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La piel que critico: sobre el arte de opinar

En el establishment cultural, los críticos son la autoridad de lo bueno y lo paupérrimo, los encargados de separar la creación (no la de Dios, sino la humana) entre el ying y el yang, antes de que los simples mortales nos manchemos los labios con un bocado del inframundo que nos impida regresar al mundo terrenal.
Críticos hay y ha habido siempre. Los reconocemos hoy por su monóculo en El Cultural y hace miles de años cuando Cayo Rómulo ponía a caldo en The SPQR Times la escultura ecuestre de Cayo Pablo. El mismo perro con distinto collar.
El crítico no se crea por el artista, sino por el espectador. Y este es el mismo que lo eleva y lo denigra, lo sigue y lo repudia. La relación con los creadores es indiferente porque nunca debería existir. Lo que importa es el vínculo que se crea con el público y, aún más importante, la responsabilidad que tiene con él. El crítico puede quejarse de su descrédito pero ¿quién mejor que él para comprender la necesidad del juicio? ¿Quién le hace la crítica al crítico?
Tengo un hambre voraz por las críticas. La tengo por los temas que consumo, ya sea música, gastronomía o literatura. La tengo, también, por los mercados que jamás pruebo: leo artículos sobre videojuegos o series de televisión cuando ni los juego ni las veo, pero siento una curiosidad extraña por lo que hacen. La crítica, bien hecha, es un registro literario por sí mismo. Me lo puedo pasar mejor leyendo una comparativa de gazpachos de bote que leyendo a Murakami. La visita de un periodista al zoo da más de sí que el paso por Cannes de los grandes. Cuando la crítica se convierte en un género, importa más la forma que el objeto, y algunos críticos pueden hacernos disfrutar con la lectura aun cuando no tenemos ni la más mínima intención de comprar esa tableta ni nos podremos permitir jamás un tentempié en elBulli. Leemos porque nos gusta.
Sin embargo, el crítico tiene una responsabilidad con nosotros: no nos puede engañar ni en lo bueno ni en lo malo. Sabemos que tiene privilegios inaccesibles para nosotros para criticar lo que critica, ya sea en proyecciones previas, ediciones avanzadas o la mejor atención en el restaurante. Lo sabemos y lo aceptamos, pero esperamos la máxima honestidad a cambio, y un juego limpio que compense los dos peldaños por encima en los que se sitúa por su profesión. El crítico debe opinar sin destripar, dejar que sea el público el que deguste y dicte el último veredicto. El crítico debe conocer antes que los demás, pero tiene la obligación de emitir su fallo con el adelanto de tiempo justo para que su profesión esté justificada, pero no tanto como para que el mortal olvide el objeto de la crítica en el intermedio. El crítico no puede pensar en el autor, pero se debe a las normas de respeto comunes al resto.
Al final, si la crítica es un arte, lo es independientemente de lo que critica. Los genios siguen siéndolo ya sean admirados, vapuleados o sumidos en el olvido, y sólo los más inteligentes y humildes saben extraer el oro de entre el lodazal. Mientras tanto, los críticos desinflan cada campaña de marketing que se cruza con su dominical. Entre el entusiasmo de unos y el espanto de otros, a nosotros nos queda decidir cuánto hay de verdad. Y en último término, ser críticos con quienes critican, en el mismo ejercicio de la opinión.

8 comentarios:

Mike Lightwood dijo...

Mira que llevo cuatro años leyéndote y probablemente jamás te haya comentado, pero por este artículo te mereces un BRAVO en mayúsculas.

Alexia dijo...

Pero últimamente hay muchos tipos de "críticos". Algunos cuando empiezan a hacer una reseña lo único que hacen es un resumen contándote todo; otros solo dicen las cosas buenas; otros solo las malas, si es lo que más ha abundado; otros solo te cuentan su opinión personal sin argumentación... Ninguno parece encontrar el equilibrio que requiere realmente una crítica, pero aún así se consideran como tal. Y lo que es peor, como son esas las que más abundan, la gente piensa que así es cómo son realmente.

Javier Ruescas dijo...

Me ha gustado mucho la entrada.

Yo también considero que criticar es un arte y que es difícil encontrar el equilibrio para transmitir al lector la sensación que algo te ha producido sin destripar. Pero como con todo, la práctica es lo único que puede hacernos mejorar en este campo.

En cuanto a los demás puntos mencionados, creo que tiene bastante más que ver con el sentido común del medio y del propio crítico, y eso es algo que no se enseña en ninguna parte.

Un saludo!
Javier

Pazcual dijo...

Hace dos días leía en el periodico El País una critica a la ultima película de Almodovar, La Piel que Habitó y me pareció una critica desagradable.
Leo criticas de musica, arte, television/cine y cocina pero siempre trato de hacerlo después de que yo haya escuchado, probado, visto o visitado porque me desagrada mucho que los criticos sentecien algo sin permitir que la audience lo experimente primero. Es importante que recuerden que ellos trabajan por y para la audiencia y que somos nosotros, los "inexpertos", los que deseamos una opinión, no una sentencia.

Excelente entrada, xx.

Mary dijo...

Yo opino que la critica es interesante cuando es buena, no que sea positiva sino que debe estar basada en verdades y debe darte a conocer todos los matices. Lo malo de la critica es que muchas personas tienden a criticar cosas porque va en contra de su ideología o de sus gustos o aún peor de cosas que no comprenden por completo (y quedan como idiotas o en el mejor de los casos ignorantes.) Lo esencial de una critica al menos para mí es la parcialidad, Simón Bolívar decía algo así como "Es difícil hacer justicia a quien nos ha ofendido" y yo traduciéndolo al idioma de las críticas (¿eso existe?) sería como decir que no se puede criticar sin objetividad. Yo no leo críticas que estén fuera de un periódico que no diré el nombre porque le haría propaganda (?), primero porque pienso que ellos son muy profesionales y segundo porque me gusta tener mi propia opinión... no sé si le pase a alguien más pero yo cuando leo una critica se me pegan partes de los ideales de los que critican... soy muy manipulable (?)

Prigkinissa dijo...

¡Muy buena entrada! La verdad es que se nota en tu estilo de escribir que consumes muchsímos artículos de opinión y críticas.
Esto que has hecho bien se podría denominar metacrítica.

Alexia dijo...

Y sobre todo que no te destripe la trama y todas las sorpresas que esta conlleva...

S dijo...

Yo también consumo críticas. He encontrado un complemento extraño en los reality shows que antes satanizaba tanto. Es mi placer culposo