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Obituario de un buen perro

Cuando hace sólo cuatro días me fui de la finca de mi abuelo en Requena no pensé que al viejo de Walter, un pastor alemán que lleva toda su vida en la casa, le fuese a quedar tan poco.
Pero cosas que tiene, sentados en el salón a su alrededor todos hablábamos de él como si ya estuviese muerto. En realidad ya era muy mayor. De hecho se le dejaba dormir dentro por lo viejo que era.
- ¿Recordáis lo que le odiaba Láser? -dijo alguien, refiriéndose al anterior gran perro de la finca, un póinter-. Dos veces intentó perderle. Se lo llevó hasta una aldea y lo dejó solo, para que no pudiese volver. Lo encontré de milagro en esas dos ocasiones. No me puedo creer que estos bichos sean tan listos.
- Walter era muy fuerte. Nunca olvidaré la vez que vino con un jabalí muerto. Él mismo lo había matado y traído hasta casa.
- Nunca hizo daño a los niños. Y siempre nos protegía.
El perro estaba en medio de la comitiva, respirando pesadamente. Fuera, otros perros toman el relevo en una nueva generación. Entre ellos Shiffer, la pastora alemana hembra. Y Black, el hijo de ambos, quien ya es el nuevo rey.
Alguien dijo "este perro no aguanta hasta el invierno", pero le respondí: "¡qué exagerado!".
Hoy me como mis palabras. Walter ha muerto. De viejo. La muerte de algunos perros pesa mucho. Son parte de nuestras vidas, y de demasiados recuerdos.
En la finca deja a un hijo que le hará justicia, y una leyenda que contaremos a los que vengan.
Cuando mi padre me ha dicho que ha muerto (justo le acababan de informar por teléfono) me he alegrado de haberle visto tan recientemente. Y en ese momento me dice: "Has tenido suerte de verle hace poco". Sí. Pero para mí siempre será ese gran perro, no el que vi el pasado fin de semana que apenas podía con su alma. No existe declive para los grandes. Ni la edad lo puede.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni que lo digas... las mascotas dejan de serlo para convertirse en auténticos miembros de la familia...

En mi caso Cachondo era mi hijo... verle a los ojos me alegraba el día...

Tu al menos viste a Walter esta ultima vez, aunque no se si sea consuelo verlo enfermo...

Yo en cambio regrese para enterarme que mi hijo lleva desaparecido casi tres meses... no puedo creer que se lo hayan robado ni que el descuidado de mi primo saliera de la casa dejándolo afuera...

Ayer llovió en Tampico y yo solo pensaba "tendran a Cachondo adentro de la casa? el tiene anginas... es muy friolento... si no le estan dando los cuidados que se merece?"

No puedo estar sin el... lo necesito...

Es tan cruel querer asi y perderlo todo de la noche a la mañana

Siento en verdad lo de Walter... y mas siento saber lo que sientes...

Anónimo dijo...

lo siento.
yo todavia me acuerdo de mi gato Seven,yo tenia cinco años cuando murio y todavia me acuerdo de su ultima mirada y su ultima caricia, fue un 14 de marzo a las 14:15 horas, fueron las fallas mas tristes que tuve, me dijeron que se lo habian llevado a el saler para que encontrara novia uqe era lo que le hacia falta, pero yo sabia uqe estaba muerto. nunca mas ha vuelto a entrar una mascota a mi casa,mi madre dice que no quiere sufrir mas por la perdida de un animal que terminara siendo como un hijo, por eso e crecido mi infancia jugando con los perros de otros y esperando que por navidad los reyes magos me regalaran mi golden, pero nunca llego

Nazaret dijo...

Si, yo no he tenido muchas mascotas, quitando pájaros, peces y tortugas. Con los pájaros sí que me entristecía. Lo de los peces es que no me aguantaban ni un año, y las tortugas creo que fue cosa de meses. Las llevé al pueblo y murieron, yo creo que de calor, pobrecicas.

Pero con los pájaros lo llevo peor. Ahora mismo mataría al mío, porque se pone a piar a las 9 de la mañana y no hay quien le aguante, pero en el fondo le tengo mucho cariño. Y cuando se marchan, se va parte de ti con ellos. Ya no les escuchas, no tienes que darles de comer... y en mi caso hablo de pájaros.

Si fuera un perro o un gato, creo que sería la típica que tendría que comprar otro para superarlo.

Nai, lo de cachondo es una pena. Es que de verdad... y al menos a Walter le pudo ver cuando le quedaba poco. También una amiga perdió a su perrilla y estuvo bastante mal porque no la avisaron cuando le pusieron la inyección. En fin, al final es que son parte de la familia.

Anónimo dijo...

E que triste, pobre cronista.
Yo tenia un pointer pero lo regalamos porque nos destrozaba la casa....igual a mi no me gustan los perros.

Anónimo dijo...

Has tenido mucha suerte por poder disfrutar de Walter por tanto tiempo. Porque como dueño orgulloso te queda su hijo, y porque dentro de lo malo, dado que todos nos vamos a ir, lo hizo entre los suyos, y de viejo, y te puedo asegurar que no hay nada mas bonito. Pasarán los años y nadie podra ocupar ese vacio, lo recordarás, aunque pasen 20 años, y siempre lo harás con cariño y orgullo, porque cada uno es diferente, te muestra cosas de ti que antes no conocias, y hacen tu vida completa. Y te lo digo por experiencia. A mi se me han ido 5, salvo una, todos ellos muy jovenes, la ultima hace dos semanas y con 4 añitos...despues de una situacion dificil...Desde el dia que entra por la puerta de casa ya es un miembro de la familia, y cuando falta duele como tal...Todos los animales excepto el hombre saben que el máximo de la vida es disfrutarla, y apuesto a que Walter la disfruto bien
Y eso al fin y al cabo es lo que cuenta.
Hay una leyenda india que dice que cuando un humano muere hay un puente que deben cruzar para entrar al cielo. A la cabeza de ese puente le espera todo animal que ese humano se ha encontrado a lo largo de su vida. Los animales, basándose en lo que saben de esta persona, deciden cuales humanos pueden cruzar el puente.... y cuales son rechazados...