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El Ministerio de la Cuarta Lengua

Cuando uno vive en Madrid, confía en que no tendrá que volver a oír hablar del eterno debate del valenciano-catalán. Pero no, la disputa me persigue a veces hasta la capital, y seguro que aunque me refugiase en Kuala Lumpur, todavía tendría que oír del asunto. Yo me harté hace tiempo de la cuestión y dije todo lo que tenía que decir. No voy a volver a eso.
Me resulta más interesante el extraño reconocimiento que hacen del valenciano las instituciones del Estado. Porque oír de ella en Valencia no tiene mérito, pero es más raro escuchar de la diferencia entre valenciano y catalán cuando uno viaja al centro de España. El valenciano ¿es o no es la cuarta lengua oficial? Ateniéndonos a lo práctico: si el valenciano se recoge en el estatuto de la comunidad, y el estatuto está aprobado en las cortes españolas, sí, se supone que tiene el mismo rango que el catalán, gallego y vascuence. Ninguna de las cuatro se ha "oficializado" con más solemnidad que las otras. Podemos hacer mil análisis del estatuto valenciano, pero el dato objetivo es que está aprobado, y nos guste o no, tiene tanto reconocimiento como los de las otras comunidades autónomas.
Sin embargo, con el valenciano se produce una dualidad, de hoy-te-reconozco-pero-mañana-no, que no ocurre con el resto. Se supone que las páginas de instituciones públicas del Estado tienen que estar traducidas a todas las lenguas co-oficiales, pero aquí no todas lo ven igual. ¿Por qué ministerios como el de Sanidad y Cultura sí admiten el valenciano como lengua en sus traducciones y otros como el de Economía (aunque qué cosas, la web de Hacienda lo hace), Interior o Defensa no? ¿No demuestra poca seriedad?
Quien recuerde la campaña electoral de Zapatero de 2008, sabrá que su eslogan en catalán tuvo una traducción distinta a la del valenciano. ¿Por qué, si son la misma lengua? Lo mismo podríamos preguntarle a empresas nacionales como el Grupo PRISA, que a pesar de su línea editorial catalanista en la edición valenciana de El País (muy respetable), por otro lado mantiene dos sellos editoriales distintos de Alfaguara Infantil en valenciano (Voramar) y catalán (Altea), con sus traducciones y sedes diferenciadas. ¿Cómo puede decir que son lo mismo y mientras tanto mantener una actividad editorial que contradice lo anterior?
Pese a lo anterior, no me preocupa el eterno debate. Ojalá todos puedan superarlo de una vez, y sea cual sea su conclusión, puedan mirarse a la cara para dar fin a rencillas centenarias. Pero más que cómo se comporta cada uno en casa, me intriga la doble vara de medir que hacen las instituciones, partidos y empresas del valenciano. Yo no entro a discutir si es una lengua, dialecto o la misma cosa. Lo que me sorprende es la capacidad que tienen algunos de creer todo y nada a la vez, según los intereses políticos y económicos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

El que son una misma lengua es algo que los lingüistas siempre tuvieron claro. Ahora bien, eso no debe quitar que se respeten todos los dialectos, lo cortés no quita lo valiente. Al final esto va a parecer como las webs de descargas y los comentarios de trolls pro doblaje de España / pro doblaje latino. Igual de absurdo.

Lamentablemente, quien todavía vea ideologías de cualquier tipo en los grandes partidos de este país debe de ser muy crédulo. Aquí lo que interesa es pillar. Así nos va.

freshwater dijo...

Desde las Normas de Castellón (1932), sí, claramente el valenciano es catalán (ojo a la puntualización de 1932). Y cada año que pasa, el valenciano es más catalán.
Los dos dialectos convergen poco a poco en el que más le interesa a los políticos y a los nacionalistas: el catalán.

¿Cómo estaremos dentro de 20 años? El valenciano habrá desaparecido como tal, fagocitado (en su denominación también) por el catalán. RIP valenciano.

Anónimo dijo...

La cuarta lengua es el bable, no el valenciano...

Anónimo dijo...

Uno de los problemas principales de esto es el hecho de que el nombre de la lengua haga referencia a una comunidad concreta. En su tiempo, se denominó Llengua Llemosina a la Llengua Catalana, y esta contemplaba los dialectos como el catalán, el valenciano, el balear, etc. Su conjunto era lo denominado Llengua Llemosina, como ya he dicho.
Pero esto se perdió y pasó a llamarse Llengua Catalana o Català, o sea, que tiene el mismo nombre que el tipo de catalan que se habla en catalunya. Se denomina a la totalidad con el nombre de un concreto. Y los valencianos nos resistimos a que se llame así, aunque sepamos que son variedades diferentes de un mismo idioma, al igual que lo son el español de Argentina y el de España.
El caso es que si me pregunta qué idiomas hablo contestaré que español y valenciano; pero si me preguntaran "¿Hablas catalán?" contestaría que sí, evidentemente. Al fin y al cabo, es una cuestión de nombres. Si todos nos respetamos, todo irá bien.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Lo que se habla en Valencia y en Cataluña es una misma lengua, pero distinto dialecto (y ojo! considero dialecto tanto al valenciano como al catalán, no es que uno esté subordinado a otro).