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Bestiario moderno: Rita Barberá

Con el fenómeno Obama parece que se haya descubierto la adoración por los políticos, cuando el caso de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (o Rita a secas, porque es como la conoce todo el mundo), es un caso clínico de veneración absoluta.
Los valencianos, en su mayoría absoluta, quieren a Rita. Y preocupantemente, la aman con locura. Rita no es un político como Zapatero, que puede caer bien, o como Rosa Díez, que levanta pasiones y odios. No: lo de Rita es distinto, muy distinto, y hay que vivir en Valencia para conocer el culto a la alcaldesa, que raya lo enfermizo. Y como Valencia es la niña buena de España, que saca buenas notas y jamás se mete en polémicas, estamos muy lejos de ocupar encuestas nacionales, pero si hiciesen una sobre Rita los resultados iban a ser peculiares. Pongo la mano en el fuego de que más extraños que con cualquier otro político del país, sea cual sea su rango.
Rita llega al punto que se le perdona todo. Más bien llegó hace años, antes de que yo tuviese conciencia política, y ahora sólo se relaciona su marcha con su jubilación: ni la oposición se plantea echarla en las urnas. Ésto, que tiene que ver con una gestión muy decente durante varias legislaturas, también atropella cualquier saludable cambio de poder. Camps consigue mayoría porque el PSOE-PSPV no se quiere a sí mismo. Rita, sin embargo, gana porque se deja querer.
Si tuviese ocasión de cenar una noche con un político de España, creo que me decantaría pro Rita. Vale, puede que Zapatero sea mi segunda opción, pero hay muchas cosas de Rita que quiero saber. Ella es consciente, tiene que serlo, de que no es querida por el pueblo: lo que el pueblo siente por ella (electoralmente hablando) es pura obsesión. Y eso debe inflarle el ego, y Dios sabrá cómo lo lleva. Yo siempre he dicho que si Rita se hiciese una estatua de sí misma en la plaza del ayuntamiento, pocas voces se levantarían. Se le permite todo, se le consiente más.
Y vale, sí, insisto y reconozco que Valencia mola y Valencia está donde está por Rita, pero Valencia también tiene asignaturas pendientes que nuestra alcaldesa se niega a admitir. Y mientras el pueblo llano se niegue a exigírselas, porque ella puede hacer cuanto le de la gana, aquí seguiremos teniendo carencias de cosas básicas. Somos muchos los que pedimos menos deportes y más cultura (la sanidad es un asunto aparte: es competencia de la Generalitat, y hay que saber pedir a cada uno lo que le compete).
En fin. Tendremos a Rita para rato, hasta que le apetezca jubilarse. Mal le irá al que se atreva a sustituirla, porque tendrá que estar a la altura de una política considerada diosa. Ni a Zapatero ni a Aznar ni a nadie se les consideró tanto como a Rita. Pero ahí sigue, implacable, con su vestido rojo, de dama y señora conservadora y haciendo oídos sordos a las bromas que desde hace años preguntan lo mismo: "¿El Papa sabe lo tuyo?".

5 comentarios:

freshwater dijo...

Rita jamás se jubilará. Morirá en el cargo, como los papas o los reyes. Y ese día, habrá luto en Valencia.

Anónimo dijo...

lo confieso, yo benero a Rita!
que le voy ha hacer...admito todas las fugas del gobierno valenciano, sus carencias y su peculiar piramede de necesidades, que porque no decirlo, resultan algo elitistas, pero no puedo evitarlo, despues de las anteriores gestiones políticas Rita se merece elevarla a los altares!!

BabityRabiti

Marcos dijo...

No he estado en valencia, sinceramente, así que no sé mucho sobre Rita ni sobre su gestión.

Pero de verla a veces por los telediarios, en algunos meetings, y tal, me parece total. (Es decir, que comprendo perfectamente que esté en el poder).

Preferiría tener a Rita que no a los elementos que hay ahora gobernando las Baleares... Qué le vamos a hacer..

Rocy dijo...

No sabía que había tal adoración por Rita Barberá allí en Valencia, algo parecido le ocurre aquí a Gallardón xD Solo hay que ver que después de ser presidente de la comunidad de Madrid durante 8 años (desde 1995 hasta el 2003), se ha convertido en alcalde de la capital (desde el 2003 hasta la actualidad).

Anónimo dijo...

No creo que en toda Valencia se le quiera tanto a Rita. Se le quiere segun sectores,pero hay muxa gente a la que no le gusta para nada la forma de gestionar Valencia. Entre ellos me encuentro yo, y yo como yo muxas otras personas.

Como lleva tanto años en el cargo se ve que haya gente que le admira y le gusta,pero xq en realidad no ven la gestion que esta haciendo de su ciudad.

Se ha invertido demasiado dinero en actos de gran envergadura como la copa america o la formula 1. En vez de utilizar ese dinero para la gente del pueblo,que es quien de verdad lo necesita. No hay mas que mirar el cabañal, donde ayer empezaron ha derrocar casas para hacer un "super paseo". Con esto lo unico que consiguen es destrozar un barrio que ha sido olvidado por la alcaldesa desde hace ya muxos años.