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La camiseta del Che

Mis amigos los intelectualoides dicen que el comunismo es el mejor sistema de vida. Y si no mira Cuba, lo bien que les va. Discuto con ellos sobre la diferencia entre la teoría (que nos gusta a casi todos) y la práctica (que es poco menos que imposible), pero ellos siguen erre que erre con que viva Cuba y la madre que le parió. Pues si no somos capaces de diferenciar, allá nuestra suerte.
El caso es que es muy cool llevar una camiseta del Che Guevara, ya sabes tú, porque así le dices al mundo entero o sencillamente a los vecinos de tu barrio cuál es tu orientación política. Che era un libertador y luchó por el comunismo y eso es precisamente lo que a mí me mola, olé mis huevos. Por eso voy al barrio del Carmen con mi camiseta para que todos la vean. Hay dos tipos de personas que llevan el sello Guevara: los neobohemios convertidos (esos de gafas de pasta y patillas largas, los mismos que no paran de citar a Woody Allen) y los sucios con el perro al lado y la botella de cerveza en la mano. Tantos los unos como los otros son intelectualoides a su manera y es divertido ver cómo, a pesar de sus visibles diferencias, en realidad todos cojean de lo mismo.
Ya no se trata del comunismo. Ya no se trata de Guevara. La cosa consiste en una camiseta de tendencia y es super pop llevarla. El pop está a medio paso del consumismo, si es que no está metido hasta las rodillas. Y si el Che supiese que se ha convertido en un icono más del consumismo, igual que la gran M de McDonalds o la manzanita de Apple, no levantaría la cabeza.

6 comentarios:

Paula dijo...

Me parece horrible ver como han transformado al Che en un producto más del mercado. Ha de estar revolcándose en su tumba. Los reales intelectuales no lo harían, creo yo.
Y eso que yo no soy comunista.

Que estés bien.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, a mi se me retuercen las tripas cada vez que veo esa camiseta; es como si aquel que la llevara portara un estandarte que dijese: Soy comunista, soy guay. Cuando por otro lado, tal persona es un amo del consumismo. Y es verdad, debe de estar revolviéndose en su tumba al ver que su imagen se ha convertido en un mecanismo más de aquello contra lo que luchó.

Por cierto, llevo mirando tu blog desde hace un tiempo y me parece que dices cosas que son una verdad como un templo. Me gustaría que le echases un vistazo a mi blog http://srsarcasmo.blogspot.com/
Saludos!!

C. (@el_croni) dijo...

gracias por el blog, sr. sarcasmo ;) es interesante conocer otros blogs!

Penny dijo...

Que ironía. El Ché es un producto de merchandinsing.

Anónimo dijo...

Es curioso como la muerte convierte en mitícos a individuos que de haber vivido más tiempo, hubieran ocupado otro lugar en la Historia. El Ché fue un hombre que fracasó estrepitósamente tanto como ideólogo (su reforma agraria para Cuba fue un auténtico despropósito), como revolucionario (ni una sola de sus propuestas guerrilleras triunfó, ni en América ni en África), y de cuyas acciones (sangrientas como Presidente del Tribunal de Fusilamientos tras la Revolución cubana) apenas saben nada la mayor parte de las personas que reclaman su rostro en una camiseta. Murió casi abandonado por la guerrilla que lideraba en Bolivia, pero eso sí, joven y con una imagen que bien supo inmortalizar (y nunca mejor dicho) el fotográfo Alberto Korda hasta convertirla en leyenda.

Helena dijo...

Siempre pensé eso del comunismo, gran teoría, horrible práctica.

Me rio con las camisetas del Ché, es taaan irónico como un símbolo puede transformarse así. Pero ese el mundo en que vivimos ^^