Hoy ha venido Rohn a casa. O Rhon. O Ron, es igual. Mi perro. Hacía tiempo que no lo veía y todavía más tiempo que no lo veía en Valencia. Rohn vive en Dénia, con mis padres, y cuando ellos vienen a pasar la noche a casa él se queda allí, custodiando. Sin embargo, cuando vamos al campo mi padre lo trae a Valencia, en esas horas de tránsito, y puedo disfrutarlo. Se pone un poco bastante histérico cuando me ve, porque me quiere mucho pero no suele pasarse por aquí, y esta tarde hemos ido a pasear juntos.
Vale, un poco caótico.
Hay que ir a su velocidad, porque no sabe frenarse. Es porque no está acostumbrado a pasear, más habituado al jardín de Dénia o a moverse libremente por el caminal y bajar a la playa solo. ¿Pero llevar correa? Eso no va con él, así que te va arrastranto todo el camino. Pero hoy se me ha ocurrido una idea divertida: conocer la parte de atrás de mi edificio. Sí, esa que ves siempre por la ventana pero por la que nunca pasas, jamás de los jamases. Desde el séptimo piso te la conoces a la perfección, pero sin embargo nunca has puesto el pie encima. Con Rohn, tengo una buena excusa para hacerlo: lo estoy paseando, ¿no es suficiente motivo? Hemos ido hasta este callejón por donde no pasa casi nadie y me he sentido un poco pez. Porque a fin de cuentas, ese callejón es lo que ven decenas de familias cuando se asoman a la ventana. Yo mismo me he quedado atontado mirando a la gente de abajo cuando estoy arriba, como si se tratase de un acuario. Y ahí estaba yo, como si de una hormiguita se tratase, paseando a otra hormiguita. Luego hemos ido por otra callejuela que suelo ver de lejos pero por la que nunca cruzo, la del casal fallero de Bachiller. Estaban montando una cena o algo, así que he pasado de largo. Al volver a casa, una chica se pone a jugar con el perro. "Es muy bonito", me dice. "Lo sé", respondo yo emulando a Han Solo (no me deberían dejar salir de casa...). "Me parece que ya conocía a este perro", cuenta, "me suena de haberlo visto por la callejuela de la falla". En eso le explico que es justo la primera vez que le he llevado por ahí, pero me oigo y me sueno a tipo raro que las hace de espía por las tardes. En fin. Entro al edificio. Pero con Rohn, voy más chulo que un ocho.
Hay que ir a su velocidad, porque no sabe frenarse. Es porque no está acostumbrado a pasear, más habituado al jardín de Dénia o a moverse libremente por el caminal y bajar a la playa solo. ¿Pero llevar correa? Eso no va con él, así que te va arrastranto todo el camino. Pero hoy se me ha ocurrido una idea divertida: conocer la parte de atrás de mi edificio. Sí, esa que ves siempre por la ventana pero por la que nunca pasas, jamás de los jamases. Desde el séptimo piso te la conoces a la perfección, pero sin embargo nunca has puesto el pie encima. Con Rohn, tengo una buena excusa para hacerlo: lo estoy paseando, ¿no es suficiente motivo? Hemos ido hasta este callejón por donde no pasa casi nadie y me he sentido un poco pez. Porque a fin de cuentas, ese callejón es lo que ven decenas de familias cuando se asoman a la ventana. Yo mismo me he quedado atontado mirando a la gente de abajo cuando estoy arriba, como si se tratase de un acuario. Y ahí estaba yo, como si de una hormiguita se tratase, paseando a otra hormiguita. Luego hemos ido por otra callejuela que suelo ver de lejos pero por la que nunca cruzo, la del casal fallero de Bachiller. Estaban montando una cena o algo, así que he pasado de largo. Al volver a casa, una chica se pone a jugar con el perro. "Es muy bonito", me dice. "Lo sé", respondo yo emulando a Han Solo (no me deberían dejar salir de casa...). "Me parece que ya conocía a este perro", cuenta, "me suena de haberlo visto por la callejuela de la falla". En eso le explico que es justo la primera vez que le he llevado por ahí, pero me oigo y me sueno a tipo raro que las hace de espía por las tardes. En fin. Entro al edificio. Pero con Rohn, voy más chulo que un ocho.
7 comentarios:
la foto es de hace un par de años, cuando era un cachorro. ha crecido un tanto :P
¡Qué guapo! Mi perra murió el pasado mes de marzo y la echo de menos..
Casi me muero de risa con lo de la pecera xD Recuerdo eso cuando vivía en un piso. Jamás pisé ese callejón o.O
Te ha quedado muy tierno :P
Justo ayer estaba conversando con un labrador dorado muy simpatico que conocí en una plaza y llegue a la conclusión que que me gustan mucho los perros y quiero uno. Yo estaba leyendo y el loco se acerco y me empezo a oler y a dar besos (atrevido :O) y luego se quedo tirado a mi lado hasta que llego mi hermana y nos fuimos. Le habia pedido que me mirara la mochila mientras to leia, y no se si me entendio, pero se echo y ahi quietecito se quedo. ¡Que mono! ^^
Mis mas respetuosos saludos a Rhon, Ron, o Rohn
que bonito que es el perro!!!!yo quiero uno asi...
Como mola tu perro!! ahora que ya te vale ...seguro que la chica queria ser simpatica.. y la cortaste.
muchos besos para tu perro Rhon y para TI pececillo
¡Que monono! ^^ Yo no soportaría separarme de mi perro. Que suerte que lo hayas podido ver y sacado a pasear. Que te digan que tu perro es lindo siempre es un orgullo asi que sentite contento con esa chica jeje
(Mira cuando vengo a comentar el posteo xD, es que hace poquito que descubrí el blog)
BeSiToS...!
Publicar un comentario