


A finales de 2008 mencionaba en este blog de mala muerte un proyecto que me traía entre manos, sin desvelar más detalles. Prometí estreno para mediados de Diciembre y nunca más se supo. Algún curioso preguntó, yo me hice el longuis, y el asunto se olvidó antes que Eliancito el Niño Balsero.
Si Oprah Winfrey fuese de verdad tan influyente, lograría que todos creyesen que ser gorda es guay.
Actualización en el Concurso para webs y blogs de Crónicas Salemitas: los cinco ejemplares de La Guía Secreta de Harry Potter que recibirán los ganadores estarán dedicados por, mira tú por dónde, ¡yo! (el autor, vamos). Le tengo que dar las gracias a Ediciones B, que ha puesto todas las facilidades. Así que por si todavía no te habías animado a participar, o necesitabas una motivación (algo que distinguiese el premio de los demás libros que se venderán el día 8 de Julio), ya no tienes excusa. Eso sí, tengo que hacer dos matizaciones: este concurso es sólo para españoles, tal y como se dijo en las bases desde el primer momento (hay otro concurso para españoles+americanos). Y segundo: con dirección postal no me refiero sólo al código postal, sino también a la calle, número, etcétera. Muchísimas gracias a los que os habéis animado a participar. Por si las moscas, recuerdo cómo se hacía:
Código de cuenta-atrás animado
Si se trata de una web: pega el código en el código html de la página.
Si se trata de un blog: cuando entre al menú de modificar diseño, verás la opción de agregar módulos. Selecciona un módulo de HTML, Javascript, o algo parecido, y pégalo en la caja de texto que aparezca.
Sencillamente me encanta. Podría pasarme tres días seguidos cantando eso de "mi casta proletaria...".
No sé si has visto Persépolis, o si has leído el cómic, pero a uno se le encoge el corazón al comprobar lo que Irán fue una vez y eso en lo que se ha convertido. Da la impresión que España e Irán debían disfrutar libertades muy parecidas en los 70, y apena ver cómo uno ha evolucionado y cómo el otro, ejem, ha hecho otras cosas. Da pena porque ahí viven personas de verdad, como tú y como yo. Personas que quieren vivir sin un ayatolá que le diga lo que es correcto, y que por culpa de un líder mediocre seas señalado allá a donde vayas, como si fueses del mismo palo. Otros países de Oriente Medio no tuvieron los desarrollos que tuvo Irán, pero incluso estas semanas, cuando seguimos todos los acontecimientos post-electorales, comprobamos que no se parece a países como Afganistán o Irak. Occidente los ha demonizado, y esta repentina focalización no en su líder, sino en su pueblo, tira muchos mitos que los propios gobernantes -o El Gobernante- habían montado. Dirán que Irán limita el acceso a Internet, pero yo ahí leo que mucha gente está conectada. Dirán que el opositor era la esperanza de las mujeres, pero yo he descubierto que un país supuestamente extremista da derecho de voto a las mujeres, da igual que mande un conservador. Dirán que el Consejo de Sabios ve indicios de pucherazo, yo veo un país en el que los pucherazos pueden ser denunciados por las máximas autoridades. Dirán y demostrarán que Irán no era tan triste como nos habían contado, justo cuando más triste nos tiene que parecer.
Al margen de su gestión, que Estados Unidos haya superado sus reticencias racistas del pasado para elegir como presidente a Barack Hussein Obama (el tema de la esclavitud -y su liberación- me apasiona. Siempre podéis recomendarme novelas al respecto), me hace tremendamente feliz. Igual que cuando el otro día vi a Patxi López de presidente de las tierras vascas, qué subidón.
En estos días en los que pienso en mi futuro de un modo exagerado (el libro ha pasado a un sorprendente segundo plano, pese a lo poco que queda para su publicación) cada canción que suena en mi iPod parece estar en clave de lo que va a suceder. Entre el eterno repertorio ha sonado un tema que no me ha traído esos pensamientos, sino otros. Nunca te dije cuanto te echamos de menos, de Dorian (conocidos en delantedelosgrises, para contribuir al César). A veces nos olvidamos de decir lo que sentimos con más intensidad. Es terrible, porque las consecuencias pueden ser impredecibles. Y nunca sabremos que lo que provocó fue un silencio cuando no debía haberlo. Si echas de menos a alguien, díselo hoy. Antes de que sea demasiado tarde.
Pensaba ayer en todo este debate demagogo-comunista de la cultura libre (que vale que el canon sea una BARBARIDAD, pero el otro extremo no lo es menos) y de golpe me acordé de un artículo que escribí hace unos meses para ElTemplo sobre la escritora Frances Hodgson Burnett, la de El jardín secreto, La princesita y El pequeño Lord Fauntleroy. Precisamente por esta última se celebró en 1888 (hace 121 añazos, que se dice pronto) un juicio sobre derechos de autor.
No soy quien para dar consejos, pero aquí va uno para quien lo quiera: nunca respondas, bajo ninguna circunstancia, a una crítica malintencionada. Ni para defenderte. Ni para decir que es injusta. Ni para demostrar que la has leído.
Me hace especial ilusión anunciar la convocatoria del primer concurso de La Guía Secreta de Harry Potter, mi libro friki, y mucha más que Crónicas Salemitas, morada de pensamientos y tonteras, sirva de anfitrión. Sí, alma de cántaro, ¡puedes conseguir un ejemplar del libro por la jeta, y es muy fácil!
Código de cuenta-atrás animado
Si se trata de una web: pega el código en el código html de la página.
Si se trata de un blog: cuando entre al menú de modificar diseño, verás la opción de agregar módulos. Selecciona un módulo de HTML, Javascript, o algo parecido, y pégalo en la caja de texto que aparezca.
Con lo internauta que soy, y rara vez me salgo del patrón general para haceros recomendaciones cibernéticas. No estoy registrado en ninguna red social y tampoco he probado suerte con los juegos online (ni los más básicos ni los más complicados. Sencillamente, no me interesan) pero como buen bibliófilo, hace meses que me enganché a aNobii.com, que aunque el nombre no diga nada (yo todavía no sé de dónde salió), sirve de estantería online para lectores como tú y como yo. ¿Y cuál es la utilidad de todo esto? Pues supongo que si tienes cien mil libros, servirá para comprobar tu biblioteca antes de comprarte equis antigüedad, pero para personas con menos fondo, nos vale muy bien para conocer otros libros y recomendaciones. Admito que cuando visito una casa, lo primero y último que hago es cotillear las estanterías, de modo que aquí puedo hacerlo sin sentirme culpable. También puedes poner a caldo la peor lectura del año (suerte que LaLuna.com lo saqué de la biblioteca pública, porque si no hubiese palidecido) o leer las buenas que otros cuentan de él. Sólo apto para lectores, vamos. Si me buscáis, soy /cronista.
¿Por qué nuestras vidas no son un poco así? Tampoco digo que tengamos que ser todos unos artistas, pero no cuesta nada hacer un esfuerzo. Si alguien se pone a cantar, cantamos todos, y bailamos si hace falta. Nuestra calidad de vida iba a aumentar desde ese mismo día.
Hace días os pedía que propusieseis temas en vuestros comentarios... pues bien, es el momento de comentar algunos de esos temas, y os invito a que vosotros mismos respondáis a las interpelaciones de unos y otros. Menudo pupurrí va a salir de esto, ¡pero son vuestras propuestas!
El otro día puse a caldo eso del bautizo civil, lo que no me acordaba es de una anécdota personal de cuando yo tenía unos siete años, y haciendo memoria, me he reído solo como nunca. Por lo tengo que podemos ser de niños, y lo que se nos queda -bastante- para después.
Ayer votamos menos de la mitad de europeos, en una fiesta de la democracia que debía significar una alegría para el continente en su conjunto y se quedó con la indiferencia a la que estamos acostumbrados. Cada país se jugaba lo suyo: imposible hacer elecciones en clave europea si los mismos partidos son nacionales, y cada uno gana o pierde de acuerdo a su porción. Ayer no perdió el partido socialista; perdió el grupo socialista europeo, que si éste hubiese ganado y el PSOE naufragado, todavía hubiesen podido hablar de victoria. Claro que esta vez, sí, la conjunción de los astros ocurrió y PP y PPE coincidieron en España y en Europa.
Franco nos quitó el derecho a elegir. Décadas sin democracia como para que nos pasemos los siguientes treinta años sin utilizarla. No. La abstención es el triunfo de las dictaduras, el "el pueblo no quiere votar". Me trae sin cuidado lo que votes, pero vota, aunque sea en blanco. En blanco porque han sido unas elecciones vergonzosas, con la peor campaña que he visto en mi (joven) vida. En blanco porque no se ha hablado de programas, sino de rivales. Pero pese a todo, existe un proyecto general, un sueño por Europa. Sueños que no son tan distintos, a fin de cuentas, pero tienen sus peculiaridades. España, con un PSOE liberal y un PP socialista, no nota diferencia alguna cuando manda un bloque u otro en Bruselas. Los dos defenderán proyectos nobles, podemos estar seguros de ellos. También tienes a CiU+PNV con ese ideario federal, tan respetable, y esos ERC+BNG+Aralares que bueno, están. Luego existe IU, que si te he visto no me acuerdo, pero capaz que en Europa tiene más solidez que en España, y promueve algo de fiar y para el pueblo. Y por último está UPyD, que tampoco me ha quedado muy claro lo que ha hecho en campaña, discreta por obligación, pero que tendrá mi voto porque por desgracia, y hasta que tengamos partidos puramente europeos, votaré en clave nacional. Un mal enorme. Pero si vamo hacia la Europa federal, una única circunscripción y aquí paz y allá gloria. Si hay que votar a un Jean-Paul du Fombelle en vez de un Juan Español, adelante. No creo que haya que ser negro para defender a los que sufrieron en la esclavitud.
Pedro Zerolo, el último abogado que querría tener en el Infierno, oficia en Madrid el primer bautismo civil, ademán hijo de Cayetana Guillem-Cuervo (de la que podríamos citar mil películas y ninguna), y lo describe como "acto laico de bienvenida a la ciudadanía".
Llego a casa y me encuentro con varios paquetes a mi nombre. El portero de edificio me dice:
Hoy iba a publicar una viñeta sobre la obesidad mórbida, que me produce un tremendo placer (¡dejad que me explique, y luego, porque querréis hacerlo, me matáis!) pero como deberes no me faltan prefiero dar la vuelta al micrófono.
Ya conocía varias canciones, pero Spotify me ha permitido conocer toda su discografía. Es genial.
Estoy seguro de que la cadena perpetua tiene mucho más apoyo popular de lo que querrían admitir los políticos, y detesto que izquierda y derecha se niegue a admitir un clamor social que lleva años sonando. Estoy a favor de la cadena perpetua en tres casos exclusivos, ni uno más: pederastas, violadores y terroristas. Y lo siento, pero los asesinos de Marta del Castillo no me parecen dignos de esta pena... de hecho, me parece un asesinato tan aburrido que no pasará a la historia de la criminología. Es un asesinato de lo más simple, de los que hay casi a diario. Que la mediatización no nos ofusque y acabemos viendo hitlers donde sólo hay asesinos de poca monta. No se me ocurre una razón objetiva por la que estos niñatos, que no son otra cosa, deban pasar más de lo que dice el Código Penal actual. Sí, aunque los Del Castillo opinen lo contrario. Todavía no sé cómo hemos dejado que éste se convierta en el caso del año. Claro que si nos alarmamos así con la gripe porcina, no sé cómo no vamos a armarla por algo así.
Que en el último accidente de avión hubiese siete niños y un bebé no me provoca ninguna reacción fuera de la pena colectiva. No sé: a veces tengo la impresión de que vale más la vida de un niño o un bebé que la de adulto. Pues voy a decir un comentario impopular: una vida vale lo que la gente de su alrededor, y una persona adulta generalmente tiene más vínculos afectivos en su entorno y por lo tanto, más dolor con su pérdida. De modo que: me suelen dar más penas los adultos que los niños, y qué decir de los bebés (sobre todo si los padres también mueren en el accidente: en ese caso, pobres padres).