho renombre T___T).