Estaba esta tarde sin mucho ánimo de estudiar cuando he decidido ir a recargar el cartucho de color de mi impresora. No es que quiera imprimir arcoiris y demases, no, es que quiero saber si así se arregla de una vez el error continuo del trasto escáner-impresora y puedo trabajar en paz. En el último año las he pasado canutas para escanear. Es my caprichosa la máquina: hay días que funciona y días que no. Y si no funciona a la primera, olvídate de volver a probarlo en al menos cincuenta horas.
En mi barrio hay un local que rellena cartuchos. Ya fui una vez y recordaba que el dueño era latinoamericano, de argentina quizá. Al entrar hoy seguía ahí, con su mujer entrando y saliendo de la trastienda. Les doy mi cartucho y el hombre cincuentón me dice con su acento latino que tardará unos minutos. Le digo que voy y vuelvo a la librería, que está al lado.
Una vez con mi guía de Buenos Aires en la mano, me siento de nuevo en la tienda de la tinta. Como quedaba un ratito y tenía interés porque alguien que ha vivido allí me diese consejos, o quizá por romper el hielo, le digo al señor:
- ¿Ustedes de donde son?
Pensaba que me respondería algo como "De Argentina, vinimos hace seis años" o "Somos del sur de Chile". Pero en vez de eso, el tipo me mira con cara de odio y me responde sin perder su acento:
- Somos de España. ¿De dónde vamos a ser?
Me quedo a cuadros. Es evidente que está enfadado. Pienso rápido. ¿Será que quiere hacerme creer que ha nacido aquí? No pensará que soy tan idiota.
- Ah... es que pensaba que eran de América Latina.
- ¿Y qué te hace pensar eso? -pregunta malhumorado-. Soy valenciano. ¿Acaso es que tengo acento de fuera?
Por Dios, ¡SÍ! Pero por la tensión del momento, creo que es mejor no llevarle la contraria. Si él quiere hacer como que es español, pues no le pienso bajar del burro.
- ¿De dónde eres tú? -me pregunta cabreado.
- De Valencia.
- ¿Por qué?
No quepo en mi asombro.
- Pues porque nací aquí.
- ¿Por qué?
¿Pero qué pretende?
- Pues porque mis padres me tuvieron aquí, no hay otra. Lo siento si le ha molestado mi pregunta.
- Uno no es de donde nace, sino de donde es su sangre. Su unos alemanes tienen un hijo en Marruecos -me cuenta a modo de discurso ensayado- el hijo es alemán, no marroquí.
- Ajá... -asiento sin mucho entusiasmo-. Disculpe si le ha molestado mi pregunta... yo tenía entendido que eran extranjeros.
- La gente habla mucho.
Quiero irme de ahí. El tío está enfadado, Dios sabrá porqué. Pasan los minutos y estamos cada uno absorto en nuestros asuntos. En un momento de locura me pregunto si ese tipo será el eslabón perdido entre el ché valenciano y el ché argentino, oculto en una tienda de tintas para que nunca se sepa la verdad. Por eso niega su nacionalidad. Pasa el rato, viene otro cliente, se va. La mujer sale con mi cartucho. Su acento definitivamente no es latino, podría ser perfectamente española. Y como si estuviese leyendo mi mente, él dice como disculpándose:
- Nací en Uruguay.
Su esposa, que con toda seguridad ha escuchado la conversación de antes, se muestra mucho más amable que el marido:
- Es que nunca ha perdido el acento, y es verdad que el argentino y el uruguayo son muy parecidos.
- Pero tengo la nacionalidad española -agrega el señor, como si yo fuese un policía que fuese a pedirle los papeles en cualquier momento-. Soy español.
- Estaba claro -digo un poco molesto por todo el teatro montado. Su mujer me mira con amabilidad-. Pues le hubiese preguntado por Uruguay, porque voy a ir la semana que viene.
- ¿Ah, sí? -pregunta ella interesada. Él no tiene el menor interés en mí. Es español, es valenciano. Que dejen de joderle ya.
Su esposa es de Madrid pero lleva cuatro años viviendo en Valencia. Me dice que si me gusta Valencia me gustará Montevideo. Que la llegada a Buenos Aires desde Uruguay en Buque es preciosa. Que Buenos Aires tiene un olor extraño, como a gas de cocina abierto, "pero mi sobrina vino a Valencia hace unas semanas y me dijo que holía a alcantarilla. Yo ya estoy acostumbrada". Me marcho y me desea mucha suerte para el viaje. El valenciano no me dice nada. Supongo que tendrá sus propios asuntos en la cabeza.
El eslabón perdido del "ché"
viernes, 7 de septiembre de 2007
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8 comentarios:
el ché es valenciano lo que pasa es que tras la guerra civil, como mucha gente se fue a argentina, pues se les pego, pero el eslabón perdido son nuestros abuelos y bisabuelos
Mira chica encarcelada, investiga mas, porque el Che es AR-GEN-TO!!
Es un vocablo guarani, (indios que habitan al norte de Argentina) que significa hombre. Tambien me dijeron que los mapuches (indios que habitan en el Sur de Argentina) tambien tienen ese vocablo, pero de eso no se bien. Y son anteriores las caravelas.
Y vos "hombre con criterio" dejate de joder y admiti la derrota (jamas olvidare ese tren a Londrés, fueron cinco segundos geniales!!)
Corrijo al tipo, uno no es ni de donde nace, ni de donde viene su sangre, uno es de donde se cria, porque si unos alemanes tienen a su hijo en marruecos y se quedan a vivir en marruecos, el niño no va a considerarse otra cosa que marroquí, porque ¿como va a ser aleman si probablemente ni hablaria el idioma?
El hombre tiene su disculpa. Tú no ibas a malas, pero fijo que no eras el primero en preguntar y hay mucho idiota suelto por el mundo. A saber lo que le habrán dicho al hombre.
Me ha hecho gracia lo de que Buenos Aires huele a gas, porque el nombre de la ciudad fue una ironía desde su fundación. No recuerdo dónde lo leí, tal vez en algún libro de Isabel Allende, que siempre transcurre en Chile, Perú o Argentina. Decía que cuando fundaron la ciudad, apestaba entera, todo el aire. Por supuesto, de correrse la voz, no iría mucha gente, así que por despistar, o simplemente por hacer la gracia, le pusieron a la ciudad "Buenos Aires". Me pareció gracioso cuando lo leí. Y ahora, leer que sigue igual, también. Ignoro si es cierto, pero Isabel no suele contar mentiras.
En cuanto a sobre de dónde es alguien... Ni donde nace, ni donde crece, ni de donde son sus padres. Yo digo que uno es de donde se siente ciudadano. Yo me siento medio valenciana, medio romana. Es una tontería, si vuelvo a Roma y les digo que soy romana se reirán en mi cara, pero ya me sentía de ahí antes de ir, y cuando fui sencillamente lo confirmé.
Y si el hombre ama España, vive en España y se siente de España, es español.
Sobre el ché no me pronuncio, pero me parece una tontería que se discuta sobre su origen. Todas nuestras palabras son prestadas de otros idiomas, o heredadas. La lengua la hacen los que la hablan, de vuestra merced hemos pasado a decir usted (arrea con la diacronía española), y me da que la gente que hablaba y que ha creado nuestra lengua tenía algo mejor que hacer que apuntarse un neologismo de su cosecha para la posteridad, creo que trabajar para poder vivir les preocupaba un poco más. ¿Qué importa de dónde sea, ché? Un beso,
Cristina
Olor no va sin H? Que no sé, igual estoy equivocada.
Por lo demás, hasta dónde llega el miedo al nacionalismo... quiero pensar que es eso, al menos. Me da mucha pena por toda la gente que quiere vivir una vida mejor. Pero el señor no tenía razón. Yo soy de donde nazco. Bueno, soy de donde me da la gana porque nací en Bilbao y los de Bilbao nacemos donde queremos. Pero dejando eso a un lado, y lo peor, es que creo que el tío se creía su propia historia.
Pásalo muy bien por América Latina. ^^
A mi me parece que es un malhumorado que reniega de su origen y punto. Me molesta la gente así, que cree que uno la ataca, que tiene prejuicios y odios cuando son ellos los frustrados.
Que estés bien. Adiós.
El "ché" es más valenciano que la paella, que también se diga en Argentina no sé por qué es, quizás casualidad, tendremos la misma forma de expresarnos, no sé, jeje.
Precisamente para ahorrarme esas situaciones incómodas, yo no digo ni pio a ningún desconocido, que inicien ellos las conversaciones v.v y eso que me ahorro en disgustos, por cierto, qué señor más... ¿irritable?
off topic:
tengo q decirlo: admiro cómo vuelves una simple anécdota en una prosa tan entretenida!
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